18 DE OCTUBRE DE 1983. GALDÁCANO (VIZCAYA) CAPITÁN DE FARMACIA ALBERTO MARTÍN BARRIOS.
Capitán de Farmacia del Ejército de Tierra Alberto Martín Barrios.
La noche del 18 de octubre de 1983, en una zona cercana a la localidad vizcaína de Galdácano, un grupo que había nacido como resultado de una escisión en la rama político militar de ETA, que se hacía llamar “ETA-pm VIII Asamblea”, conocidos como los octavos, asesinaba, tras secuestrarle, al Capitán de Farmacia ALBERTO MARTÍN BARRIOS.
En la mañana del cinco de octubre, el capitán de Farmacia Alberto Martín abandonó su domicilio, sito en el número 51 de la calle Rodríguez Arias, hacia las nueve menos- cuarto de la mañana del miércoles. El militar, vestido de civil, se dirigió a pie hasta un garaje existente en la confluencia de las calles María Díaz de Haro y Rodríguez Arias, en donde tenía una plaza para guardar su vehículo, un «Ford Escort 1600», de color-rojo, matrícula BI-6504-Y. En ese instante se perdió la pista del militar.
Alberto Martín debía haberse dirigido al Gobierno Militar, donde, cómo jefe de los servicios farmacéuticos, tenía la metódica costumbre de llegar entre las nueve y nueve y media de la mañana.
En el Gobierno Militar se dio la alarma al mediodía del mismo miércoles, después de establecerse comunicación con el domicilio del desaparecido y verificar que había salido en dirección a las instalaciones militares. «Se realizaron las oportunas averiguaciones en los centros sanitarios, dada la posibilidad de que hubiese sufrido algún accidente, pero al obtener resultado negativo se iniciaron los trabajos de búsqueda. Hacia las ocho de la tarde, funcionarios de Policía localizaron el vehículo del militar en el camino de San Adrián, próximo a los accesos de la autopista Bilbao - San Sebastián y a unos quinientos metros del Gobierno Militar.
El coche se encontraba con las puertas cerradas y las llaves sobre el asiento contiguo al del conductor. En el interior del turismo también se encontró un revólver. En principio se creyó que pertenecía al propio capitán Martín, gran aficionado al tiro y poseedor de pistolas, revólveres y rifles, todos ellos con la correspondiente licencia. No obstante, familiares del desaparecido aseguraron que él arma encontrada no pertenecía al capitán de Farmacia.
Especialistas en desactivación de explosivos examinaron minuciosamente el vehículo, ante la posible existencia de alguna bomba. Tras el examen, el coche fue puesto a disposición delas autoridades militares. A las nueve y cuarto de la noche, el turismo quedaba depositado en el patio del Gobierno Militar.
Al día siguiente de la desaparición del Capitán Martín Barrios, ETA-PM (VIH Asamblea) hizo público un comunicado en el que asumía la autoría del secuestro del capitán de Farmacia del Ejército de Tierra, Alberto Martín Barrios, realizado a primeras horas de la mañana del miércoles. A cambio de su puesta en libertad pedía la de los procesados por el asalto al cuartel de Berga, varios de los cuales militan en dicha organización terrorista.
El día 7 enviaría otra misiva en el que exigían a Televisión Española (TVE) la lectura "en sus informativos de la tarde" de un texto titulado "Berga: 1.000 años de condena a militantes abertzales" en el que cuestionaban la jurisdicción militar por la que iban a ser juzgados los etarras que asaltaron el cuartel y señalaban que, de ser juzgados por la jurisdicción civil estarían en libertad condicional, por lo que consideraban desorbitadas" las penas que se pedían, que sumaban más de 1.000 años, a los nueve procesados.
El 9 de octubre los etarras remitieron un escrito a la familia del capitán exigiendo que TVE diese lectura de su comunicado el día 11 en los telediarios de la tarde y de la noche.
El día 13 en un cuarto comunicado la banda asesina, marxista y antiespañola, conminaba a las autoridades y a la familia del capitán secuestrado con un ultimátum donde se daba de plazo treinta y seis horas para que el texto fuera leído en los informativos de las 15:00 horas y de las 20:30 horas. Este comunicado iba acompañado de dos fotografías del capitán secuestrado, en las que Martín Barrios aparecía con barba de varios días delante de una ikurriña y de carteles y pegatinas de la banda asesina.
Ante esta presión, TVE emitió el día 13 una parte del escrito, condicionando su difusión completa a la liberación del capitán. Los familiares, desesperados, pidieron a Julio de Benito, responsable de los servicios informativos de RNE, que emitiesen otro resumen en el informativo España a las ocho, petición que fue aceptada. Además, los periódicos vascos y algunos diarios de Madrid publicaron íntegro el documento de los etarras.
