Ángel Maria Gonzalez Sabino.STIÁN. ÁNGEL MARÍA GONZÁLEZ SABINO.
Ángel María González Sabino.
El día 2 de junio de 1993, tres etarras del comando “Basati” se dirigieron al domicilio familiar de Ángel María González Sabino en el barrio de La Paz del extrarradio de San Sebastián. Uno de ellos se quedó esperando en la calle realizando labores de cobertura y vigilancia, mientras los otros dos subieron al décimo piso del inmueble, donde vivía la familia con su madre en la calle Serapio Múgica. Llamaron al timbre y cuando Ángel María abrió la puerta uno de los terroristas le disparó un único tiro en la cabeza que le ocasionó la muerte en el acto.
Según las resoluciones de la Audiencia Nacional, los tres etarras que perpetraron el asesinato fueron Agustín Almaraz, que se encargó de hacer la cobertura en el exterior, José Ignacio Alonso y Sergio Polo.
Al parecer, ETA pretendía asesinar a cualquiera de los tres hermanos González Sabino. La excusa esgrimida por la banda terrorista fue, una vez más, una supuesta relación de los González Sabino con actividades de narcotráfico.
Al funeral por Ángel María González no asistió ninguna autoridad pública, salvo el concejal del PP Gregorio Ordóñez, quien más tarde también sería asesinado por ETA.
La familia de la víctima tuvo que abandonar el País Vasco cuando los compañeros del colegio del único hijo de Ángel María González Sabino, le empezaron a llamar “hijo del chivato”, además de recordarle que no tenía padre porque le habían matado.
Los etarras Agustín Almaraz Larrañaga y José Ignacio Alonso Rubio fueron condenados como autores del atentado a penas de 29 años de reclusión mayor. Sergio Polo Escobes fue condenado a 29 años de reclusión mayor, también, como autor del asesinato. Además, deberían indemnizar conjunta y solidariamente a la mujer de Ángel.
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