11 DE DICIEMBRE DE 1987. PLACENCIA DE LAS ARMAS (GUIPÚZCOA) SARGENTO DE INTERVENCIÓN DE LA GUARDIA CIVIL JOSÉ LUIS GÓMEZ SOLÍS.
El mismo día 11 de diciembre de 1987, tras la masacre de la Casa-Cuartel de Zaragoza, pasadas las 23:00 horas, la banda terrorista, asesina, marxista y anti española ETA volvía a asesinar, esta vez en la localidad guipuzcoana de Placencia de las Armas al Sargento de Intervención de la Guardia Civil JOSÉ LUIS GÓMEZ SOLÍS acribillándolo a tiros en presencia de su esposa.
Los hechos tuvieron lugar sobre las doce menos diez de la noche, cuando el sargento, adscrito al acuartelamiento de Elgóibar, se dirigía junto con su mujer a su automóvil, estacionado en el Puente Gila, sobre el río Deva, en la localidad guipuzcoana de Placencia de las Armas. En ese preciso instante la pareja fue abordada por tres individuos, de aspecto joven, que, tras apartar a la esposa del guardia civil, efectuaron sobre éste varios disparos, causándole la muerte en el acto. Inmediatamente los terroristas se dieron a la fuga en un automóvil, sustraído momentos antes a punta de pistola en las inmediaciones. La mujer del Sargento, que presenció el criminal atentado, sufrió una fuerte crisis nerviosa, por lo que tuvo que ser atendida por la dotación de una ambulancia de la Asociación de Ayuda en Carretera de Guipúzcoa,
El cadáver, en medio de un gran charco de sangre, presentaba al menos nueve impactos de bala, varios de ellos en la cabeza, que le causaron la muerte en el acto. Entrada la madrugada el juez ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al depósito municipal. Las Fuerzas de Seguridad recogieron al menos diez casquillos de bala en el lugar de los hechos.
El día 12 de diciembre tuvo lugar en la parroquia de Elgóiba, presidido por el ministro del Interior, José Barrionuevo, y el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, el funeral por el alma del sargento de la Guardia Civil José Luis Gómez Solís,
El cuerpo del guardia civil llegó en un coche fúnebre a la parroquia desde la capilla ardiente, que había estado instalada en el cuartel de Elgoibar, donde José Luis Gómez estaba destinado desde hacía cuatro años. Compañeros del fallecido introdujeron a' hombros él féretro en el templo, rodeado de siete Coronas de flores, tras retirar la bandera Nacional y el tricornio que lo cubrían durante la conducción, por orden expresa del malvado obispo Setien.
La tensión entré los asistentes al oficio fúnebre se hizo patente cuando el sacerdote que oficiaba la misa fue interrumpido en la homilía por una persona que le increpó en .voz alta diciéndole: “Limítese a hacer el funeral de este señor y déjese de historias”, cuando el oficiante hablaba sobre el valor de la vida.
Al finalizar la Misa, el féretro, cubierto de nuevo por la bandera de España, fue sacado a hombros del templo por compañeros de José Luis Gómez y, tras rendirle honores, y entonar el Himno de la Guardia Civil, entre gritos de ¡Viva España! ¡Viva la Guardia Civil! fue introducido en un furgón fúnebre que lo trasladó hasta su localidad natal de Badajoz donde sería cristianamente sepultado.
En 1990 la Audiencia Nacional condenó a Pedro José Echevarría Lete, Fermín Javier Urdiain Ciriza, alias Txiki y Xabin, Jesús María Ciganda Sarretea, alias Eneko, y Juan Carlos Balerdi Iturralde a penas de 29 años de reclusión mayor por el asesinato del sargento Gómez Solís.
En enero de 2006, Fermín Urdiain Ciriza era puesto en libertad tras cumplir una pena de casi 17 años de cárcel por diversos atentados en los que incluían ocho asesinatos.
El pistolero sanguinario Jesús María Ciganda Sarratea quedaría en libertad, en mayo de 2013, tras haber cumplido 23 de los 566 años a los que le condenó la Audiencia Nacional por su implicación en siete asesinatos, entre otros crímenes, sin haberse arrepentido de sus fechorías.
En 2015 el etarra Juan Carlos Balerdi Iturralde, condenado a más de 350 años de cárcel por ocho asesinatos, y tras pasar 26 años en la cárcel, por un error judicial, abandonaba, antes de lo previsto, la cárcel de Huelva saliendo en libertad.
Pedro José Echevarría Lete, que acumulaba condenas de 220 años, abandono la cárcel zaragozana de Zuera, saliendo en libertad, en marzo de 2019.
José Luis Gómez Solís, de 44 años y natural de Aldea del Obispo (Cáceres), estaba destinado como sargento interventor de armas en el cuartel de la Guardia Civil en Elgóibar y llevaba cuatro años destinado en Guipúzcoa. Estaba casado y tenía cuatro hijos de edades comprendidas entre los 16 y los 4 años, de los que dos siguieron posteriormente los pasos de su padre, ingresando en la Guardia Civil. El Ayuntamiento de Aldea del Obispo dedicó una calle con el nombre de José Luis, en honor al sargento del Benemérito Instituto asesinado.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior les concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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