Un disparo en la sien terminó con la vida del capitán del Ejército, Alberto Martín Barrios, cuyo cadáver fue hallado poco después de las nueve de la mañana del día 19 de octubre en una caseta semiderruida en la localidad vizcaína de Galdácano. Un comunicante anónimo, que dijo hablar en nombre de ETA-PM, avisó a la Cruz Roja de Bilbao de que el cadáver del farmacéutico militar, había sido depositado en un vivero de Galdácano, a 10 kilómetros de Bilbao. El comunicante aseguró a su interlocutor que hablaba en serio.
la Guardia Civil y la Cruz Roja encontraban en el lugar señalado el cuerpo sin vida de un hombre con un orificio de bala en la cabeza del que salía un hilo de sangre ya seca, con barba de varios días, amordazado y maniatado. Aunque a primera vista se identificó al capitán Martín Barrios, se practicó un examen de huellas dactilares, que confirmó la identidad del cadáver. A las once de la mañana, el juez de guardia procedió al levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Hospital Provincial de Basurto, donde le fue practicada la autopsia. Según ésta, la muerte se produjo entre las siete y las ocho de la tarde del martes 18 de octubre. La Policía afirmó que el crimen fue perpetrado en el lugar donde apareció el cadáver.
La esposa del capitán, que se encontraba muy delicada de salud, fue informada del asesinato de su marido, una vez que fueron comprobadas las huellas dactilares. Un miembro de la familia se trasladó hasta el lugar donde fue hallado el cadáver, al igual que los gobernadores civil y militar de Vizcaya, mandos de la Guardia Civil y Policía Nacional.
El casquillo de bala, disparado con un revólver calibre 38, fue hallado por un guarda forestal muy cerca del cadáver. El capitán Martín Barrios, ya sin vida, fue encontrado en posición de sentado y medio inclinado hacia un costado. Vestía pantalón blanco y un jersey azul.
El Consejo de Ministros, reunido en el palacio de la Moncloa, hizo pública la siguiente nota oficial sobre el asesinato del capitán Alberto Martín Barrios. Decía así.” El Consejo de Ministros ha conocido, al comienzo de su reunión de hoy, la noticia del vil asesinato del capitán de Farmacia, Alberto Martín, que había sido secuestrado hace 15 días por la banda terrorista ETA. El Gobierno de la nación comparte la indignación de la sociedad española por esta nueva muestra de brutalidad del terrorismo, que se añade a otros recientes atentados criminales, y hace suyo el dolor de la familia del asesinado y de las Fuerzas Armadas. El ministro de Defensa, interrumpiendo su presencia -en el Consejo, ha convocado al presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y al jefe del Estado Mayor del Ejército, para transmitirle la información de que dispone el Consejo sobre este asesinato». El Consejo de Ministros desea manifestar a la opinión pública que no está dispuesto a ceder a ningún chantaje terrorista contra el Estado y la sociedad española. Con éste acto horrendo, las bandas terroristas no hacen más que confirmar su carácter de mafia organizada contra la convivencia libre y pacífica de los ciudadanos y pueblos de España. El Gobierno desea transmitir a la sociedad española la seguridad de que su lucha contra el terrorismo, en la que cuenta con el respaldo de todas las fuerzas políticas democráticas, continúa con absoluta firmeza y pide, al mismo tiempo, la máxima colaboración ciudadana en su esfuerzo por acabar con este permanente ataque al derecho de vivir en' paz y en libertad que desea y exige el pueblo español”.
Los funerales por el capitán de Farmacia, Alberto Martín Barrios fueron oficiados en la basílica de Begoña, de Bilbao, con asistencia de destacadas autoridades. El lendakari del Gobierno Vasco, Carlos Garaicoechea, y el ministro de Defensa, Narciso Serra, presidieron los oficios religiosos, a los que asistieron el jefe del Estado Mayor del Ejército, Ascanio Togores; el capitán general de la Sexta Región, el gobernador militar de Vizcaya, et jefe de la Policía Autónoma Vasca y mandos de la Policía Nacional, Guardia Civil, Cuerpo Superior de Policía y mandos militares, así como otras autoridades civiles.
Una hora antes de la prevista para el comienzo del funeral, numerosas personas se concentraron en las inmediaciones del templo. Unas 3.000 no pudieron entrar por falta de espacio. A las 12, llegaron el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor del Ejército, acompañados por el capitán general de la Sexta Región Militar y las autoridades civiles y militares.
El ministro escuchó el Himno Nacional, que fue interpretado por la banda del regimiento de Infantería de Garellano. Posteriormente pasó revista a una compañía, que le rindió honores de ordenanza.
El féretro, llegó a las 12,25. Acompañando a los restos mortales del militar asesinado, llegaron los padres de la víctima, así como los de la viuda y otros familiares.
El féretro fue introducido en el templo a hombros de seis oficiales del Ejército de Tierra y cubierto con la bandera nacional.
Los asistentes al acto acogieron con fuertes aplausos la entrada del féretro y se escucharon gritos de ¡Viva España!, ¡Viva el Ejército! y ¡Viva la Guardia Civil! El lendakari Garaicoechea fue recibido con gritos de asesino y traidor.
El párroco de la basílica tomó la palabra al inicio de la misa para recordar a los asistentes que todos los esfuerzos llevados a cabo para conseguir la liberación de Alberto Martín no dieron los frutos deseados. “Sus secuestradores hicieron caso omiso del llamamiento de nuestros, obispos que les pedían respetasen su vida”.
