13 DE JULIO DE 1997. HOSPITAL NUESTRA SEÑORA DE ARÁNZAZU. SAN SEBASTIÁN, MIGUEL ÁNGEL BLANCO GARRIDO, CONCEJAL DEL PARTIDO POPULAR EN ERMUA (VIZCAYA).
Miguel Ángel Blanco Garrido. Concejal del Partido Popular en Ermua.
A las 4,30 de la madrugada del 13 de julio de 1997, tras pasar varias horas en coma neurológico profundo, producido por dos tiros en la nuca, disparados por el etarra Francisco Javier García Gaztelu, alias “Txapote”, fallecía MIGUEL ÁNGEL BLANCO GARRIDO.
A la tarde del viernes 10 de julio de 1997, la banda terrorista ETA secuestraba en la estación guipuzcoana de Éibar al concejal del Partido Popular en la localidad vizcaína de Ermua MIGUEL ÁNGEL BLANCO GARRIDO, e imponía un plazo de 48 horas al Gobierno presidido por José María Aznar, para que trasladara a Vascongadas a los presos de ETA o, de lo contrario, lo ejecutarían.
El concejal volvía al trabajo después de comer en casa de sus padres. Eran las 15:20 horas cuando tomó un tren en dirección a Éibar, donde se ubicaba la empresa Eman Consulting en la que prestaba sus servicios como licenciado en Ciencias Empresariales. Al salir de la estación de la localidad guipuzcoana, fue abordado por una mujer que resultó ser la terrorista Irantzu Gallastegi Sodupe alias “Amaia”, que a punta de pistola le condujo hasta un vehículo de color oscuro estacionado en las proximidades, donde se encontraban otros dos terroristas: Francisco Javier García Gaztelu alias “Txapote” y José Luis Geresta Mujika alias “Oker”. El seguimiento e información de los movimientos de Miguel Ángel Blanco había sido facilitado a la banda terrorista por el concejal de Éibar por Herri Batusa, Ibon Muñoa Arizmendarreta.
Tres horas después, la emisora Egin Irratia comunicaba que Miguel Ángel sería asesinado si el Gobierno no trasladaba a los presos de ETA a cárceles del País Vasco antes de las 16:00 horas del sábado 12 de julio. Un chantaje inadmisible e inasumible por el gobierno, que se negó en redondo a negociar con los terroristas.
Ese ultimátum canallesco y malvado por parte de ETA provocó la mayor reacción ciudadana que jamás se había conocido en España en contra de la banda marxista, asesina y anti española y a favor de la libertad de una persona secuestrada. En aquellas cuarenta y ocho terribles y angustiosas horas, más de seis millones de personas se echaron a las calles de toda España en manifestaciones para pedir la libertad de Miguel Ángel.
Nunca se había visto, ni se volvió a ver, en España una reacción tan brutal de rabia e indignación de los ciudadanos contra los terroristas y sus cómplices. Sobre todo en vascongadas, donde las fuerzas de la Policía Autónoma vasca tuvieron que impedir el linchamiento de varios militantes aberzales, el asalto y el intento de quema de varias sedes de Herri Batasuna. Al grito de “asesinos” “Aquí tenéis mi nuca” Centenares de imágenes televisivas y fotografías ilustrando los diarios de toda la nación, donde se veía a los miembros de la Policía vasca despojarse de sus pasamontañas con los que protegían su identidad, desafiando de forma ostensible a los “maestros” del cobarde tiro en la nuca. Fueron horas angustiosas de oración, de manos pintadas de blanco, de velas, en todos los lugares de España. De enormes manifestaciones. Todo fue inútil.
Diez minutos antes de las cinco de la tarde del sábado 12 de julio, a menos de una hora de que expirase el plazo dado al gobierno por la banda separatista, marxista y antiespañola, en una zona despoblada del municipio guipuzcoano de Lasarte, cerca de las cocheras de autobuses, el pistolero García Gaztelu alias “Txapote “descerrajaba dos tiros del calibre 22, en la cabeza del indefenso concejal, atado de manos y puesto de rodillas.
Miguel Ángel seria encontrado poco después por dos vecinos que pasaban por la zona en compañía de sus perros. Trasladado de forma urgentísima al Hospital Nuestra Señora de Aránzazu de la capital guipuzcoana, aún con vida, se le apreciaron dos heridas de bala en la cab3za con orificios de entrada, pero no de salida. Su estado, gravísimo en coma neurológico.
Una vez encontrado el cuerpo de Miguel Ángel, se recibió una llamada anónima, que en nombre de ETA, avisaba de la colocación de un coche-bomba en las inmediaciones de Lasarte-Oria. El aviso resultó ser falso.
El trágico asesinato provocó una enorme movilización de repulsa aún más espectacular que la de los días que duró el malvado secuestro.
Al día siguiente, domingo 13 de julio, se instaló la capilla ardiente en el salón de sesiones del ayuntamiento de Ermua que recibió la incesante visita de autoridades civiles, militares y miles de vecinos de la localidad y municipios limítrofes.
