19 DE NOVIEMBRE DE 1991. GALDÁCANO (VIZCAYA) SARGENTO DE LA GUARDIA CIVIL PEDRO CARBONERO FERNÁNDEZ.
Sargento de la Guardia Civil Pedro Carbonero Fernández.
Sobre las nueve de la noche del 19 de noviembre de 1991, un miembro de ETA, que tras investigaciones de la Policía Nacional y Guardia Civil, resultaría ser el sanguinario Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias “Gadafi”, asesinaba de dos tiros por la espalda al sargento de la Guardia Civil PEDRO CARBONERO FERNÁNDEZ.
El atentado se produjo ocho minutos antes de las nueve de la noche frente al número 53 de la calle de Juan Bautista Uriarte, de Galdácano, en el momento en que el sargento de la Guardia Civil esperaba junto a su novia, Gracia Oliva, la llegada del autobús en una parada, un individuo con barba se acercó por la espalda y le disparó varios tiros, rematándolo con un disparo en la cabeza cuando el sargento Carbonero se encontraba en el suelo herido. Una de las balas alcanzó al Sargento Carbonero en la cabeza, con entrada por la parte frontal y salida por la occipital. Además sufrió otros dos impactos en los costados, a la altura de la axila. En el lugar del atentado se recogieron tres casquillos de bala.
Trasladado urgentemente al Hospital de Galdácano por la asociación de ayuda en carretera Detente y Ayuda (DYA) ingresó en el hospital con parada cardiorrespiratoria Los médicos certificaron su fallecimiento una hora después de su ingreso en el hospital.
Tras su “valerosa” acción el asesino huyó a pie de forma inmediata, subiéndose, unos metros después, a un taxi donde le esperaba otro miembro de la banda asesina. El vehículo había sido robado a punta de pistola sobre las 20:30 horas en la parada de taxis del propio Galdácano. Los asesinos abandonaron posteriormente el taxi a dos kilómetros del lugar de los hechos, en la calle Larrazabal de Basauri.
En la madrugada del día siguiente, 20 de noviembre, se instaló en el Gobierno Civil la capilla ardiente del suboficial de instituto Armado asesinado.
Rafael Vera, en ausencia del ministro del Interior, José Luis Corcuera, que se encontraba de viaje oficial en La Haya, presidió los funerales oficiados en la iglesia de los Padres Agustinos de Bilbao, por el alma del sargento de la Guardia Civil, Pedro Carbonero Fernández, funeral asistieron los cuatro hijos del fallecido, tres chicos y una chica de edades comprendidas entre los 22 y 27 años. Los restos mortales del guardia civil fueron después conducidos a Madrid, y posteriormente serán trasladados a su pueblo natal Peraleda de San Román en Cáceres.
En 1996 la Audiencia Nacional condenó a Javier Martínez Izaguirre, como autor responsable del asesinato del sargento Carbonero, a la pena de 30 años de reclusión mayor. La misma sentencia condenó a Juan Manuel Tobalina Rodríguez en concepto de encubridor a 10 años de prisión mayor.
En enero de 2007, la Audiencia Nacional condenó a Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, a 30 años de prisión mayor como autor material del asesinato.
Según se puede leer en las dos sentencias condenatorias de la Audiencia Nacional:” Martínez Izaguirre e Iglesias Chouzas, planificaron, con la ayuda de Tobalina Rodríguez, asesinar al sargento Carbonero en noviembre de 1991. Tras someterlo a vigilancia previa para confirmar sus itinerarios y rutinas, intentaron cometer el atentado el día 18 de noviembre. Ese día, por la tarde, fueron trasladados por Juan Manuel Tobalina en un vehículo hasta Galdácano, donde Gadafi y Martínez Izaguirre tomaron un taxi. Instantes después de iniciado el trayecto se identificaron al taxista como miembros de ETA y le obligaron a que los llevara hasta el barrio de Elejalde, donde le hicieron apearse, continuando aquellos con el vehículo. Sin embargo al no localizar al sargento y regresaron al lugar donde habían dejado al taxista, obligándole a llevarles hasta Basauri, donde Iglesias Chouzas y Martínez Izaguirre se apearon, entregaron al conductor 3.000 pesetas y le advirtieron que no denunciase lo sucedido".
“Al día siguiente, 19 de noviembre, ambos volvieron a trasladarse hasta Galdácano. Sobre las 20:40 horas tomaron un taxi y, tras amenazar al conductor mostrándole una pistola, le dijeron somos miembros de ETA y le obligaron a que se bajara del coche en las proximidades del Ayuntamiento. A continuación los dos se dirigieron hacia la calle Juan Bautista Uriarte y, a la altura del número 53, localizaron a Carbonero, que regresaba hacia el cuartel de la Guardia Civil en compañía de su pareja. Gadafi se bajó del taxi y, situándose detrás del sargento de la Guardia Civil, le disparó dos tiros que le alcanzaron en la zona izquierda del tórax. Una vez en el suelo, el asesino lo remató con otro disparo a bocajarro en la región occipital. A continuación, huyeron del lugar y se refugiaron en el domicilio de Juan Manuel Tobalina”
En la actualidad Iglesias Chouzas alias “Gadafi” se encuentra cumpliendo condena en una prisión de Vascongadas, por asesinatos, atentados, estragos, terrorismo, depósito de armas y explosivos, detención ilegal y robo con violencia, que llegará a sus tres cuartas partes en febrero de 2031.
Javier Martínez Izaguirre, que llevaba 29 años en prisión por 13 asesinatos, abandonó en noviembre de 2013 el Centro Penitenciario de Jaén una vez que la Sección Segunda de la Audiencia Nacional acordó su liberación tras la derogación de la conocida como doctrina Parot por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH)
Pedro Carbonero Fernández, sargento de la Guardia Civil de 54 años, estaba viudo y tenía cuatro hijos, tres chicos y una chica, con edades comprendidas entre los 27 y los 22 años. Natural de la localidad cacereña de Peraleda de San Román, donde fueron inhumados sus restos mortales, llevaba diecisiete años destinado en el País Vasco. Cuando fue asesinado desempeñaba el cargo de jefe del puesto de la Guardia Civil de Galdácano.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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