El capellán castrense que ofició la misa, concelebrada por nueve sacerdotes, dijo en la homilía que “España entera sufre y llora por nuestro hijo, esposo, padre y amigo”.
Tras la Misa el féretro, llevado por compañeros militares, fue trasladado al exterior de la basílica, y una compañía del Regimiento de Garellano le rindió honores y desfiló delante del ataúd.
En la bandera que cubría la caja le fue colocada la Cruz del Mérito Militar, con distintivo blanco, de segunda clase, que le había sido concedida a título póstumo.
Más de medio centenar de vehículos acompañaron al furgón que transportó los restos mortales del capitán Alberto Martín hasta el cementerio de Derio. En la comitiva fueron, además de los familiares, el ministro de Defensa, el jefe del Estado Mayor del Ejército, el capitán general de la VI Región Militar, el delegado del Gobierno en el País Vasco, y otras autoridades civiles y militares.
Al llegar al cementerio, el féretro fue sacado del furgón por seis capitanes del Ejército. Iba cubierto con la bandera Nacional, numerosas coronas de flores y la gorra del capitán.
La comitiva se acercó al panteón familiar, siguiendo al féretro, acompañando al sacerdote en el rezo de un responso. A continuación, el ministro dio el pésame a los padres de la víctima y a los de la mujer del capitán asesinado, al hermano y otros familiares presentes.
Antes de la inhumación, el padre del capitán pidió el crucifijo del ataúd y la madre, su gorra, tras lo cual fueron enterrados los restos.
Aquel injustificable y sádico secuestro y posterior asesinato del capitán Martin Barrios, sin querer oír los desalmados etarras las dramáticas peticiones de la familia, en una de las cuales su mujer llegó a decir que daría su vida a cambio de la de su marido: "Yo doy mi vida a cambio de la suya. Que me cojan a mí, pero que lo suelten. Por favor se lo pido, no puedo más", dio origen a los GAL, iniciando el partido socialista la guerra sucia contra ETA.
En pleno secuestro del capitán Martin Barrios desparecieron en Bayona José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala. El día anterior a la aparición del cadáver del capitán de farmacia, cuatro GEOS intentaban secuestrar en Hendaya al etarra José María Larrechea Goñi. Los policías españoles se abalanzaron sobre la moto en que circulaba el terrorista, que resultaría herido. La operación fracasaría al ser detenidos los policías españoles por parte de la Policía francesa. La cúpula del ministerio de Interior decidió el secuestro del etarra con la intención de canjearlo por el capitán de farmacia Alberto Martín Barrios, según manifestaría el entonces director de la Policía, Rafael del Río, a un político vasco ya retirado, que ejerció labores de mediación con los octavos para intentar salvar al militar secuestrado. Era sin duda una guerra en la que solo había muertos de un lado. El 4 de diciembre, sería secuestrado por los GAL el empresario Segundo Marey, iniciando una escalada de asesinatos de etarras en el sur de Francia. El asesinato del capitán Martin Barrios conllevaría también la desaparición de ETA político-militar y las primeras ayudas de la policía francesa contra los santuarios etarras en el sur del país vecino, pues los GAL habían puesto entre sus objetivos atentar contra "los intereses franceses en Europa" debido a la negativa del gobierno de París a perseguir, detener y extraditar a los sospechosos de pertenecer a ETA que se encontraban viviendo y moviéndose plácidamente en el sur de Francia.
El 10 de enero de 1984, el principal líder, Abrisqueta Corta, máximo sospechoso de haber dado la orden del asesinato del capitán de Farmacia, era detenido en el sur de Francia y expulsado a América.
En mayo de 2006 fueron extraditados por Méjico seis miembros de ETA, entre ellos Ernesto Alberdi Elejalde, alias “Raka de Eibar”, que la policía aseguraba de forma casi fidedigna que había participado en el secuestro y asesinato del capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios. Alberdi jamás fue juzgado por aquel secuestro y asesinato.
Alberto Martín Barrios había nacido en Bilbao el 27 de septiembre de 1944. Realizó los estudios de Farmacia en Madrid. Posteriormente efectuó un cursillo para reciclar sus conocimientos civiles a la farmacia militar. Con el grado de teniente- estuvo destinado en Burgos, de donde pasó a Vitoria. En la capital alavesa permaneció tres meses, ya que al quedar vacante una plaza en Bilbao solicitó el traslado, que le fue concedido. Una vez en la capital vizcaína, fue ascendido a capitán y en la actualidad había realizado los cursillos para obtener la graduación de comandante.
Alberto Martín Barrios estaba casado con María Ángeles Alonso Linaje y el matrimonio tenía tres hijos: Rubén de 11 años, Sergio de 8 y Alberto de 3. Gran aficionado a la cesta punta", era un incansable seguidor del Athletic club de Bilbao, pues atendía como cliente a varios de los jugadores de la primera plantilla, de forma especial al extremo Chechu Rojo.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió al Capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios, la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
A día de hoy el asesinato del capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios continúa impune.
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