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1936. El asesinato de José Sánchez Gallego, hijo del empresario del Circo Price de Madrid.

Por Carlos Fernández Barallobre

1936. José Mariano Sánchez Gallego.


Sobre las nueve y cuarto de la noche del día 30 de junio de 1936, un joven llamado José Sánchez Gallego, se despedía de un amigo a la puerta de un cine situado en la madrileña Glorieta de Bilbao. Encaminó sus pasos con dirección a la calle de Luchana nº 29, donde vivía, a fin de cenar y acudir posteriormente a una velada de catch, programada en el Circo de Price, que sentaba sus reales en la plaza de Rey de la capital de España. En el trayecto de la glorieta de Bilbao a la calle Luchana, la pista de José se perdió para siempre. Nadie le volvió a ver.


A partir de ese instante, y alarmados sus padres, el conocido empresario del Circo Price, Mariano Sánchez Rexach (1) y su madre Dolores Gallego, al comprobar que su hijo no regresaba a casa, iniciaron su búsqueda. El señor Sánchez Rexach, se personó en la dirección general de Seguridad de la calle de Víctor Hugo, para interponer la denuncia de desaparición de su hijo. Recibido por el comisario Antonio Lino, Jefe de la Brigada de investigación Criminal, con quien Mariano Sánchez mantenía una muy buena relación de amistad, este derivó el asunto a los policías a su cargo, que de seguido iniciaron la investigación de la desaparición del muchacho.


Tras las primeras investigaciones, la policía llegó a la conclusión de que José había sido secuestrado esa noche del 30 de junio, tras despedirse de su amigo. Los investigadores barajaron dos posibilidades. Una, en la que el muchacho, miembro del Centro Juvenil de Acción Católica Mariano y de Falange Española, fuese secuestrado por miembros de una organización de extrema izquierda, o bien por delincuentes comunes, a la espera de cobrar un rescate pos su libertad. El segundo supuesto, quedó prontamente descartado, al ver que nadie se ponía en contacto con la familia,lo que hizo decantarse por la primera de las posibilidades. Un secuestro político.


El padre de José, Mariano Sánchez Rexach, era un afamado y respetado empresario, que se había hecho cargo del Circo de Price en 1930, tras unirse con Leonard Henry Parish, -yerno de Willam Parish, quien lo había inaugurado en 1880-, y después de haber cosechado también una gran fama en el Circo Americano durante la década de los años veinte. Mariano Sánchez había innovado la esencia del circo con espectáculos como el del payaso Ramper; el de una escultural francesa llamada Marlene Grey, que se introducía, con el torso desnudo, en la jaula de los leones; Blacaman, el hipnotizador de leones y cocodrilos; los grandes payasos Pompoff y Thedy; los trapecistas “Volairs”; la troupe de los Méndez o el trapecista Enzo Frazere. Esos días del secuestro de José, actuaba con enorme éxito la francesa Marlene Grey, que en esos instantes también se hallaba inmersa en el rodaje de una película titulada “Carne de fieras”.

1936. Programa del Circo Price. Temporada de primavera.


Sobre las ocho de la tarde del día 4 de julio de 1936, una pareja de la Guardia Civil, alertada por unos vecinos, en la carretera que unía Húmera con Pozuelo de Alarcón, escucha unas detonaciones que le parecieron disparos. De un descampado cercano ve salir, a toda velocidad, un vehículo de color negro en el viajaban dos hombres. Con sigilo, los Guardias Civiles se acercan al lugar y comprueban que un joven de apenas veinte años se encuentra muerto, atado a unos matorrales. Acababa de ser asesinado, pues su cuerpo aún se hallaba caliente. El joven presentaba cuatro orificios de bala tres en tórax y uno en la cabeza, el que sin duda le propició su muerte. Estaba vestido y en uno de sus bolsillos guardaba su cartera y una estampita de la Virgen. De seguido la Guardia Civil trasladó sus restos hasta el cementerio de Pozuelo donde el médico forense y el juez le practicaron la autopsia, dictaminando que el muchacho había sido salvajemente torturado antes de su muerte, presentando numerosos hematomas en todo el cuerpo, especialmente en la cara y sus muñecas estaban muy dañadas al haber permanecido, según la autopsia, atado durante varios días por sus asesinos.


