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El genocidio rojo. Por Andrés C.R

Carta al Director aparecida en El Correo de España el día 15 de Diciembre de 2021.


Considerando, que es del todo necesario informar a la opinión publica desconocedora por ignorancia unas veces, por desinterés otras y las más por “abducción” a través del mantra establecido y repetido hasta la extenuación “Golpe de Estado de 1936”; se hace necesario mostrar a luz pública, informaciones, datos, documentos etc., con la finalidad de que se conozca la verdad, sobre las causas y el desencadenante de la contienda española de 1936.


La “Causa Genera 1943 Ministerio de Justicia”, está al alcance de quien quiera leerla, escaneada, con las correspondientes imágenes y reseñas tipográficas, de números de documentos, acreditados todos ellos, tanto testifical como documentalmente.


Así pues, a lo largo de estas entregas, con la inestimable ayuda y apoyo de El Correo De España, pretendo dispensar, retazos, fracciones, escritos, lugares, fechas, direcciones etc.; del mayor fondo documental existente aun a día de hoy que es la “Causa General de 1943, Ministerio De Justicia”; con el fin de facilitar una lectura más breve, progresiva y accesible; del que paso a reproducir su parte de manera textual en cursiva:

Por haber licenciado el Gobierno del Frente Popular, al producirse el Alzamiento, a todos los soldados que se encontraban en filas—si bien pronto se rectificó esta medida—, el Ejército rojo se constituye en un primer momento a base de las milicias marxistas unifica das (socialdemócratas y comunistas), que al advenimiento del Frente Popular como Gobierno se habían formado por iniciativa de éste, como fuerza coactiva al servicio de la política de dicho Frente Popular. Estas milicias marxistas—que a partir del 16 de Febrero de 1916 detenían a los automóviles, obligándoles a entregar cantidades de dinero en favor del Socorro Rojo Internacional, por todas las carreteras, y cacheaban a los ciudadanos en todas las poblaciones, atribuyéndose funciones de policía—hacen su primera presentación oficial, perfectamente uniformados y disciplinados militarmente, durante el referido período prerrevolucionario, en la manifestación de primero de mayo del año 1936, prácticamente exceptuadas de la medida prohibitiva dictada por el Gobierno que había afirmado «que no se permitiría ninguna clase de milicias de carácter político uniformadas, y mucho menos su exhibición por la vía pública» . (Documento número 1 . )


En segundo lugar se forman unidades de milicianos con individuos de las sindicales obreras y partidos políticos frente populistas, tituladas con diversos nombres más o menos expresivos: «Leones rojos», «Columna de Hierro)), «Temple y Rebeldía», «Amor y Libertad», «Spartacus», etc.

