11 DE AGOSTO DE 1989. MONTILLANA. GRANADA. CONRADA MUÑOZ HERRERA.
Conrada Muñoz Herrera.
A la una y media del mediodía del 11 de agosto de 1989 la banda terrorista ETA asesinaba en el pueblo granadino de Montillana mediante una carta-bomba, a CONRADA MUÑOZ HERRERA, madre del funcionario de prisiones Dionisio Bolívar Muñoz, destinado en ese momento en el centro penitenciario del Salto del Negro en Las Palmas de Gran Canaria.
El etarra José María Arregui Erostarbe alias “Fitpaldi”, considerado por entonces el jefe del aparato logístico de la banda asesina ETA, preparó dos bombas que simuladas como libros. Ordenó a Francisco Múgica Garmendia “Pakito” que se los entregara a Henri Parot y Jacques Esnal, miembros del comando francés de ETA, que serían los encargados de enviarlos a dos funcionarios de prisiones: Dionisio Bolívar y Juan Antonio Piñero, funcionario de la prisión de Murcia, quien recibió el 10 de agosto un paquete que le resultó sospechoso, por lo que lo llevó al centro penitenciario de Murcia para que fuera objeto de chequeo a través del detector de la propia prisión, donde efectivos de los artificieros de la Policía Nacional, al ver que se trataba de un paquete bomba procedió a desactivarlo.
Al día siguiente, 11 de agosto, otro paquete llego a casa del otro funcionario de prisiones, Dionisio Bolívar Muñoz, en la población de Montillana (Granada). Conrada Muñoz, madre del funcionario, que pasaba en el pueblo sus vacaciones de verano, al ver que el paquete iba destinado a su hijo, confiada, procedió a abrirlo, sin hacer caso a las advertencias de su otro hijo, José María, a quien le extrañó que el sobre lo habían remitido a su domicilio habitual de Granada, y de allí alguien lo reenvió a Montillana con la inscripción "De tu mejor amigo de Murcia", Al quitar el envoltorio, la bomba compuesta por 600 gramos de explosivo plástico, hizo explosión causándole heridas gravísimas de las cuales falleceria al llegar al Hospital de Granada, ingresó cadáver.
Dionisio Bolívar destinado desde hacía un año como oficial de prisiones en el penal del Salto del Negro en Las Palmas de Gran canarias, realizaba su servicio en la galería de delincuencia juvenil, no teniendo ningún tipo de trato con cinco etarras que se encontraban recluidos en el centro penitenciario, entre ellos Juan María Tapia Irujo,Juan José Larrinaga Echevarría, Ernesto Alberdi Olano, Javier Antonio Oregui Echeverría y Juan Carlos Echeverría Lozano.
Según publicaría el diario madrileño ABC al día siguiente del asesinato de Conrada lo siguiente. “Funcionarios de la prisión del Salto del Negro, en la que está destinado el funcionario cuya madre fue asesinada ayer, manifestaron que los presos terroristas acogieron la noticia del atentado con ironías y risas, al tiempo que se dirigían a los funcionarios con la frase “Esto no va a parar”
Al funeral celebrado en la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia, en Granada, asistieron además de los hijos y familiares de la víctima, el ministro del Interior, José Luis Corcuera, el director general de Instituciones Penitenciarias, Antoni Asunción, y el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Garrido. En la iglesia, abarrotada de público, se produjeron escenas de tensión motivadas porque algunos de los asistentes increparon con dureza a los redactores gráficos y a las autoridades.
En 1995 la Audiencia Nacional condenó por este atentado a 98 años de prisión mayor a Henri Parot. En 2002 fueron condenados a sendas penas de 83 años Múgica Garmendia y Arregui Erostarbe. Por su parte, el etarra Jacques Esnal cumple condena a perpetuidad desde 1997 en Francia por la comisión de veintiún atentados en España entre 1978 y 1989.
En agosto de 2022 el sanguinario Henri Parot, cuyo historial cruento sumaba casi 4.800 años de cárcel por 39 asesinatos, fue trasladado desde la prisión de El Dueso, en Santoña (Cantabria) a una cárcel de Vascongadas.
En 2020, Arregui Erostarbe fue trasladado a la prisión de Martutene en San Sebastián. En noviembre de 2022 por orden de la Audiencia Nacional “Fiti” tuvo que volver a prisión al revocar el tercer grado que en el mes de febrero de ese año, le había concedido el Gobierno vasco.
En 2022 Francisco Múgica Gramendia “Paquito” quedó en liberada abandonando la prisión zaragozana de Zuera, después de que la Audiencia Nacional aceptara su recurso con la liquidación de su condena y adelantara su puesta en libertad.
Conrada Muñoz Herrera, de 53 años, fue la primera persona asesinada por ETA en la provincia de Granada. De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
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