18 DE AGOSTO DE 1979. MADRID. ATENTADO ESTACIÓN DE ATOCHA. JOSÉ MANUEL JUAN BOIX.
José Manuel Juan Boix.
El 18 de agosto de 1979 fallecía en el Hospital de La Paz el joven atleta JOSÉ MANUEL JUAN BOIX veinte días después de quedar gravemente herido como consecuencia de la explosión de la segunda bomba de una cadena de atentados indiscriminados de la banda terrorista ETA en el aeropuerto de Barajas y en las estaciones de tren de Chamartín y Atocha. Con su muerte se elevaba a siete el número de víctimas mortales provocadas por las explosiones.
José Manuel fue herido por la explosión de la bomba de la estación de Chamartín, que mató en el acto a la estudiante danesa Dorothy Fertig. Ingresado en La Paz, a Jose Manuel se le diagnosticó un politraumatismo de pronóstico muy grave, no pudiendo superar las heridas, falleciendo el día 18 de agosto.
José Manuel Juan Boix tenía 18 años y era natural de Zaragoza. Estudiante y prometedor atleta, especialista en la modalidad de fondo. Era el atleta aragonés de fondo con mayor proyección internacional y acababa de ganar el Campeonato de España junior de tres mil metros lisos. Poco antes, se había proclamado campeón del mundo en Limerick (Irlanda), como parte del equipo junior de campo a través, y había conseguido la mínima para participar en el Campeonato de Europa Junior al Aire Libre. Su corta vida deportiva la desarrolló en dos clubes aragoneses: el Iris y el Scorpio 71. La pista de atletismo de Zaragoza lleva su nombre y cada año, desde su asesinato, se organiza un Memorial en su nombre en esa ciudad.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
18 DE AGOSTO DE 1986. VILLAREAL DE ÁLAVA. CORONEL DEL EJÉRCITO DE TIERRA JOSÉ MARÍA PICATOSTE GONZÁLEZ DE ECHÁVARRI.
Coronel del Ejército de Tierra en la reserva activa José María Picatoste González de Echávarri.
En la tarde del 18 de agosto de 1986 la banda terrorista ETA asesinaba en Villareal de Álava al coronel del Ejército de Tierra en la reserva activa, JOSÉ MARÍA PICATOSTE GONZÁLEZ DE ECHÁVARRI.
El asesinato se produjo en el aparcamiento del restaurante Casa Astola poco después de las 18:20 horas. Dos jóvenes le dispararon varias veces cuando el coronel Picatoste, que iba vestido de paisano, acababa de entrar en su vehículo, un Seat 1.500, acompañado de su mujer, dos hijos, una sobrina y otro matrimonio. La víctima fue alcanzada tres veces, dos de ellas en el costado y una en el cuello, falleciendo prácticamente en el acto. Su mujer resultó herida por los cristales del vehículo rotos por los disparos de los terroristas. En el lugar de los hechos se hallaron cuatro casquillos de bala del calibre 9 milímetros parabellum.
En el momento de producirse el asesinato se encontraban en la barra del establecimiento media docena de personas. Al parecer, dentro del mismo local se encontraban los etarras, miembros del grupo Araba de ETA, tomando un refresco a la espera de que el militar saliese del mismo.
El coche usado por los asesinos, un Ford Fiesta rojo, fue encontrado hora y media después de que se cometiera el crimen en el kilómetro 22 de la carretera 625, a la altura del puerto de Cruceta, en la localidad alavesa de Aramayona.
Un hijo de la víctima, José María Picatoste, ante el cadáver de su padre, se dirigió a los periodistas gritando: "Nosotros no perdonamos. Desde ahora, están sentenciados a muerte. Esto no es política, son muertes, y han matado a mi padre. Lo único que hacen es destrozar familias”. El coronel acostumbraba a pasar algunos días de vacaciones en Villarreal de Álava. Iba a pasar a la reserva tres meses después y nunca había recibido amenazas, según comentaron sus familiares.
Una vez levantado el cadáver este fue trasladado en la noche de su asesinato al depósito de cadáveres del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria, donde se le practicaría la autopsia. Sus restos mortales fueron trasladados hasta Logroño, donde se instaló la capilla ardiente en las dependencias del Gobierno Militar. El funeral tuvo lugar el 20 de agosto en la capital de La rioja y fueron presididos por el ministro de Defensa, Narcís Serra, y el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, José María Sáenz de Tejada. Ofició el funeral, ante el féretro cubierto por la bandera Nacional y la gorra de gala del coronel asesinado encima de él, el vicario de la Región Militar, coronel capellán castrense José González, que pidió a los asistentes-“generosidad en su oración por esta nueva víctima del odio fanático contra España y el Ejército”.
Concluido el funeral, se rindieron los honores reglamentarios al coronel asesinado, ante cuyo féretro se entonó el himno de Artillería y desfiló una batería del grupo de Artillería LI. Mientras se introducía el féretro en el furgón funerario sonaron vivas al Ejército y a España y gritos contra el terrorismo de ETA, por parte de numerosas personas asistentes al funeral.
Por expreso deseo de los familiares, los informadores, literarios y gráficos, fueron aislados del resto de los asistentes y situados en la parte alta del patio.
En 1989 la Audiencia Nacional condenó a Francisco Antonio Cabello Pérez y a Juan María Gabirondo Agote por el asesinato de José María Picatoste, con los agravantes de alevosía y premeditación, a 29 años de prisión. En el mismo fallo se condenó a Eduardo Sainz Lobato a 27 años de prisión por los delitos de atentado y pertenencia a banda armada, pero sin el agravante de alevosía y premeditación. Por último, Jon Joseba Arrejolaleiba Madina fue condenado por pertenencia a banda armada a 7 años de prisión. "Laguntzaile" (colaborador) de la banda, fue quien trasladó al comando a esa localidad para perpetrar el asesinato.
En 2013 el etarra Juan María Gabirondo Agote abandonaría la cárcel de A Lama, en Pontevedra, saliendo en libertad.
En 2005 Sainz Lobato salió en libertad, después de cumplir 18 años de los 30 que como máximo debería cumplir al ser condenado por el Código Penal de 1973 y después de que la Audiencia Nacional, decidiera, revisar la propuesta de licenciamiento y las redenciones concedidas.
El coronel José María Picatoste González de Echávarri, tenía 58 años de edad. Estaba casado y tenía cuatro hijos. Era coronel de Artillería en la reserva activa y estaba destinado en el cuartel general de la brigada de Artillería de Burgos cuando fue asesinado. Pertenecía a la séptima promoción de la Academia General de Zaragoza y era especialista en artillería antiaérea.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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