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HOY 10 DE DICIEMBRE:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

10 DE DICIEMBRE DE 1995. ISASONDO (GUIPÚZCOA) JOSÉ LUIS GONZÁLEZ VILLANUEVA E IGNACIO MENDILUCE ECHEBERRI, AGENTES DE LA POLICÍA VASCA.

José Luis González Villanueva, agente de la Policía Vasca.


A las once de la mañana del 10 de diciembre de 1995 el miembro del grupo separatista “Jarrai” Mikel Otegi Unanue, asesinaba en Isasondo (Guipúzcoa) a JOSÉ LUIS GONZÁLEZ VILLANUEVA e IGNACIO MENDILUCE ECHEVERRI, agentes de la Policía Vasca.

Ignacio Mendiluce Echeverri.


A primeras horas de la mañana de ese día Otegi Unanue, había mantenido una fuerte discusión en un comercio de la citada población con una ertzaina fuera de servicio, a la que insultó y llamó cipaya, por lo que la agente le anunció su intención de denunciarle.


Tras la bronca Otegui cogió su vehículo dirigiéndose a velocidad excesiva y "de un modo llamativo por lo irregular" al caserío Oteizabal donde vivía. Su excesiva veloncidad puso en alerta a una patrulla de la Ertzaintza compuesta por los agentes José Luis González Villanueva e Ignacio Mendiluce, que prestaban servicio de rutina en la zona. Al llegar los agentes al caserío, Otegui utilizando una escopeta de caza, disparó de forma inesperada contra los dos policias, por la espalda y a menos de dos metros de distancia. Los dos agentes no tuvieron posibilidad de reaccionar y murieron en el acto.


El hecho de que Otegi, que, posteriormente se integraría en la banda terrorista ETA, fuese miembro de Jarrai tuvo como consecuencia que el asesinato de los dos ertzainas, en un principio, no fuese considerado un atentado terrorista.


Tras ser detenido y encarcelado, fue juzgado por un jurado popular en San Sebastián, hecho que provocó una gran polémica. En un fallo extremadamente parcial y vergonzoso, el 6 de marzo de 1997 el tribunal dictó una sentencia absolutoria por considerar que el asesino no era "en absoluto" dueño de sus actos cuando disparó contra los dos agentes. Cinco días después de ser absuelto, Otegi fue puesto en libertad. Para cuando el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco anuló el juicio y dictaminó que se repitiera la vista oral, lo que dio lugar a un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, Mikel Otegi había huido y fue imposible localizarlo. El 7 de julio de 1997 fue declarado prófugo y se dictó una orden de busca y captura a Interpol.


En 2005, la Audiencia Provincial de Guipúzcoa decidió que el nuevo juicio debía ser competencia de la Audiencia Nacional. En virtud de esta decisión, en abril de 2007 la Fiscalía solicitó a la Audiencia Nacional que procesase a Otegi porque había suficientes indicios para probar el delito de asesinato, señalando que el asesino había actuado "guiado por el sentimiento de hostilidad hacia la institución [la Ertzaintza] originado por su pertenencia a movimientos próximos a la organización terrorista y movido por el ánimo de coadyuvar a los fines de ETA".


Igualmente la Fiscalía solicitaba que se activase la entrega a España de Otegi, que en esos momentos se encontraba cumpliendo una condena de 7 años de cárcel en Francia, donde fue detenido en 2003, por un delito de pertenencia a ETA. La extradición se hizo efectiva en septiembre de 2009. En junio de 2011 la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó para Otegi 70 años de cárcel por el asesinato de los dos ertzainas. La Audiencia Nacional le condenaría 34 años de prisión.


En febrero de 2021 Mikel Otegi Unanue, fue trasladado del Centro Penitenciario Madrid III (Valdemoro) al Centro Penitenciario de Pamplona.


José Luis González Villanueva tenía 34 años y era natural de Galdácano (Vizcaya). Pertenecía a la décima promoción de la Ertzaintza y estaba destinado en la comisaría de Beasain. Estaba casado y su esposa se encontraba embarazada de siete meses del primer hijo de la pareja.


Ignacio Mendiluce Echeverri tenía 26 años y era natural de Zumárraga (Guipúzcoa). Destinado, al igual que González Villanueva, en la comisaría de Beasain. A su funeral, acudió su amigo Óscar Aldaya, hijo del empresario vasco José María Aldaya, que en esos momentos se encontraba secuestrado por ETA.


Los dos agentes asesinados no figuran como víctimas de ETA en los listados oficiales del Ministerio de Interior.

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