Y, por último, se integran en el Ejército rojo los presos por delitos comunes, recién libertados: asesinos, ladrones y reos de delitos análogos de derecho común. (V. documento número 2, A.) Un caso que comprueba la afirmación del origen de las más destacadas unidades del Ejército rojo, cuya recluta fué realizada en los medios criminales, es el de la tristemente célebre «Columna de Hierro», de filiación anarquista, que sembró el terror desde el principio de los sucesos revolucionarios en toda la zona de Levante: Del 2 5 al 26 de agosto de 1936, por orden expresa del Frente Popular, fueron abiertas en Valencia la cárcel Modelo y el presidio de San Miguel de los Reyes, en que cumplían su condena, por delitos graves, centenares de delincuentes comunes . Sólo se exigía para la libertad que los excarcelados se afiliasen— dentro de la misma prisión—a cualquier partido político del Frente Popular. Los ex presidiarios, libertados en masa, pasaron a engrosar las milicias dependientes del grupo de defensa de la C. N. T. y a partir de entonces, organizada ya a base de estos elementos la «Columna de Hierro», esta unidad roja lleva a cabo toda clase de crímenes en las provincias de Levante, siendo varias las prisiones asaltadas por estos ex presidiarios, que dieron muerte en ellas a multitud de presos políticos cuya detención era debida a sospechárseles como desafectos al Frente Popular. En Valencia, el 14 de septiembre de 1936, es asaltada la cárcel Modelo por dos centurias de la «Columna de Hierro», mandadas por José Pellicer Gandía y Pascual Rodilla. Y en la misma fecha asaltaron el Archivo de la Audiencia y el del Gobierno Civil, sin que las autoridades rojas se opusieran ni aun formulariamente a estas actividades. De dicha «Columna de Hierro» se disgregaron varios grupos intitulados «Nosotros», «Los Indeseables»—formado por catalanes—, «Los Iconoclastas» y «Star», que tuvieron sometida a s u capricho la región valenciana . Se acompaña con el número 2, B y C ., fotocopia de la Gaceta de Madrid, de 25 de enero de 1937, publicación oficial del Esta do rojo, en la que aparece el Decreto-Ley de 22 de enero de 1937, e n virtud del cual se amnistía—no se indulta, sino que se amnistía, medida aplicada hasta entonces en España y en el mundo entero civilizado , únicamente a los delitos puramente políticos—a los asesinos y ladrones y a toda clase de maleantes que en «considerable número», como expresa la aludida disposición, forman parte del «Ejército del pueblo» Todo este conjunto vino a formar el llamado Ejército popular, y a tales milicias se acuerda entregar las armas en la fecha histórica del 18 de julio de 1936, como resultado de la reunión que con e l Presidente de la República, Manuel Azaña, tienen en el Palacio Nacional Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto, ambos dirigentes del Partido Socialista, y los prohombres republicanos Diego Martínez Barrio (Presidente de las Cortes), Lara, Barcia y Sánchez Román. Largo Caballero mantuvo la decisión de armar al pueblo, criterio que, en definitiva, prevaleció por la decisión, de enorme trascendencia y responsabilidad histórica, del Presidente de la República, Manuel Azaña, quien alegó—según la declaración prestada por D . Ramón FecedGre sa, ex Ministro de la República y miembro del Partido Nacional Re publicano, dirigido por el Sr. Sánchez Román—, que «las teorías si n masas, no tenían valor. » El Sr. Sánchez Román refirió al Sr. Feced la expresión de satisfacción y de triunfo que se reflejó en el rostro de Largo Caballero al escuchar la decisión del Presidente de la República, que llevaba en sí la imposición de dictadura marxista. Sánchez Román, ante una a resolución tan grave, no se atrevió a prestar la adhesión de su partido al Gobierno que se formase.



Y al poco tiempo, y cuando la turba, encabezada por ase sinos y malhechores de todas clases cometía, con las armas proporcionadas por orden del Presidente de la República, los desmanes ya conocidos, D. Manuel Azaña manifestó—también según declaraciones del Sr. Feced—«que cada día se sentía más satisfecho de no haber escuchado el consejo de quienes proponían no se debía armar al pueblo» Constituido el Ejército rojo, figuran, por excepción, en él algunos militares de carrera, entre los cuales descuellan el General Miaja y el entonces comandante Vicente Rojo (que más adelante alcanza e l grado de General por sus servicios al Gobierno marxista) . Para apreciar la falta de sinceridad en la actitud de estos dos jefes, a quienes Movimiento sorprende en zona dominada por el Gobierno rojo, bastará el tener en cuenta el hecho de que ambos militares figuraban inscritos en la organización«Unión Militar Española (U.M.E.), que había sido formada frente al empuje demagógico de la República con el fin patriótico de oponer en el momento oportuno un dique capaz de salvar a España del embate comunista. Llegado este momento y fracasado el Alzamiento Nacional en Madrid, el General Miaja y el Comandante Rojo, que ven la suerte corrida por tantos jefes y oficiales del Ejército —muchísimos de los cuales son asesinados por el solo hecho de pertenecer a dicha U.M.E. —, lejos de solidarizarse con sus compañeros, se apresuran a brindar sus servicios al Frente Popular. Pero como su conciencia no está tranquila, y creen que con hacer desaparecer la ficha de pertenencia a la mencionada organización, desaparecerá el rastro de su actuación anterior, el día 18 de julio de 1937, el General Miaja, acompañado del que era Comisario General de Policía de Madrid, David Vázquez Baldominos, y del Comisario-Jefe del fichero político a cargo de la policía roja, se presentó en dicho departamento y ordenó se le mostrara su ficha y la del entonces coronel Vicente Rojo, y, una vez en su posesión ambas fichas, se las guardó en el bolsillo .


