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HOY 2 DE AGOSTO: ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

2 DE AGOSTO DE 1975, MADRID.GUARDIA CIVIL CASIMIRO SÁNCHEZ GARCÍA.


Guardia Civil Casimiro Sánchez García.


A los once y media de la noche del día 2 de agosto de 1975, un comando terrorista, asesinaba muy cerca de las instalaciones del Canódromo de Madrid al Guardia Civil CASIMIRIO SÁNCHEZ GARCÍA y hería al Guardia Civil Inocencio Cabezón Sánchez.


El atentado tuvo en la calle Juan José Bautista, esquina a la del Portal en el barrio del Tercio de Carabanchel.


La pareja de la Guardia Civil regresaba del canódromo, donde habían estado prestando servicio durante la tarde. Al llegar al citado punto, tres individuos que aparentaban unos diecinueve años de edad hicieron fuego contra ellos.


El mayor número de impactos lo recibió el guardia civil asesinado, Casimiro Sánchez García, que marchaba en primer lugar y que intentó refugiarse en el número 10 de la propia calle Juan José Bautista. Se arrastró unos quince metros, dejando un gran reguero de sangre.


Su compañero Inocencio Cabezón se parapetó detrás de un automóvil Renault matrícula M-5165-H, de color azul, estacionado en la calle y les hizo frente. Los terroristas se dieron a la fuga corriendo por la calle del Portal donde se subirían a vehículo SIMCA 100 de color blanco, dándose a la fuga. El guardia civil herido pudo llegar por su propio pie hasta el hospital, donde avisó que su compañero había muerto. Los agresores utilizaron dos pistolas del nueve corto y un revólver.


Aunque en el primer momento se creyó que el atentado había sido obra de miembros del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico) tras averiguaciones posteriores de la Guardia Civil, el asesinato del Guardia Civil Casimiro Sánchez fue realizado por un comando del  PCE(r)- Partido Comunista de España reconstituido, que pasaría  a llamarse  GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) al darse  a conocer con esa denominación, precisamente el primero de octubre de ese año de 1975, cuando asesinaron en Madrid a cuatro Policías Armados. 


A primeras horas de la madrugada habían acudido al hospital Gómez Ulla el subdirector general de la Guardia Civil, el jefe superior accidental de Policía de Madrid, el director general de Política Interior, el jefe de Orden Público y varios altos mandos de la Guardia Civil.


A las 11 de la mañana del día siguiente, en la Dirección General de la Guardia Civil, se celebró un funeral de “corpore insepulto” por el alma del guardia civil Casimiro Sánchez García, asesinado cuando prestaba servicio de vigilancia en las proximidades del canódromo madrileño.


Asistieron al funeral el vicepresidente primero del Gobierno y ministro de la Gobernación, señor García Hernández; los ministros de Justicia, señor Sánchez Ventura; de la Presidencia, señor Carro, y de la Vivienda, señor Rodríguez de Miguel, así como el subsecretario de Gobernación, director y subdirector general de la Guardia Civil, y otras autoridades civiles y militares. Entre los asistentes se encontraban numerosos jefes y oficiales de los tres Ejércitos. A su llegada a la Dirección General de la Guardia Civil le fueron rendidos los honores de ordenanza al señor García Hernández.


El funeral, que se celebró en la capilla de la propia Dirección General, fue oficiado por don Ramón Valero, teniente capellán de la Benemérita; ocuparon lugares de preferencia los ministros y autoridades asistentes, así como la viuda y familiares del guardia civil asesinado.


Terminado el funeral, se dio lectura a las órdenes por las que se concedían a Casimiro Sánchez García las cruces del mérito policial con distintivo rojo y del mérito militar con distintivo blanco de cuarta clase, que fueron impuestas sobre la bandera nacional que envolvía el féretro del finado, por el ministro de la Gobernación y por el jefe del Estado Mayor Central, Teniente general Villaescusa.


A continuación, el vicepresidente del gobierno, señor García Hernández pronunció unas palabras —interrumpidas varias veces por los aplausos de los asistentes—, en las que dijo:” No es momento de convergencias ni plataformas y tampoco de hablar de las buenas intenciones del Partido Comunista, que, a través de uno de sus grupos armados, es el responsable de este asesinato”. “Hay que acabar para siempre con las raíces de esta serle de asesinatos”. “Nuestro ánimo no se doblegará con este chantaje de la violencia”. Tenemos que arrasar a esos grupos de asesinos que pululan por la sociedad española”.


Tras las palabras del Vicepresidente, el féretro fue sacado a hombros de miembros de la Guardia Civil y de la Policía Armada hasta la puerta de la Dirección General, donde fue despedido el duelo, Ante el féretro de Casimiro Sánchez desfiló la V Compañía de la Primera Comandancia de la Benemérita con bandera, escuadra y música. Su paso fue acogido por los- presentes con grandes aplausos y vítores. Un gran parte del numeroso público- que se había congregado en la salida de la Dirección General entonó el “Cara al sol” y se oyeron gritos de «justicia», «muerte al terrorismo», y vivas a España a la Policía y a la Guardia Civil.


Asimismo, en el momento en que el féretro fue introducido en el coche fúnebre que lo trasladaría al cementerio de Carabanchel, en Madrid, donde Casimiro Sánchez García fue cristianamente sepultado, se produjeron escenas de intenso dolor por parte de los familiares, amigos y compañeros del Guardia civil asesinado.


Casimiro Sánchez García, fue alcanzado por nueve impactos de bala, uno de ellos en la boca. Tenía cuarenta y cuatro años de edad y había nacido en el pueblo de Herreros de Suso (Avila). Llevaba un año destinado en Madrid. Deja viuda y cuatro hijos.


El guardia civil herido, Inocencio Cabezón Sánchez, de cuarenta y ocho años de edad, sufrió derrame en el hombro izquierdo y heridas en el tórax, aunque, al parecer, en sitios no vitales. Natural de Santiago del Campo (Cáceres) estaba casado y era padre de cuatro hijos.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió al  Guardia Civil Casimiro Sánchez la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo

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