12 DE FEBRERO DE 1983. TOLOSA (GUIPUZCOA) PATRICIA LLANILLO BORBOLLA.
Patricia Llanillo Borbolla.
El 12 de febrero de 1983, en torno a las 21:30 horas, pistoleros de ETA asesinaban en Tolosa (Guipúzcoa) a PATRICIA LLANILLO BORBOLLA.
Los hechos ocurrieron cuando José Luis Alonso Álvarez, de 44 años de edad y de profesión industrial, y su esposa, Patricia Llanillo, de 32 años, viajaban en su vehículo por el centro de la villa. Era una noche muy concurrida por celebrarse en esos momentos la tamborrada de los Carnavales de la localidad, Pocos metros antes de llegar a la calle Rondilla, varios desconocidos dispararon ráfagas de metralleta, que alcanzaron a los ocupantes del vehículo, un Seat 131 gris, ocasionando la muerte prácticamente en el acto de Patricia Llanillo.
Inmediatamente después de producirse el atentado, llegaron al lugar varias ambulancias, que trasladaron a los ocupantes del vehículo ametrallado a la clínica de «Nuestra Señora de la Asunción», situada en la misma localidad.
Patricia LLanillo, que estaba embarazada, según informó el Gobierno Civil, ingresó en el centro sanitario ya cadáver, mientras que José Luis Alonso, que presentaba dos impactos de bala en el tórax, siendo intervenido quirúrgicamente.
En el lugar del ametrallamiento se recogieron 16 casquillos de munición de 9 milímetros, tipo Parabellum, maca «FN» y «SF».
En la parroquia de San José, del barrio donostiarra de Amara, se celebraron a las doce del mediodía del día siguiente los funerales por el eterno descanso del alma de Patricia Llanillo.
En la ceremonia religiosa, además de los familiares de la víctima, estuvieron presentes el delegado general del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jáuregui, el gobernador civil de Guipúzcoa, Julén Elgorriaga, el diputado general, Xabier Aizarna, y el alcalde de San Sebastián, Jesús Alkain.
Al término del funeral se produjeron escenas de nerviosismo protagonizadas por la madre y una hermana de la víctima, que tuvieron que ser atendidas por un médico.
La agencia de detectives a la que pertenecía el herido hizo público un comunicado en el que señalaba que “José Luis Alonso se encontraba realizando un servicio encargado por esta agencia de detectives, servicio de orden laboral, sobre el que no podía extenderse por razones de la natural discreción, debida a sus clientes, pero que crecía de la más mínima implicación política, ni directa ni indirecta”. “Esta agencia de detectives no ha realizado ni realiza y ni puede realizar ninguna actividad investigadora que tenga conexión con el ámbito de la vida política, ámbito ante el que mantiene una actitud de escrupulosa neutralidad e independencia». “Manifestar nuestra consternación ante un hecho que, en lo que a ella con cierne, sólo puede ser resulta do de un lamentable y trágico error”.
José Luis Alonso llevaba aproximadamente un mes trabajando en esa empresa como auxiliar de detective privado y se encontraba en el período de prueba. Se encontraba desde hacía unos días en Tolosa, vigilando desde su vehículo y preparando un informe sobre lo que parecía ser un caso de absentismo laboral.
Al parecer ETA lo confundió con un miembro de las Fuerzas de Seguridad. Su mujer estaba con él en el coche pues había ido a hacerle compañía.
De todas formas la banda asesina reivindicaría el asesinato de Patricia Llanillo, propagando el infundio de que el matrimonio colaboraba con la Policía, pero sin reconocer su macabro error.
Un Pleno extraordinario del Ayuntamiento acordó suspender los actos oficiales previos a la fiesta, pero ésta se celebró por decisión de las sociedades populares,
José Miguel Bustinza Yurrebaso, alias Ivan, uno de los supuestos asesinos de Patricia, según la Policía y la Guardia Civil, no pudo ser juzgado, pues cayó muerto en un enfrentamiento con la Guardia Civil en Bilbao en septiembre de 1997.
Patricia Llanillo Borbolla, natural de Santander, tenía 32 años y era ama de casa, Estaba embarazada y casada con José Luis Alonso, de 44 años. El matrimonio tenía dos hijos de quince y catorce años respectivamente. José Luis y Patricia eran políticamente de izquierdas y votantes de Euskadiko Ezkerra.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
A día de hoy el asesinato de Patricia continúa impune.
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