Los funcionarios de dicho negociado, auténticos frente populistas, vieron con des agrado semejante conducta, por lo que decidieron levantar un acta, a fin de atestiguar lo ocurrido, acta que reviste interés histórico. (Documento número 3.) Francisco Largo Caballero, en ocasión de un informe que rinde ante el Comité Ejecutivo de la U. G. T ., con motivo de su salida del Gobierno en mayo de 1937, como Presidente del Consejo de Ministros—debido a una intriga comunista, que proporciona el Pode r al Dr. Negrín—, da una lista de militares afiliados a la U. M . E. en la que figuran «el General José Miaja y el Coronel Vicente Rojo». El Ejército del Frente Popular queda muy pronto sujeto a la vigilancia del Comisariado Político, copia bastante aproximada del Comisariado Político Soviético. El primer Comisario General fue el socialista comunistoide Álvarez del Vayo; la influencia soviética fue decisiva, adaptándose como insignia del Comisariado la estrella roja de cinco puntas, extendida a todo el Ejército del Frente Popular, que adoptó como saludo militar el ademán del puño cerrado en alto . (Documento número 4.) La labor del Comisariado Político no fue solamente de proselitismo, sino muy principalmente terrorista. La mayoría de los asesinatos cometidos en las unidades militares rojas contra sus propios soldados, sospechosos de desafección o tibieza, se deben a la intervención personal de los Comisarios Políticos, secundados en su tarea por gran número de agentes provocadores que, de acuerdo con la terminología soviética, recibían el nombre de «activistas». A la vigilancia política del Comisariado se agrega en e l año 1937 la vigilancia policíaca del S. I. M., que también asesina impunemente, teniendo a su disposición cada delegado del S. I. M. en las unidades militares rojas, una red de confidentes y agentes provocado res denominados «agentes invisibles» . La rivalidad entre ambos instrumentos de terror, Comisariado Político y S. I. M .—ambos igualmente criminales—es bastante viva, por responder uno y otro a diferentes matices dentro del marxismo, lo que no impedía la cooperación del Comisario Político y del agente del S . I. M. dentro de la misma unidad militar, cuando de cometer algún asesinato se trataba; siendo esta cooperación aún más estrecha cuando el Comisario Político, en vez de ser comunista, era socialista, filiación política que, sobre todo en el Ejército del Centro .

Caracterizaba a los jefes y componentes del S. I. M. El Ejército llamado popular—en el que tantos ladrones y asesinos formaban, según confesión del propio régimen en su Decreto ya mencionado de 22 de enero de 1937—habría de comportarse de acuerdo con su origen, y su conducta en la guerra respondería a est e mismo carácter. En refuerzo de este Ejército, según declaraciones de comunistas destacados, la Internacional Comunista ordenó a los afilia dos de todo el mundo la prestación de la máxima ayuda, encuadrándose muchos de ellos, así como muchos aventureros sin patria, en las Brigadas Internacionales, y de este modo el hampa internacional acampa en la España roja, llegando sus primeras formaciones a Madrid, con toda clase de elementos de guerra, en los primeros días de noviembre de 1936. (Documentos números 5 y 6.) Formaciones que entonces y, en lo sucesivo, sufren la depuración del Diputado francés comunista Andrés Marty, depuración consistente, según varios testimonios, en «eliminar físicamente» a los sospechosos de desafección al comunismo, lo que le valió a Marty el sobrenombre de «Carnicero de Albacete», ciudad en donde se concentraban dichas fuerzas antes de su definitivo destino El resultado es que en todas las Brigadas Mixtas del Ejército rojo se asesina por los más diversos procedimientos a cuantas personas resultan sospechosas de desafección.


Las primitivas milicias voluntarias del Frente Popular resultaron bien pronto insuficientes par a luchar frente al Ejército y al auténtico pueblo de España, y el régimen marxista hubo de recurrir a levas forzosas (Documento número 7) ; por lo que el Ejército frente populista quedó integrado en gran parte por multitud de ciudadanos que, residiendo por azar del destino en la llamada zona roja, no tuvieron más remedio que incorporarse al Ejército referido, so pena de ser asesinados ellos, o incluso sus familiares . Y de toda esta masa de reclutas es criminalmente eliminado todo aquel que por los informes que le acompañan, o simplemente por su aspecto, resulta sospechoso a los jefes del Ejército marxista.


