16 DE FEBRERO DE 1982. SAN SEBASTIÁN. GUARDIA CIVIL RETIRADO BENJAMÍN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ.
Guardia Civil retirado Benjamín Fernández Fernández.
A las dos y media de la tarde, cerca de la plaza mayor de san Sebastián, un comando de ETA asesinaba al Guardia Civil retirado, BENJAMÍN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, que en esos instantes prestaba sus servicios como conserje de la Consejería de Educación del Gobierno Vasco en San Sebastián.
El atentado se perpetró a las dos y media de la tarde. A esa hora Benjamín Fernández y dos amigos transitaban por la calle 31 de Agosto con el propósito de dirigirse a la Calle Mayor. En esos momentos y al llegar a la altura del «Bar Manolo», tres jóvenes que aguardaban al guardia civil retirado se acercaron por la espalda hasta Benjamín Fernández. Sin mediar palabra, uno de los desconocidos esgrimió una pistola y disparó contra la nuca del jubilado. El guardia civil retirado cayó mortalmente herido al suelo, momento en que el agresor volvió a hacer uso del arma para rematarlo. Como consecuencia de los nuevos disparos Eduardo Paulas Villanova, de 63 años de edad, marino retirado, que acompañaba a la víctima resultó alcanzado por un proyectil en e! tobillo. Una tercera persona que caminaba con el fallecido resultó ilesa.
En el lugar del atentado la Policía Nacional recogió cuatro casquillos marca «FN» 9 mm. «Parabellum», munición que habitualmente utilizaba ETA. La esposa de la víctima tuvo que ser asistida de una crisis nerviosa al enterarse del atentado contra su esposo.
A las once de la mañana del día siguiente, se celebró en el Gobierno Civil de Guipúzcoa un funeral de «córpore insepulto» por los guardias civiles Benjamín Fernández Fernández y José Fragoso Martín, que habían sido asesinados el mismo día en San Sebastián y Oyarzun, respectivamente. El acto estuvo presidido por el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, que viajó por la mañana a la capital guipuzcoana.
A la ceremonia religiosa asistieron también, además de los familiares de las víctimas, el ministro del Interior, Juan José Rosón; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Marcelino Oreja; el director general de la Guardia Civil, teniente general Aramburu Topete; el general jefe de la Quinta Zona de la Guardia Civil, general Cereceda; alcalde de San Sebastián, así como los gobernadores civil y militar de la provincia de Guipúzcoa, y diversos representantes de partidos políticos y números ciudadanos.
El sacerdote oficiante señaló en su homilía “que los católicos somos parte de un ejército que lucha por la paz, la libertad' y la justicia. Que esta sangre sea la última que se derrame en detrimento de la paz deseada por todos”.
Antes de proceder al traslado de los féretros, que, envueltos en la Bandera Nacional, eran portados por compañeros, fue interpretado el himno de la Guardia Civil, entonado por la mayoría de los presentes, que dieron vivas a España, al Rey y a la Guardia Civil. Benjamín Fernández fue cristianamente sepultado en su parroquia natal de Puebla de Burón, en el municipio lucense de Fonsagrada,
Por el asesinato de Benjamín Fernández, la Audiencia nacional condenó primeramente, en 1985, a Jesús María Zabarte Arregui “el carnicero de Mondragón” y posteriormente en 1988 a Juan José Iradi Lizarazu.
Zabarte Arregui fue detenido por la Guardia Civil el 15 de junio de 1984, tras el asalto a un píos de Hernani donde se encontraba un comando de ETA. En una habitación había un zulo donde estaba escondido Zabarte Arregui, tras un espejo chino. Tras el tiroteo que se produjo, y ser detenidos sus compañeros del comando, Juan Luis Lecuona Elorriaga y Agustín Arregui Perurena, efectivos de la Guardia Civil realizaron un registro del inmueble, y allí encontraron al carnicero de Mondragón “el valiente Gudari del tiro en la nuca”, tras el espejo y dentro del zulo, cagado físicamente de miedo, con la pistola en la mano del pánico atroz que le entró.
En 2013, al ser derogada de la doctrina Parot por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Zabarte Arreguí “el carnicero de Mondragón”, tras pasar 29 años y medio entre rejas, de una condena total de más de 620 años de cárcel por 17 asesinatos y una veintena de atentados terroristas, fue puesto en libertad en noviembre de ese año de 2013, abandonando la prisión de Jaén sin arrepentirse de su cruel y malvada carrera de asesinatos.
Benjamín Fernández, era natural de Puebla de Burón, municipio de Fonsagrada (Lugo). Tenia 62 años de edad, Había marchado de su pueblo natal siendo muy joven y actualmente prestaba sus servicios en la Consejería de Educación del Gobierno Vasco en San Sebastián. El último destino del guardia civil, en el cuerpo, fue en el Servicio de Información, en el cuartel de Tolosa. Benjamín Fernández era padre de una hija, maestra. Tenía también una nieta de tres años de edad.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
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