Los restos mortales de Miguel Ángel recibieron sepultura en medio de una impresionante, multitudinaria, inolvidable manifestación de dolor presidida por el Príncipe de Asturias y el presidente del Gobierno José María Aznar, en una desapacible y lluviosa mañana. El pueblo de Ermua se quedó pequeño para acoger a la marea humana que quiso consolar a la familia de Miguel Ángel y expresar y testimoniar su repulsa contra el terrorismo etarra.
En la iglesia, el ataúd fue colocado a los pies del altar, cubierto con la bandera del municipio de Ermua por expreso deseo de su familia. Tras el féretro, se colocó la familia de Miguel Ángel, sus padres y su hermana, y su novia. El funeral fue oficiado por el Obispo Ricardo Blázquez.
Terminada la ceremonia, un aurresku de honor interpretado por una pareja de dantzaris del grupo Arkaitz de Ermua despidió el féretro del concejal a las puertas de la parroquia antes de su traslado al cementerio local donde fue cristianamente inhumado.
El asesinato de Miguel Ángel fue una explosión de rabia contra los crímenes de ETA como no se había visto nunca dese el inicio de los asesinatos de la banda extorsionadora, asesina, marxista y anti española. Fue un clamor en todo el mundo con mensajes de reprobación. El Papa Juan Pablo II denunció el bárbaro asesinato del concejal popular durante la oración del Ángelus. De aquellas movilizaciones durante el secuestro y de las posteriores al asesinato surgiría el denominado "espíritu de Ermua" de contestación social al terrorismo y a sus cómplices y simpatizantes que, en este caso, habían sido parte activa en el secuestro. Desgraciadamente el PSOE traicionaría ese espíritu, a lo que ayudaría con su inacción el Partido Popular.
En 2003, el chivato e informador Ibon Muñoa Arizmendarreta, concejal de Herri Batasuna en Éibar, sería condenado por la Audiencia Nacional a 14 años de prisión como cómplice de un delito de secuestro terrorista al haber alojado a los asesinos de Miguel Ángel y darle todo tipo de información de los movimientos diarios de concejal popular.
En julio de 2006 los terroristas Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, e Irantzu Gallastegi Sodupe, alias Amaia, fueron condenados a 50 años de cárcel por el secuestro y asesinat
Garcia Gaztelu “Txapote” el “amigo” de Pedro Sánchez, se encuentra en prisión desde 2005 cumpliendo una condena acumulada de 30 años por asesinatos, secuestro terrorista, delitos de atentado, de asociación ilícita, depósito de armas, robo, falsificación, estragos, incendios y daños. Actualmente está en la cárcel vasca de Zaballa, donde disfruta en solitario de la celda 43. Su salida de prisión está fijada de forma provisional para 14 de febrero de 2031.
En Marzo de 2023, Irantzu Gallastegui Sodupe alias “Amaia”, fue trasladada a una cárcel de Vascongadas donde se encuentra en la actualidad. Cumplirá las 3/4 partes de la condena en noviembre de 2024.
Ibon Muñoa, tras pasar 20 años en prisión, fue puesto en libertad el domingo 11 de octubre de 2020. Fue recibido con honores de héroe a su llegada a Vascongadas.
En marzo de 1999, el etarra José Luis Geresta Mujika, alias “Oker” y “Ttotto”, quien sujetó a Miguel Ángel mientras García Gaztelu le disparaba dos tiros en la cabeza, fue encontrado muerto con un orificio de bala en la sien derecha en un descampado del municipio guipuzcoano de Rentería.
Miguel Ángel Blanco Garrido tenía 29 años. Licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad del País Vasco, había conseguido un trabajo en Eman Consulting pocos meses antes de su asesinato. Anteriormente había trabajado con su padre en la construcción. Miguel Ángel era hijo de inmigrantes gallegos, Miguel Blanco (albañil) y Consuelo Garrido (ama de casa), ambos nacidos en Junquera de Espadañedo (Orense) y tenía una hermana, María del Mar. Aficionado al deporte y a la música, tocaba la batería en el grupo Póker y era admirador de Héroes del Silencio. Tenía una novia desde hacía siete años con la que tenía planes de boda para septiembre de ese año. Miguel Ángel se afilió a las nuevas generaciones del PP en 1995. La falta de efectivos lo colocó en tercer lugar en las listas municipales y las elecciones lo situaron en el Ayuntamiento de Ermua, donde el Partido Popular se convirtió en la segunda fuerza política tras los comicios de 1995.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
En 2007, una década después de su asesinato, ante los continuos ataques al nicho que guardaba sus restos mortales en el cementerio de Ermua, por parte de los cachorros del brazo político de ETA, Bildu, socios preferentes del Gobierno de Pedro Sánchez, a con varios episodios de vandalización de su lápida, su familia decidió trasladar los restos mortales de Miguel Ángel, al municipio gallego de La Merca, en Orense, donde reposan en la actualidad.
Yorumlar