7 de noviembre de 1936. Guerra de Liberación Española (1936-1939) Matanzas de Paracuellos del Jarama Y Torrejón de Ardoz.
Fusilamientos de Paracuellos del Jarama . Cuadro de Carlos de Carlos Saenz de Tejada.
Las matanzas de prisioneros indefensos se realizaron por parte de milicianos del frente popular, socialistas, comunistas, marquistas y de izquierda republicana, aprovechando los traslados de presos de diversas cárceles madrileñas, conocidos popularmente como sacas, llevados a cabo entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936. Con las cuatro columnas del ejército Nacional en las puertas de Madrid y para evitar lo que los rojos llamaban “la quinta columna” los presos fueron trasladados de forma engañosa a Valencia, a donde nunca llegarían. Las masacres se ejecutaron en los parajes del arroyo de San José, en Paracuellos de Jarama, y en el Soto de Aldovea, en el término municipal de Torrejón de Ardoz.
1939. Trabajos de exhumación y reconocimiento de los asesinados en Paracuellos del Jarama.
De un total de 33 sacas de presos que tuvieron lugar en las fechas citadas, 23 de ellas terminaron en asesinatos: las de los días 7, 8, 9, 18, 24, 25, 26, 27, 28, 29 y 30 de noviembre y las del 1 y el 3 de diciembre. Los convoyes mencionados fueron desviados hacia los lugares del arroyo San José, en la vega del río Jarama, y a un canal de irrigación fuera de uso, en la vega del río del Henares donde miles de prisioneros fueron asesinados. Entre ellos se encontraban militares, religiosos, falangistas, militantes de partidos de derechas, personas católicas, sin filiación política, cuyo delito era solamente por ir a Misa y otras que en su inmensa mayoría habían sido detenidas por ser consideradas como partidarias del Alzamiento Nacional. Su apresamiento fue realizado sin amparo legal ni acusación formal. Los presos fueron sacados de las prisiones atados con alambre de dos en dos, con listas elaboradas con órdenes por escrito en papel oficial de la Dirección General de Seguridad, muchas firmadas por Segundo Serrano Poncela, el delegado de Orden Público de la Consejería de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid, a las órdenes de Santiago Carrillo.
Entre cinco y siete mil españoles fueron de toda clase y condición, incluso niños, asesinados en aquellas monstruosas, malvadas, inicuas e injustificadas e injustificables matanzas
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