En todas las Brigadas del Ejército rojo se asesina, sin que quepa señalar excepciones. Únicamente pueden establecerse diferencia s de grado por razón del número de asesinatos y del refinamiento en s u realización, pudiendo ser mencionadas, en el Ejército del Centro (Madrid), entre otras, las siguientes unidades, de cuya multitud de crímenes, judicialmente acreditados, se señalan aquí algunos por vía de ejemplo : Primera Brigada Mixta : Asesinato de D . Miguel Millas Caballero, de cuarenta y dos años, tipógrafo. Cuarta Brigada Mixta: Asesinato de D. Francisco Romero del Valle, de veintisiete años. 17 Brigada Mixta: Asesinatos de D. Enrique Sanz Carrasco, de veintiséis años, ebanista, y de D. Juan Francisco Salazar Rozadilla, de veintiún años, estudiante de la Escuela de Artes e Industrias. 18 Brigada Mixta: Asesinato de D. José Gárgoles Barrientos, de veinticuatro años, realizado en el verano de 1938. 19 Brigada Mixta: Asesinato de D. Silvestre Campillo Pellicer, de veintiséis años.


Según declaraciones de su viuda, doña Ignacia Carrera Alonso, fue asesinado por unos oficiales, un sargento, un soldado y un Comisario Político, siendo después profanado el cadáver por la mujer del Comisario, que se encontraba presente21 Brigada Mixta, de la que formaban parte elementos del Batallón «Leones Rojos», integrado por dependientes de comercio pertenecientes a la U. G. T. Asesinatos de D. Santos Alonso Fernández, comerciante; de D. Feliciano Villoslada Sobrino, de veintidós años, comerciante; de D. Lisardo Ponchero Pérez de León, empleado, y de D . Vicente Pérez. Los cuatro mencionados, detenidos en el frente de Teruel, en unión de Juan Jarrote Naredo y José Pintado Calvo, fueron conducidos al pinar de Bézar, donde fueron amarrados a los árboles, siendo martirizados y privados de comida y agua durante algunos días, al cabo de los cuales y después de varios simulacros de fusilamiento, fueron asesinados los cuatro primeros el 10 de agosto de 1937, obrando declaraciones en este sentido de D. José Villoslada Sobrino y D. José Pintado Calvo, prestadas respectivamente el 18 y 19 de noviembre de 1941 . 24 Brigada Mixta: Asesinato, en el año 1937, de D. Francisco Hilario López Castellanos, de veintiséis años, industrial. 26 Brigada Mixta: Asesinato de D. Máximo Burgos Arribas, dependiente de comercio. De veintiún años. Seguido por el Tribunal Militar Permanente del Primer Cuerpo de Ejército rojo, con motivo de este crimen, procedimiento número 1 .792, del año 1938, correspondiente a la 1 ª División, fue sobreseído sin responsabilidad. Por declaraciones prestadas ante la Causa General de Madrid, en 26 de febrero de 1943, por el que fue sargento rojo Anastasio Prudencio García, resulta que la víctima fue asesinada en la madrugada del 30 de marzo de 1938 por orden del Capitán de su Compañía. Asesinatos de D. José Morcillo Sánchez, de dieciocho años, estudiante, y de D. Juan Carballar Pujol, de veintiocho años, cometidos el 20 de diciembre de 1937 seguido igualmente por la Jurisdicción militar roja, por este motivo, un procedimiento de pura fórmula, resultó sobreseído sin responsabilidad. Después de la liberación de España, declaró sobre estos hechos, ante la Causa General, en 12 de enero de 1943, el sargento rojo Antonio Sánchez Román, quien manifestó que el Capitán de la Compañía a que pertenecían las víctimas, ordenó al declarante fueran éstas asesinadas, mandato que fue cursado a dos cabos de la unidad, que lo cumplimentaron, realizándose el crimen en presencia de un Teniente, del declarante y de un sargento. Fueron también asesinados D. Manuel Izquierdo Ros, natural de Alcalá de la Serva, de profesión campesino. Muerto en 12 de diciembre de 1938; D. Jesús Rodríguez Serrano, de treinta y un años, dependiente de vinos, asesinado en 17 de junio de 1937 por la patrulla de Comisarios Políticos; D. Severino González Pelayo, D. Manuel Ciudad Real González, D. Fortunato García Monteagudo, D. Gregorio Sánchez Camaraz, D. Alfredo González Gonzáles y otros muchos. 27 Brigada Mixta, formada a base del Batallón de la U. G. T. «Ángel San Juan», cuyo Comandante fué el tranviario Sebastián Pérez: Asesinato de D. Rafael Fernández del Pino y Almenar, que en la noche del 22 al 23 de septiembre de 1937 fue detenido en su chabola y muerto por la espalda por un teniente, un sargento, un cabo y un soldado de la Unidad, habiendo sido denunciado este asesinato en 24 de junio de 1941 por D. Manuel Fernández del Pino y Almenar. 28 Brigada Mixta: El 16 de noviembre de 1937 fueron detenidos Carlos Río Miranda Ameijeira, Victoriano Paje Martín, Jerónimo Hijón, Baldomero Fernández, Pablo Carpeño Fuentes, José Antón Antón, Manuel Martín García, Eduardo Gálvez Galera y otros muchos, la mayor parte de los cuales fueron asesinados. En diversas ocasiones fueron realizados otros asesinatos, en grupos de tres, cuatro hasta seis detenidos, constando sobre tales hechos declaraciones testificales, como la que él y superviviente D. Eduardo Gálvez Galera prestó ante la Causa General en 26 de junio de 1941.


