2 DE MAYO DE 1982. ONDÁRROA (VIZCAYA) GUARDIA CIVIL PABLO FERNÁNDEZ RICO.
Guardia Civil Pablo Fernández Rico.
El domingo 2 de mayo de 1982, un miembro de la banda terrorista ETA, asesinaba en Ondárroa (Vizcaya) al Guardia Civil PABLO FERNÁNDEZ RICO, que en ese instante se encontraba de guardia de puertas en el cuartel que el Benemérito instituto tenía en dicha localidad.
Los hechos, tuvieron lugar sobre las diez horas, cuando el agresor, que pasaba por la acera de la calle San Ignacio, de Ondárroa, donde se encontraba ubicado el cuartel de la Guardia Civil, disparó contra el miembro que estaba de puesto en esos momentos. El terrorista se aproximó caminando y, cuando estuvo suficientemente cerca del guardia civil, le disparó tres tiros que le alcanzaron en el hombro, el brazo derecho y la región abdominal. Tras realizar los disparos de pistola, huyó en un vehículo dé color rojo que le recogió nada más cometerse el asesinato.
En el lugar del atentado, las fuerzas de seguridad recogieron 3 casquillos de bala, 9 milímetros Parabellum», marcas «Geco» y «S/F».
Antonio Pablo Fernández fue inmediatamente trasladado en una ambulancia del cuerpo a la residencia sanitaria de Cruces (Baracaldo), donde ingresó cadáver. Presentaba, tres impactos de bala.
El funeral de «córpore insepulto» por el guardia civil asesinado tuvo lugar al día siguiente, en la sede del Gobierno Civil de Vizcaya. A la ceremonia religiosa, junto a la familia de Pablo asistieron el ministro del Interior, Juan José Rosón; el consejero del Interior del Gobierno vasco, Luis María Retolaza; el delegado general del Gobierno en el País Vasco, Marcelino Oreja; gobernador civil de Vizcaya, presidente de la Diputación Foral, alcalde de Bilbao, director general de la Guardia Civil, Teniente general Aramburu Topete; jefe de la Quinta Zona de dicho cuerpo, general Cereceda; gobernador militar de Vizcaya en funciones, coronel De Felipe; teniente coronel jefe de la Comandancia de Bilbao; otras autoridades civiles y militares y compañeros del Guardia Civil asesinado.
Terminada la misa, el féretro con los restos mortales de Antonio Pablo Fernández Rico, envuelto en la bandera Nacional, fue sacado a hombros de guardias civiles y miembros de la Policía Nacional. Tras entonarse el himno de la Guardia Civil, fue depositado en un furgón que le trasladó al aeropuerto bilbaíno de Sondica, desde donde fue transportado por vía aérea hasta Talavera de la Reina, y seguidamente llevado a Badajoz, de donde era natural y donde recibió cristiana sepultura.
Por el asesinato de Pablo Fernández Rico la Audiencia Nacional condenó en 1984 José Ramón Larrinaga Celaya, alias Cristo, como encubridor de los autores materiales del asesinato, a 12 años de prisión mayor.
A día de hoy el asesinato del Guardia Civil Fernández Rico continúa impune.
Pablo Fernández Rico tenía 29 años y estaba casado. Natural de Villar del Rey (Badajoz) tenía dos hijos, Pablo y José Ángel, de tres y un año. Su mujer estaba embarazada del tercero. Estaba destinado a la 222 Comandancia de la Guardia Civil con sede en Badajoz, pero se encontraba en Vascongadas en calidad de refuerzo, con carácter temporal, en el cuartel de Ondárroa, perteneciente a la Comandancia de Vizcaya.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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