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HOY 16 DE DICIEMBRE:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

16 DE DICIEMBRE DE 1977. IRÚN (GUIPÚZCOA) JULIO MARTÍNEZ EZQUERRO CONCEJAL DEL AYUNTAMIENTO DE IRÚN.

Julio Martínez Ezquerro.


A las 22:30 horas del viernes 16 de diciembre de 1977 la banda terrorista ETA asesinaba en Irún (Guipúzcoa) al concejal del Ayuntamiento de esta localidad, JULIO MARTÍNEZ EZQUERRO.


Julio Martínez fue asesinado a la puerta de un garaje situado frente a su domicilio, un tercer piso de la calle Larrechipi número 31. Acababa de dejar su coche, después de haber trabajado en el estanco-quiosco de periódicos de su propiedad en la Plaza de España y asistir a una reunión en el Ayuntamiento, del cual era concejal. Todos los días iba a despachar periódicos hacia las seis de la mañana y, después de un descanso a la hora del almuerzo, trabajaba hasta casi las nueve en el consistorio.


Según referencias de testigos presenciales, Julio Martínez había abierto la puerta del garaje y tras hacerlo volvió al coche para meterlo. Entonces aparecieron los asesinos que le dispararon a escasos centímetros. La víctima recibió tres impactos de bala en la cabeza y el tórax, que le provocaron la muerte en el acto. La propia mujer, Rosario Sánchez, escuchó desde la casa dos detonaciones; bajó y encontró a su marido mortalmente herido tirado en el suelo. Suplicó entre sollozos ayuda, pero nadie se movió para ayudarle.


Trasladado al hospital municipal, distante tan sólo 500 metros del lugar del suceso, fue ingresado cadáver.


Los asesinos del concejal utilizaron para cometer el atentado un vehículo «Seat 124» blanco, robado el día anterior en San Sebastián, que fue encontrado abandonado al día siguiente en la zona de Larreundi.


El sábado 17 de diciembre se instaló la capilla ardiente en el Ayuntamiento de Irún y a las cuatro de la tarde se celebró el funeral por el alma de Julio Martínez en la Iglesia de Santa María del Juncal de la localidad fronteriza.


A las cuatro menos cuarto de la tarde fue bajado el féretro a hombros de familiares del concejal asesinado hasta los soportales de la casa consistorial, donde fue instalado en una furgoneta. Al llegar a los soportales, se colocó sobre el féretro la bandera Nacional. Seguidamente se puso en marcha la comitiva hacia la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Juncal. Ademas del coche fúnebre que trasladó loas restos mortales de Julio Martínez iba otro furgón con coronas y ramos de flores seguido del coche que transportaba a los familiares. Presidían el duelo, además de la viuda de Julio Martínez, sus dos hijas y sus hermanas: el gobernador civil de la provincia, Antonio de Oyarzábal; gobernador militar, general Melchor Scott de Glendowin; presidente en funciones de la Diputación de Guipúzcoa, alcalde de Irún y otras autoridades provinciales y locales, además de representaciones del Ejercito, Cuerpo General de Policía, Policía Armada y Guardia Civil. Ya en la iglesia el féretro se colocó frente al altar cubierto con las banderas de España e Irún. Santiago Balenciaga, párroco de Santa María del Juncal concelebró el funeral con otros diez sacerdotes de Irún y Fuenterrabía.


El padre Balenciaga expresó su condolencia a la familia y manifestó que la Iglesia estaba en contra de todos los actos de violencia y más contra los que atentaban contra la vida humana. Seguidamente, manifestó que había que sustituir la guerra por la paz, así como el odio por el amor.

Finalizado el funeral, ya en el atrio del templo, el numeroso público congregado comenzó a gritar: “¡Fuera los traidores!” y “La bandera española en el balcón del ayuntamiento” “¡Viva la Guardia Civil!», “Arriba España “"Ni amnistía ni perdón, ETA al paredón", “Autoridad, autoridad, autoridad”, “Traidores al paredón!”. “Julio Martínez, ¡Presente!”"Caídos por Dios y por España" ¡Presentes!”; entonándose por dos veces el “Cara al Sol”.-Entre el numeroso público asistente al funeral había varios grupos de “Fuerza Nueva” de cuyo semanario era suscriptor Julio Martínez y que se podían distinguir por la pegatina que llevaban en sus ropas con la bandera de España.


El 19 de diciembre la banda terrorista ETA reivindicaba el asesinato de Martínez Ezquerro en llamadas a diferentes medios de comunicación. La banda acusaba a la víctima de ser colaborador de la Policía y advertía que continuarían los atentados contra las fuerzas de orden público.


En 1980 los etarras Eugenio Sein Echevarría y Francisco Javier Arocena Salaberria fueron condenados por la Audiencia Nacional a 27 años de prisión mayor como autores materiales del asesinato de Martínez Ezquerro. Un año antes otro terrorista, José Ignacio (Iñaki) Picabea Burunza, alias “Piti” era también detenido acusado de participar en el asesinato del concejal de Irún. Estando en prisión preventiva, fue incluido en las listas de la coalición cómplice de ETA, la aberzale “Herri Batasuna” al parlamento vasco por la provincia de Guipúzcoa, saliendo elegido, Sin embargo en 1981 la Audiencia Nacional condenaría a Picabea a treinta años de cárcel, al probar en sentencia, que él había sido quien había vigilado los movimientos de Julio Martínez Ezquerro. Picabea se fugaría en 1985 de la prisión donostiarra de Martutene, siendo detenido de nuevo, dos años más tarde por la policía Francesa. Las autoridades judiciales galas ordenarían su extradición a España, donde seguiría cumpliendo condena hasta el año 2000 en que saldría en libertad.



Julio Martínez Ezquerro, tenía 47 años. Era natural de Pradejón (La Rioja), pero llevaba residiendo casi toda su vida en Irún. Estaba casado con Rosario Sánchez y tenía dos hijas de 18 y 15 años. Además de ejercer como concejal en el Ayuntamiento de Irún, Martínez Ezquerro regentaba un quiosco de prensa en la plaza de España de la localidad guipuzcoana. Había sido miembro de la Guardia de Franco y era uno de los cuatro concejales que permanecían en su puesto después de que hubiese dimitido el resto de la corporación municipal a causa de la situación política que comenzó a vivirse en Vascongadas tras la muerte del generalísimo Franco.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.

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