Fueron asesinados también D. Aquilino Cuadrado (detenido en su casa, estando enfermo, y llevado directamente al frente), D. Lucas de Agustín Valdeolivas, don Agustín Flórez Martín, D. Fernando Carreras piral y D. Victoriano Bastante Díaz, siendo archivados sin responsabilidad los procedimientos judiciales instruidos por las autoridades militares rojas con motivo de estos hechos. En la misma Unidad fueron arrancadas las orejas a un sargento de la Legión, prisionero, que fué a continuación asesinado, habiéndose publicado el hecho en la Orden correspondiente: «para que sirviera de estímulo y de ejemplo».29 Brigada Mixta, formada a base del Batallón comunista «Leal», que tuvo su origen en una «checa)) de la barriada de la Guindalera; también integraban esta Unidad elementos del Batallón «Tomás Meabe»: Asesinatos de D. Diego Gutiérrez Fernández, de veinticinco años; D. Rafael Fernández Viscón, de veinte años ; D . José María Correcher Benedito, de veintisiete años, sastre; D. Secundino Rodríguez Gómez, de veinticinco años, dependiente de comercio, y do n Romualdo Ortiz Santiago. 34 Brigada Mixta: Asesinato, en la madrugada del 15 de noviembre de 1937, del soldado D. Modesto Pérez López, con intervención del Comisariado Político de la Unidad 36 Brigada Mixta: Guarneció el sector de la barriada de Usera: Entre la multitud de asesinatos cometidos por esta Brigada, de significación marxista, figuran los de D. Antonio Gordón Maillo, don Hipólito Laya Baeza, D. Gregorio i. avalle de Miguel, D. Carlos Aguado Ros, D. Francisco Pérez Martín, D. Miguel Torres, D. Julián Berenguer Villaescusa y D . Ángel Martínez Zuazúa.


Los mandos de esta misma Unidad roja, de acuerdo con organismos comunistas de la capital, cometieron en el sector que guarnecía la 36 Brigada los asesinatos y expoliaciones conocidos por «Crímenes del Túnel de la Muerte», que se relatan por separado 39 Brigada Mixta: Esta Unidad, de filiación anarquista, tenía como Comandante a un ex presidiario por delito común de sangre. Guarneció el sector de El Pardo, y a su demarcación eran conducidas numerosas personas residentes en la capital, cuyo asesinato, ordenado por el Comité Regional de Defensa de la C. N. T, se realizaba con mayor sigilo en el frente que en la retaguardia; servía de enlace para estos crímenes entre el referido Comité y la 39 Brigada un oficial de la misma apellidado Adrados Almazán. Otros asesinatos cometidos contra soldados de la Brigada, tuvieron por víctimas a D. Luis Pardo Rodríguez, de veintitrés años, empleado; D. Joaquín Caballero Salamanca, D. Pedro Cachaza y D. Felipe Beaumont León, de veintitrés años, estudiante.

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