HOY 14 DE ABRIL:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!
- calinfernandezbara
- 13 abr 2024
- 4 Min. de lectura
14 DE ABRIL DE 1981. SAN SEBASTIÁN. TENIENTE DE INFANTERÍA RETIRADO OSWALDO JOSÉ RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ.

Teniente de Infantería retirado Oswaldo José Rodríguez Fernández.
Cinco minutos antes de las nueve de la mañana del 14 de abril de 1981, a la puerta de la oficina donde trabajaba desde hacía diez meses, era asesinado por un comando de ETA, el teniente de Infantería retirado OSWALDO JOSÉ RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ.
El teniente Rodríguez Fernández, que hacía seis se encontraba retirado de la escala activa del Ejército, se disponía a abrir las oficinas del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS), situado en el centro de San Sebastián, concretamente en el número 62 de la calle Urbieta. El teniente Rodríguez, tras atravesar el portal, se dirigió hacia el primer piso, donde se encontraba su lugar de trabajo. No utilizó el ascensor, sino que tomó las escaleras. Cuando ya se encontraba en el tercer tramo de los tres que componían la subida, dos individuos le dispararon las armas cortas que llevaban y se dieron a la fuga a pie hasta un vehículo que les esperaban en las inmediaciones. El coche utilizado por los autores del atentado fue recuperado por la policía en una calle de San Sebastián.
El vehículo es un «Seat - 124» había sido robado a punta de pistola por dos Individuos a su propietario a primeras horas de la mañana en la calle Nueva del Barrio de Gros, de San Sebastián. El propietario fue llevado por los autores del atentado al monte Igueldo, de San Sebastián, donde lo dejaron atado a un árbol. Posteriormente, se recibió una llamada en la comisaría de policía de San Sebastián, en la que se informaba del lugar donde se encontraba la víctima, por lo que efectivos policiales fueron a liberarle.
En el momento de producirse el atentado, no se encontraba en la escalera ningún vecino. Nadie vio el atentado, pero algunas personas que vivían o trabajan en las proximidades escucharon varias detonaciones.
Oswaldo José Rodríguez venía trabajando en las oficinas del ISFAS desde el pasado mes de junio, en calidad de colaborador Dos minutos después de producirse el atentado, llegó al lugar una compañera de trabajo María del Carmen, quien en principio se percató de que había una persona tendida en el descansillo. Sin reconocer a su compañero de trabajo, salió del edificio y telefoneó al ISFAS. Al ver que nadie le contestaba, requirió la ayuda de algunas personas para auxiliar a la persona que se hallaba tendida en las escaleras Avisados la Policía, el juez y los servicios asistenciales, no se pudo hacer nada por salvar la vida del teniente, y, una hora después del atentado, se ordenaba el levantamiento del cadáver. El cuerpo del teniente Rodríguez Fernández, presentaba, tres impactos. Dos de ellos, penetraron por el cuello. Uno se desvió hacia el pulmón y rompió alguna costilla. El tercero, tenía entrada por el occipital y salía por el tercio del frontal, con pérdida de masa encefálica.
El cadáver fue trasladado al depósito del cementerio municipal de Polloe, en una ambulancia de la Asociación de Ayuda en Carretera. Allí se le practicó la autopsia. Después el cuerpo del teniente de Infantería fue conducido al hospital militar de San Sebastián, donde en principio se pensó instalar la capilla ardiente, que al final se instalaría en el Gobierno Civil de Guipúzcoa,
El funeral por el alma del Teniente Rodríguez Fernández, se ofició a las doce del mediodía del día siguiente, en la parroquia del Sagrado Corazón del barrio donostiarra de Lo-yola, con asistencia de autoridades militares, civiles y familiares.
En lugares destacados se situaron el general inspector del «IFAS» (Instituto Social de las Fuerzas Armadas), Rafael Jimera Ferrer, el gobernador militar de Guipúzcoa, general Portillo Togores, gobernador civil, Pedro Manuel Aristegui, el comandante Militar de Marina y los tres hijos del militar asesinado. La misa fue concelebrada por cinco sacerdotes y el oficiante dijo en la homilía que «es dura nuestra convivencia, muchas lágrimas derramadas corren por hombres y mujeres de nuestra sociedad» Durante la misa de córpore insepulto el Capitán General le impuso una medalla al mérito militar con distintivo blanco al título póstumo, concedida por el Ministro de Defensa. Esta fue entregada a sus hijos.
Antes de terminar la ceremonia religiosa, dos hijas dé Oswaldo José Rodríguez Fernández, sufrieron sendos desmayos y fueron sacadas en brazos de asistentes al funeral, al exterior del templo, donde fueron reanimadas.
Con anterioridad al funeral se había oficiado en el Gobierno Civil de Guipúzcoa, donde había quedado instalada la capilla ardiente, una misa a la que asistió el capitán general de la Sexta Región Militar, Teniente General Luis Polanco Mejorada, el alcalde de san Sebastián y otras autoridades civiles y militares.
El féretro, envuelto en la bandera nacional, fue sacado de la capilla ardiente del Gobierno Civil y trasladado con escolta militar hasta el cementerio donostiarra de Polloe, donde recibió cristiana sepultura.
En llamada al periódico proetarra «Egin», ETA-Militar se responsabilizó del atentado contra el teniente de infantería Oswaldo Rodríguez.
Por el asesinato del teniente de infantería Oswaldo Rodríguez, fueron condenados por la Audiencia Nacional, como autores materiales Jesús María Zabarte Arregui, en 1985, e Ignacio Erro Zazu, en 1988. Este mismo año fue condenado, como cómplice, Juan José Iradi Lizarazu.
Jesús María Zabarte Arregui, conocido como el carnicero de Mondragón, abandonó el Centro Penitenciario de Jaén a las 17.10 horas del 19 de noviembre de 2013 debido a la anulación de la doctrina Parot. Se le atribuían 17 asesinatos por los que fue condenado a 615 años. Tenía previsto salir en 2015.
En noviembre de 2013, Ignacio Erro Zazu Pelos, condenado a 947 años, 9 meses y 14 días por cuatro asesinatos, 22 asesinatos frustrados y seis atentados con muerte, entre otros delitos relacionados con el terrorismo¡, abandonaba la prisión, trasw haber cumplido tan sólo veintiséis, tras ser derogada la doctrina Parot por el Tribunal de derechos humanos de Estrasburgo..
Nacido en Rairiz provincia de Lugo, el teniente Rodríguez Fernández de 59 años de edad, vivió gran parte de su vida en San Sebastián. Estaba viudo y era padre de tres hijos. Hacía seis que se retiró del Ejército y sus últimos destinos fueron en los cuarteles donostiarras de Loyola y en el cuartel general de la Brigada de Montaña número 61, con sede en el Gobierno Militar de Guipúzcoa.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
Comentários