HOY 15 DE JUNIO: ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!
- calinfernandezbara
- 14 jun 2024
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15 DE JUNIO DE 1990. VALLADOLID. CORONEL DE INFANTERÍA EN LA RESERVA, MANUEL LÓPEZ MUÑOZ.

Coronel de Infantería en la reserva Manuel López Muñoz.
A las ocho y veinte de la mañana del 15 de junio de 1990, el coronel de Infantería en la reserva activa del Ejército de Tierra, MANUEL LÓPEZ MUÑOZ, era asesinado a tiros en Valladolid, por un hombre y una mujer de unos treinta años. Los terroristas dispararon dos veces a la cabeza y una a la cadera del coronel, atacándole por detrás cuando salía a su casa, junto al portal del número 10 de la calle Turina de la ciudad castellana. Iba vestido con el uniforme militar y se dirigía a su trabajo de secretario del gobernador militar de Valladolid, José Suances.
La pareja de terroristas entró en el bar Estribos, muy próximo al bloque de viviendas donde residía con su familia el coronel López Muñoz, Los disparos que causaron la muerte al coronel Manuel López fueron efectuados con una pistola del calibre nueve corto, munición utilizada habitualmente por los GRAPO. Uno de los disparos, mortal de necesidad, alcanzó al coronel en la nuca y le provocó la pérdida de masa encefálica.
Los disparos pudieron oírse en toda la vecindad. Un hijo del coronel asesinado, Manuel López Represa, alertado por las detonaciones, bajó a la calle inmediatamente y encontró el cuerpo de su padre bañado en un charco de sangre. Estuvo junto al cuerpo de su padre varios minutos, hasta que llegaron al lugar del atentado, efectivos de la Policía Nacional y Municipal, así como el juez de guardia que ordenaría el levantamiento del cadáver. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron autoridades como el alcalde Tomás Rodríguez Bolaños, amigo personal de la víctima, que mostró su "rabia e impotencia" o el entonces presidente de la Junta, Jesús Posada, que condenó el atentado. Un hermano del coronel asesinado, Manuel López Muñoz, aseguró a los medios de comunicación, que su hermano jamás había recibido amenazas y que se había dedicado siempre a su carrera y a su familia.
Los asesinos huyeron corriendo hasta salir al Paseo de Zorrilla. Una mujer que paseaba a su perro fue testigo del crimen.
Al día siguiente del asesinato, miles de personas asistieron al funeral, en la iglesia de San Pablo de Valladolid. La Misa-funeral fue oficiada por el arzobispo de la diócesis, José Delicado Baeza, quien expresó en su homilía la indignación y la repulsa provocadas por la criminal acción. El arzobispo fue ayudado en la Misa concelebrada por el vicario general castrense, José Manuel Estepa, y otros dieciséis sacerdotes castrenses. El Ministro de Defensa estuvo representado por el jefe del Estado Mayor del Ejército, Teniente General Ramón Porgueres, que acompañó a los familiares del coronel asesinado, junto a las principales autoridades civiles y militares de la comunidad de Castilla-León y ciudad de Valladolid.
A la salida del féretro, envuelto en la bandera Nacional y tras ser entonado el Himno Infantería y rendidos honores de ordenanza por una compañía de Infantería, se profirieron gritos despectivos contra el gobierno, así como vivas a España y el Ejército. De seguido, fue introducido, a hombros de compañeros, en un furgón funerario que le trasladaría al cementerio de Ávila.
En un ambiente de emoción contenida, los restos mortales del coronel recibirían cristiana sepultura en una ceremonia presidida por autoridades locales y autonómicas.
El coche fúnebre llegó a Ávila, procedente de Valladolid poco después de la una de la tarde. El automóvil con los restos mortales del coronel fue recibido en el cementerio por el vicario general de la diócesis y secretario canciller del obispado, Julián Blázquez Jiménez, quien rezó un responso por el eterno descanso de la víctima. Entre los asistentes al sepelio se encontraban varios miembros de la familia del militar asesinado, muy conocida en Ávila.
Los GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) asumieron a los pocos días la autoría del atentado como represalia al Gobierno "por no dar solución al problema de la huelga de hambre" de los presos de la banda y en respuesta a la muerte veinte días antes de un miembro de GRAPO encarcelado, José Manuel Sevillano. Este fue el nombre adoptado por el comando que actuó ese día en Valladolid.
El coronel López Muñoz, había nacido en Ávila. Tenía 61 años, Estaba casado con Ma ría Dolores Represa del Prado, con quien tuvo cuatro hijos, tres chicos y una chica. Era secretario del club hípico de Valladolid. Llevaba más de 30 años viviendo en la capital castellana. En el instante de su asesinato, estaba destinado, ya en la reserva activa, el gobierno Militar de Valladolid como secretario particular del Gobernador Militar de la plaza.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo
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