Al conocer la noticia del asesinato de su hijo, tras ser verificados sus datos de identidad por la Guardia Civil y serle notificada tan cruel noticia, Mariano Sánchez Rexach, dirigió una carta al diputado, miembro de Renovación Española, José Antonio Gamazo, Conde de Gamazo, quien la leería en el palacio de la Carrera de San Jerónimo, en la sesión celebrada el día 9 de julio de ese año 36, la dramática carta de un padre desesperado por la terrible situación a la que se encaminaba España, clamando por hacer justicia con los asesinos de su hijo. Decía así la misiva del atribulado y desconsolado padre: “Deseo vivamente que a través de estas líneas no vea usted, aparte del dolor de un padre, sino a un ciudadano deseoso de que ante tanto caso de criminalidad feroz, ustedes los diputados de la auténtica España vean la forma de conseguir del Gobierno medidas que eviten nuevas desgracias. Yo tenía un hijo, un hijo ejemplar, estudioso, formal, cristiano, temeroso de Dios y obediente de sus padres hasta la exageración… Esta mañana me ha comunicado la Policía que en el término municipal de Pozuelo ha aparecido el cadáver de mi pobre hijo. Allá nos hemos ido su madre y yo. Que horrendo cuadro. Horrendo. Criminal y feroz. Han tenido a mi pobre hijo secuestrado durante cinco días y atado a una silla. Y después, por tener seguramente a la Policía cerca, le han llevado a la carretera de Pozuelo lo han tirado al suelo desde el interior del coche y lo han asesinado vilmente como a un conejo indefenso. Mi hijo se llamaba José Sánchez Gallego, de dieciocho años, sin estar afiliado a ningún partido político. Aunque no quiero ocultarle que sus amigos todos eran de la derecha y algunos militaban en Falange. Solo deseo de usted que exponga ante las Cortes este nuevo caso para ver si entre todos consiguen librar de esta lacra social a nuestra amada España” El Conde de Gamazo añadiría en aquella sesión: “El hecho no refleja en la carta carácter político. No hay ningún comentario apasionado, tan solo el dolor de un padre al cual yo creo debe sumarse la cámara entera”. “En este mismo día ocurre un suceso análogo. Aparece un teniente de complemento-esto lo relataría la prensa, a la que la censura deja contar las cosas en unos sitios y en otros no-perteneciente a Falange Española, que ha sido muerto también. Se llamaba Justo Serrano Enamorado. Repito que no concibo que el Parlamento, siendo el reflejo de la voluntad nacional, pueda vivir en España ante estos acontecimientos sin tomar una medida, señores del gobierno, que ponga paz en los espíritus de España”.

1936. Acta de defunción de José Sánchez Gallego.


El 7 de julio, día de San Fermín, la Policía detenía a un muchacho vendedor de periódicos llamado Rafael Pelayo, miembro del partido comunista, al conocer que este había amenazado a José en varias ocasiones. Pelayo fue una de las últimas personas que lo había visto con vida. En su interrogatorio, Pelayo dijo haber mantenido discusiones políticas con José Sánchez, pero que nada tenía que ver con su desaparición y muerte. Afirmó que conocía a varios miembros del radio Comunista sito en la calle San Bernardino, que habían amenazado de muerte a José por sus ideas. También manifestó que un sujeto llamada Federico del Campo, más conocido como el Tartera”, le había preguntado, unos días antes de la desaparición de José, por él, y que deseaba que le diera el recado de que quería verle, en unos billares situados en la glorieta de Bilbao. Sin embargo la Policía, no encontró pistas que incriminasen a Pelayo en el suceso. Igualmente siguió la pista del Tartera, pero sin apenas resultados.

Mariano Sánchez Rexach, empresario del Circo Price y padre de José Sánchez Gallego.


