20 DE OCTUBRE DE 1983. RENTERÍA (GUIPÚZCOA). CÁNDIDO CUÑA GONZÁLEZ.
Cándido Cuña González.
El 20 de octubre de 1983, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en Rentería (Guipúzcoa) al panadero CÁNDIDO CUÑA GONZÁLEZ.
Cándido estaba en el Bar Tres Cepas, un bar de la calle Zubiaurre al que iba habitualmente, jugando en la máquina tragaperras. En ese momento se encontraban en el local el hijo del dueño y la madre de éste. A las 18:45 dos terroristas le llamaron desde la puerta, y le dispararon a bocajarro. Algunas versiones hablaron de que, una vez en el suelo, fue rematado por otro disparo. En el lugar de lo hechos se recogieron dos casquillos del calibre 9 milímetros parabellum marca SF y una bala marca Geco. Dos de sus hijos, de 22 y 19 años, fueron de los primeros en llegar al lugar del crimen.
Tras ser tiroteado en el Bar Tres Cepas, Cándido fue trasladado gravemente herido al Hospital de la Cruz Roja, donde los médicos sólo pudieron certificar su muerte a causa de dos impactos de bala recibidos en la cabeza.
Cándido fue señalado y asesinado por vender pan a miembros de las Fuerzas de Seguridad durante una huelga general, Cuña González ya había tenido problemas unos años antes con los cómplices proetarras, sufriendo un atentado el 21 de abril de 1979, al ser fue tiroteado cuando salía de su domicilio a las seis de la mañana y alcanzado por ocho proyectiles. Quedó gravemente herido y permaneció varios meses en el hospital, aunque consiguió salvar la vida. Tras este primer intento de asesinato, en círculos políticos de Rentería se comentó que Cándido colaboraba con la Policía. Por este atentado la Audiencia Nacional condenó en 1981 a José María Zubiaurre Portugal a 17 años de prisión. A pesar de aquel intento de asesinato, Cándido Cuña no tomó ningún tipo de precaución. Nunca se escondió y paseaba tranquilamente por las calles y bares de Rentería donde era muy conocido y apreciado.
El 22 de octubre a las 15:30 horas se celebró en una abarrotada parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Rentería el funeral por Cándido Cuña González, presidido por el delegado del Gobierno, Ramón Jáuregui, y concelebrado por cuatro sacerdotes. Asistieron políticos socialistas como Enrique Casas, Txiki Benegas y Enrique Múgica, además de concejales del PNV y del PSE-PSOE de la localidad guipuzcoana. Posteriormente los restos mortales de Cándido fueron enterrados en el cementerio de Rentería.
Ese mismo día ETA militar reivindicó el asesinato de Cándido Cuña, acusándolo de ser un confidente y de haber testificado en un juicio contra un terrorista de la banda.
Cándido Cuña González, de 46 años, era panadero de profesión y socio desde hacía cinco años de una cooperativa panadera del barrio Molinao de Pasajes, a dos kilómetros de Rentería. Además, Cándido era muy conocido por haber trabajado como cartero de Rentería. Natural de Galicia, vivió una temporada en Burgos, donde se casó, aunque llevaba residiendo en Guipúzcoa veinte años. Estaba casado y tenía tres hijos, de 26, 22 y 19 años.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
A día de hoy el asesinato de Cándido Cuña continua impune.
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