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HOY 16 DE OCTUBRE: ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

16 DE OCTUBRE DE 1988. PAMPLONA. GUARDIA CIVIL JULIO GANGOSO OTERO.

Guardia Civil Julio Gangoso Otero.


A las once menos cuarto de la noche del 16 de octubre de 1988, la explosión de un coche-bomba colocado por la banda terrorista ETA, en calle de Pamplona,  provocaba la muerte del guardia civil JULIO GANGOSO OTERO y hería gravemente a otros siete Guardias Civiles. 


El atentado se registró a la altura del número 3 de la Cuesta de Larraina de la capital navarra, cuando los miembros de la Guardia Civil regresaban a la comandancia en una tanqueta y en un Land Rover, después de haber prestado servicio de vigilancia en la cárcel de Pamplona, próxima al lugar del atentado.


Un «Serpa Rover», de color blanco, aparcado en segunda fila, en cuyo interior los autores del atentado habían colocado 30 kilos de explosivos y otros tantos de metralla, explosionó cuando la tanqueta se encontraba a su altura. El artefacto fue accionado por mando a distancia y la onda expansiva alcanzó de lleno a la tanqueta que se desvió contra un árbol de la calzada. A consecuencia de la misma, el conductor Julio Gangoso Otero fue alcanzado de lleno en la cabeza, provocándole la muerte e hiriendo de gravedad a otros siete guardias civiles componentes del convoy: Vicente Ollero Montes, natural de El Viso (Córdoba), de 21 años; Francisco Javier Montoya Martínez, natural de Vara del Rey (Cuenca), de 21 años; Rafael Checa Bermúdez, natural de Villagordo, Jaén, de 21 años; Paulino Parrilla Galdón, natural de Santiesteban del Puerto (Jaén), de 23 años; Ángel Segura Coto natural de Málaga, de 22 años; Felipe Luis Cruz Ávila, natural de Martos (Jaén), de 21 años; y José Luis Alonso Gaona, natural de Albanilla (Murcia), de 24 años. El Land Rover que formaba parte del convoy resultó intacto y sus cuatro ocupantes, ilesos.


El coche bomba quedó irreconocible y grandes trozos del mismo fueron lanzados a varios metros de distancia. De la potencia de la onda expansiva dio muestra el que un vehículo aparcado junto al coche-bomba fue lanzado a unos 15 metros, junto a unos jardines próximos, quedando tan sólo de él un amasijo de hierros. El vehículo utilizado por ETA para perpetrar el atentado, contra la Guardia Civil había sido robado en la localidad vizcaína de Basauri. Los etarras tras hacerse con el vehículo abandonaron a su propietario y a un acompañante, atados a un árbol. Tras el robo, los terroristas se dirigieron al puerto navarro de Echauri, donde robaron otro vehículo, dejando también a su dueño amarrado a un árbol. Con este vehículo huyeron los asesinos de la banda una vez que activaron la furgoneta-bomba.


Una voz anónima, que dijo hablar en nombre de ETA, alertó, por medio de una llamada telefónica, a la Asociación de Ayuda en Carretera Detente y Ayuda (DYA) de Navarra, que tres personas se encontraban atadas a árboles en una zona de la localidad de Estella. Igualmente reivindicaba para la banda terrorista, la explosión del artefacto que causaría la muerte del Guardia civil Julio Gangoso.


En el lugar de los hechos se concentraron numerosas personas que vitorearon a la Guardia Civil y dieron vivas a España y gritos contra ETA y Herri Batasuna.


Por expreso deseo del alcalde de Pamplona, Javier Chourraut, dirigente de Unión del Pueblo Navarro, la capilla ardiente del Guardia Civil Gangoso Otero se instaló en el Ayuntamiento, siendo la primera vez que esto se hacía con una víctima del terrorismo.


Al funeral en la Iglesia de San Cernín de la capital navarra acudió, además del alcalde, el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, el presidente del Gobierno de Navarra, Gabriel Urralburu y otras autoridades militares y civiles Al terminar el mismo, y tras interpretarse el Himno de la Guardia Civil por parte de la unidad de música del Regimiento de Infantería de América y una compañía de la Guardia Civil,  una gran parte del numeroso público asistente profirió insultos contra las autoridades y pidió la restauración de la pena de muerte.


En 1995 la Audiencia Nacional condenó a los asesinos Juan José Zubieta Zubeldia, Javier Goldaraz Aldaya y Germán Rubenach, miembros del grupo Nafarroa, entre otras a sendas penas de 29 años de reclusión por el asesinato de Julio Gangoso y a 18 años de prisión mayor por cada uno de los siete asesinatos frustrados. En total, cada uno fue condenado a 170 años de cárcel.


El 20 de noviembre de 2013, Juan José Zubieta Zubeldia,  tras 22 años en prisión, en virtud de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que derogaba la llamada Doctrina Parot, abandonaba la cárcel de Monterroso en Lugo. Igualmente lo haría por el mismo motivo el etarra Javier Goldaraz Aldaya. En abril de 2014, Germán Rubenach, tras haber cumplido 24 años de cárcel también se beneficiaría de la anulación de la doctrina Parot.


El Guardia Civil Julio Gangoso Otero era natural de Benavente (Zamora) tenía 31 años, estaba casado con Ana María Fidalgo y tenía dos hijos de 7 y 2 años.  Sus restos mortales serían cristianamente sepultados en su localidad natal de Benavente el 18 de octubre con la asistencia de cientos de vecinos que secundaron la llamada del Ayuntamiento decretando un día de luto oficial y solicitando el cese de la actividad laboral durante una hora para mostrar su repulsa al asesinato de su vecino.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió  la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.

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