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HOY 19 DE MARZO:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

19 DE MARZO DE 1988. DURANGO (VIZCAYA) GUARDIA CIVIL PEDRO BALLESTEROS RODRÍGUEZ.


Guardia Civil Pedro Ballesteros Rodríguez.


A las 16:45 horas del día 19 de marzo de 1988, la banda terrorista ETA asesinaba en una calle de la localidad vizcaína de Durango, al Guardia Civil PEDRO BALLESTEROS RODRÍGUEZ, que viajaba junto a su esposa en un vehículo de su propiedad.


El matrimonio, volvía de celebrar la festividad de San José en casa de los padres de la mujer, situada en el barrio durangués de Tabira, donde habían comido, y se dirigía a la Casa-Cuartel de Durango, donde vivían,  a bordo del automóvil de su propiedad un «Talbot-Horizon”, cuando, al detenerse en un «stop» de la carretera, junto a la Plaza de Krutziaga, se les aproximaron dos jóvenes armados, quienes dispararon repetidamente contra la cabeza y el cuerpo del agente.


Los autores del atentado fueron dos hombres, uno joven, de unos 23 años, de complexión normal y vestido con un jersey verde, y el otro algo mayor, de alrededor de 30, con entradas en el pelo y de complexión fuerte.


Los dos hombres, tras disparar contra el guardia civil, huyeron a pie por las calles próximas al lugar del atentado.


El crimen fue presenciado por varios niños que participaban en una fiesta infantil en el colegio de los jesuitas, situado enfrente del lugar donde fue tiroteado el guardia civil.


Los dos individuos abrieron fuego a través de la ventanilla del conductor y causaron la muerte al guardia civil, cuyo cadáver presentaba al menos ocho impactos de bala, cuatro de ellos en la cabeza, e hirieron levemente a su esposa.


En el lugar de los hechos se recogieron nueve casquillos y dos balas, del calibre 9 milímetros «Parabellum», marca S/F,


La esposa de Pedro, María Carmen Rodríguez Moya, natural de Durango, de 20  años de edad, fue inmediatamente ingresada en el Hospital de Galdácano, donde fue intervenida de una lesión en el codo izquierdo, de pronóstico leve.


Al lugar de los hechos llegaron poco después del atentado el gobernador de Vizcaya, Iñaki López, y el teniente coronel de la Guardia Civil de la zona, Alrededor de las 6 y media de la tarde, la juez eventual de Durango ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado a la Casa-Cuartel de Durango, donde quedó instalada la capilla ardiente.


Varios cientos de personas asistieron al funeral celebrado  al mediodía del día siguiente en la localidad vizcaína de Durango por el alma del guardia civil Pedro Ballesteros Rodríguez,


Durante los actos fúnebres, que se celebraron en la pequeña  parroquia de San Fausto, se produjeron emotivas escenas de dolor protagonizadas por los familiares del guardia civil asesinado. El sacerdote oficiante de la misa manifestó que el único pecado de la víctima fue “ser guardia civil y enamorarse y casarse con una joven de Durango”.


Entre las autoridades asistentes a la ceremonia se encontraban el director general de la Guardia Civil, Luis  Roldán; el vicelendakari del Gobierno vasco, Ramón Jauregui; el consejero de Interior, Luis María Retolaza; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Julen Elgorriaga, los gobernadores civiles de las tres provincias vascas, así como altos mandos militares, de la Guardia Civil Policía Nacional y numerosos compañeros de la víctima.


 El público asistente al funeral mantuvo en todo momento un respetuoso silencio, que sólo quedó roto al finalizar la homilía por los gritos coreados en apoyo a la Guardia Civil y a la Policía Nacional.


Al finalizar la misa, fue entonado el Himno de la Guardia Civil y el féretro con los restos de Pedro Ballesteros  inició viaje por carretera hacia la localidad toledana de Velada, en cuya comandancia prestaba sus servicios el padre del fallecido, también Guardia Civil y donde fue cristianamente sepultado.


Dos de los asesinos de Pedro Ballesteros, los etarras Juan Ignacio Oyarbide Aramburu y Manuel Urionobarrenechea Betanzos, murieron en septiembre de 1989 en un enfrentamiento con la Guardia Civil. Otros etarras que se sentaron en el banquillo de la audiencia Nacional, en 1991, para responder de aquel asesinato y que eran Juan Carlos Arruti Azpitarte, Esteban Nicolás Barreña Eguindazu, Esteban Martín Barreña Oceja y Begoña Arroyo Pérez de Nanclares, quedarían absueltos por falta de pruebas.


Pedro Ballesteros Rodríguez, nacido en Madrid, de 24 años de edad, había ingresado en la Guardia Civil en el año 1983 y en noviembre de ese mismo año fue destinado a Vascongadas, donde contrajo matrimonio con Mari Carmen López, una joven muy conocida en el barrio de Tabira. Era padre de una niña de un año y medio de edad, quien no viajaba en el vehículo de sus padres, donde sufrieron el atentado, pues se había en el domicilio de sus abuelos maternos.El féretro con sus restos mortales fue posteriormente trasladado por carretera a Velada (Toledo) donde seria cristianamente enterrado.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Pedro Ballesteros la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.

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