Los diarios La Voz del día 10 de julio y el ABC, en su edición del día 11, ahondaban más en la declaración ante la policía del detenido Rafael Pelayo. Dijo este conocer a José Sánchez como “Pepe el de los perros” debido al gran cariño que el joven profesaba a esos animales, siendo un asiduo a las carreras de galgos que se disputaban en el canódromo de Madrid. Pelayo manifestó que conocía la filiación de José, a Falange Española, porque se lo había dicho un amigo. Preguntado por la policía si había logrado darle a José el recado de “El Tartera”, para verse en los billares de la glorieta de Bilbao, Pelayo contestó que no había podido darle tal recado, pues llevaba varios días sin verle. Rafael, que contaba 15 años de edad, fue puesto a disposición del Tribunal tutelar de menores, que le dejaría en libertad. También fueron detenidos unos vecinos de Navalcarnero, llamados Miguel Bravo, Matías Álvarez, Mariano Ruiz e Inocencio Rodríguez, que pasarían a disposición del juez del municipio madrileño, que también les dejaría en libertad.

El jueves el 16 de julio de 1936, la prensa madrileña daba una escueta noticia, sin apenas detalles, de la detención de un joven en Colmenar Viejo, relacionado con el truculento crimen y que según la información había enviado una carta anónima amenazante al padre de la víctima, Mariano Sánchez Rexach, que este puso a disposición de la Policía. De aquello nada más se supo, pues al día siguiente estallaba con virulencia inusitada un conflicto bélico que partiría a España en dos, durante casi tres largos años.


Con posterioridad, y ya con Madrid teñido por el rojo de la sangre y el comunismo, se supo que José había sido secuestrado y asesinado por miembros del partido comunista, por el odio que sentían hacia él por su militancia, fervor y amor a Cristo y España.


José había nacido en Arcos de la Frontera, el 5 de junio de 1918. Con su familia ya establecida en Madrid, estudió en el Colegio de los PP. Escolapios de San Antón. El bachillerato lo cursaría en el colegio de San José de los Hermanos Maristas de la calle de Fuencarral. En 1933, funda, junto a otros jóvenes, en el Santuario del Perpetuo Socorro de Madrid, el Centro Juvenil de Acción Católica Mariano Alfonsiano. Ante las elecciones de febrero de 1936, el joven José Sánchez Gallego, acude, el día 2 al Cinema Europa, a oír a José Antonio Primo de Rivera, afiliándose de seguido a Falange Española, pasando a encuadrarse en la centuria del distrito de Chamberí. Aquello sobresaltó a los padres de José, que comenzaron a conocer las amenazas que sufría su hijo. Don Mariano intentó controlar sus movimientos, pidiéndole al joven que pasase gran cantidad del tiempo diario, acompañándole en las oficinas del circo Price.

1936, El cadáver del líder del Bloque Nacional José Calvo Sotelo.


El lunes día 13 de julio, mientras los diputados del bloque Nacional buscaban afanosamente a su desparecido líder, José Calvo Sotelo, secuestrado por un capitán de la Guardia Civil, fuerzas de Asalto y miembros de la escolta del socialista Indalecio Prieto, que después de darle dos tiros en la nuca, abandonarían su cadáver en el cementerio del Este, la familia de José Sánchez Gallego insertaba en la Hoja del Lunes madrileña, una pequeña esquela en la que no se hacía constar para nada su asesinato, limitándose a decir que había fallecido y que el día 14, en la parroquia de Santa Teresa y Santa Isabel del barrio de Chamberí, se oficiaría una Misa por el eterno descanso de su alma. José Mariano sería enterrado de forma provisional en el camposanto de Pozuelo de Alarcón. Finalizada la guerra de Liberación Española de 1936-39, sus familiares trasladaron sus restos mortales al cementerio de Nuestra Señora de la Almudena.


Nota 1).-. En artículos y trabajos de varios historiadores e investigadores acerca de la muerte de Mariano Sánchez Rexach, se menciona que fue asesinado por una partida de milicianos marxistas en el Madrid rojo, a finales del año 36. Pero rebuscando e indagando en la muerte del conocido empresario circense, hemos encontrado información, muy acreditada, de que Mariano Sánchez Rexach falleció, el 28 de enero de 1937, afligido por el dolor y la pena, que le produjo el brutal asesinato de su hijo José. Finalizada la guerra de liberación española, Mercedes y Pilar, hijas de Mariano Sánchez Rexach y hermanas de José, se casarían con los que serían los grandes empresarios del circo en nuestra querida España, Manolo Feijoo y Arturo Castilla, siguiendo de esa forma la tradición familiar.









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