11 DE AGOSTO DE 1989. MONTILLANA. GRANADA. CONRADA MUÑOZ HERRERA.
Conrada Muñoz Herrera.
El 11 de agosto de 1989 la banda terrorista, separatista, marxista y antiespañola ETA asesinaba, por medio del envío de una carta bomba, a CONRADA MUÑOZ HERRERA, madre del funcionario de prisiones Dionisio Bolívar Muñoz, destinado en ese momento en el centro penitenciario del Salto del Negro en Las Palmas de Gran Canaria. La deflagración hirió también a un hermano del funcionario de prisiones, José María Bolívar, y una ciudadana portuguesa, Laura Deus Vaqueiro, de 31 años, sobrina de Conrada,
La explosión ocurrió a las 13.15 horas, cuando llegó al domicilio de la víctima, en el pueblo granadino de Montillana, un paquete postal con matasellos de Murcia. Los tres afectados por la explosión fueron trasladados en coches particulares a hospitales de Granada, donde Conrada Muñoz ingresó cadáver con la amputación traumática de las dos manos. Los dos heridos, José María Bolívar y Laura Deus Vaqueiro fueron dados de alta sin ser hospitalizados, tras ser reconocidos en el centro de Traumatología de la capital granadina.
La explosión se produjo 24 horas después de que otro funcionario de prisiones, Juan Antonio Piñero, destinado en Murcia, recibiera un paquete similar con un kilogramo de explosivo, que pudo ser desactivado por la Policía, al comprobar que se trataba de un libro con una bomba en su interior.
El paquete-bomba» que explotó había provocado sospechas a un hermano del destinatario, quien llegó a pensar que pudiera contener un artefacto explosivo y decidió consultar a su madre. Conrada Muñoz, no tuvo en consideración la advertencia de su hijo, al que respondió que no fuera tan desconfiado como su padre, abrió el libro que contenía el paquete y, en ese momento, explotó el artefacto, que contenía 600 gramos de explosivo plástico,. El sobre lo habían remitido al domicilio habitual de Granada de Dionisio Bolívar, y desde allí alguien lo reenvió a Montillana con la inscripción "De tu mejor amigo de Murcia", Conrada Muñoz pasaba unos días de vacaciones en el pueblo granadino.
Al día siguiente en la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia, en Granada, tuvo lugar el funeral por el eterno descanso del alma de Conrada Muñoz con la asistencia del ministro del Interior José Luis Corcuera, el director general de Instituciones Penitenciarias, Antoni Asunción, el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Garrido, y otras autoridades civiles y militares, que acompañaron a la familia y amigos de Conrada.
A la salida del funeral, un hombre de unos cincuenta años, vecino de Montillana, gritó a Corcuera:” Seguro que no matan a ningún socialista. Siempre mueren los de siempre” . El ministro, visiblemente enojado, se dirigió al señor para decirle que aquello no era verdad, pues él mismo había recibido también una carta bomba.
En 1995 la Audiencia Nacional condenó a 98 años de prisión mayor a Henri Parot por la muerte de Conrada Muñoz. En 2002 fueron condenados a penas de 83 años Francisco Múgica Garmendia alias “Pakito” y Jose Arregui Erostarbe, alias Fitipaldi”. La sentencia de la Audiencia nacional constató textualmente: “que el etarra José María Arregui Erostarbe alias “Fitpaldi”, considerado por entonces el jefe del aparato logístico de la banda asesina ETA, preparó dos bombas simuladas como libros. Ordenó entonces a su compañero en la banda, Francisco Múgica Garmendia “Pakito” que se los entregara a Henri Parot y Jacques Esnal, miembros del comando francés de ETA, que serían los encargados de enviarlos a dos funcionarios de prisiones: Dionisio Bolívar y Juan Antonio Piñero”.
En agosto de 2022, el sanguinario Henri Parot, cuyo historial cruento sumaba casi 4.800 años de cárcel por 39 asesinatos, fue trasladado desde la prisión de El Dueso, en Santoña (Cantabria) a una cárcel de Vascongadas.
En 2020, Arregui Erostarbe fue trasladado a la prisión de Martutene en San Sebastián. En noviembre de 2022, por orden de la Audiencia Nacional, “Fiti” tuvo que volver a prisión, al revocar el tercer grado que en el mes de febrero de ese año, le había concedido el Gobierno vasco.
En 2022 Francisco Múgica Garmendia “Paquito” quedó en libertad, abandonando la prisión zaragozana de Zuera, después de que la Audiencia Nacional aceptara su recurso con la liquidación de su condena y adelantara su puesta en libertad.
Otro que intervino en el envío de la carta bomba, el etarra francés Jacques Esnal cumple condena a perpetuidad desde 1997 en Francia, por la comisión de veintiún atentados en España entre 1978 y 1989.
Conrada Muñoz Herrera, de 53 años. Estaba casada y era madre de dos hijos. Fue la primera víctima de ETA en la provincia de Granada. Su hijo Dionisio Bolívar, funcionario de prisiones, a quien iba destinada la carta-bomba, llevaba un año destinado en el penal del Salto del Negro en Las Palmas de Gran Canarias, realizando su servicio en la galería de delincuencia juvenil, no teniendo ningún tipo de trato con cinco etarras que se encontraban recluidos, en esos momentos, el centro penitenciario, El diario madrileño ABC, publicaría al día siguiente del asesinato de Conrada lo siguiente: “Funcionarios de la prisión del Salto del Negro, en la que está destinado el funcionario cuya madre fue asesinada ayer, manifestaron que los presos terroristas acogieron la noticia del atentado con ironías y risas, al tiempo que se dirigían a los funcionarios con la frase “Esto no va a parar”.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a Conrada Muñoz la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
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