21 DE JULIO DE 1978. MADRID. GENERAL DE BRIGADA DE ARTILLERÍA DEL EJÉRCITO DE TIERRA, JUAN MANUEL SÁNCHEZ-RAMOS IZQUIERDO, Y A SU AYUDANTE, TENIENTE CORONEL DE ARTILLERÍA DEL EJÉRCITO DE TIERRA JUAN ANTONIO PÉREZ RODRÍGUEZ.
Teniente Coronel de Artillería Juan Antonio Pérez Rodríguez. General de Brigada de Artillería del Ejército de Tierra Juan Manuel Sánchez-Ramos Izquierdo.
A las ocho y media de la mañana del viernes 21 de julio de 1978, el general de Brigada de Artillería del Ejército de Tierra, JUAN MANUEL SÁNCHEZ-RAMOS IZQUIERDO, y su ayudante, el Teniente coronel de Artillería JUAN ANTONIO PÉREZ RODRÍGUEZ, eran asesinados por un comando de la banda terrorista, separatista, marxista y antiespañola ETA, en la calle de Bristol del Parque de las Avenidas de Madrid.
General de Brigada de Artillería del Ejército de Tierra Juan Manuel Sánchez-Ramos Izquierdo.
Sobre esa hora, un taxi aparcó en la acera a muy pocos metros del portal de la casa donde tenía su vivienda el general de Brigada. En su interior el pretendido taxista y una pareja, hombre y mujer. Estos descendieron del vehículo de servicio público y se pusieron a charlar entre ellos, de forma distendida.
Teniente Coronel de Artillería del Ejército de Tierra Juan Antonio Pérez Rodríguez.
Casi enfrente del taxi, como todos los días, se detuvo a esa misma hora, un coche oficial del Ejército de Tierra, SEAT 124, matrícula ET- 55507-0, conducido por el soldado Pedro de las Heras Moreno, llevando en su interior al teniente coronel Juan Antonio Pérez Rodríguez, ayudante del general de Brigada Sánchez-Ramos-Izquierdo, al que venían a recoger en su domicilio a fin de trasladarlo a su despacho en el Cuartel General del Ejército. Mientras esperaba la llegada de su general, el teniente Coronel Pérez se apeó del vehículo y dio un pequeño paseo por la acera. Instantes después, el general Sánchez-Ramos, después de saludar a la portera del inmueble, Severlna Alfonso, salió a la calle en dirección al vehículo. A su llegada fue saludado militarmente por su ayudante, mientras el chófer colocaba el banderín. El general se situó en el asiento trasero derecho, situándose el Teniente coronel a su lado.
En ese momento, la pareja de jóvenes que había bajado del taxi, cruzó la acera. El hombre se fue directamente hacia la ventanilla en la que estaba el teniente coronel Pérez Rodríguez, Mientras, la mujer, pasando por detrás del coche oficial, subió a la acera y se acercó a la ventanilla —cerrada— tras la que se sentaba el General Sánchez-Ramos Izquierdo. Casi al unísono comenzaron a disparar contra el vehículo militar cuyas ventanillas estaban cerradas. Uno de los disparos efectuados por la mujer, que vestía un conjunto verde, penetró por la sien derecha del general y le destrozó el cerebro. El teniente coronel resultó alcanzado en el pecho por varios disparos. Ambos jefes militares fallecieron en el acto. El teniente coronel quedó con la cabeza reclinada hacia atrás en el respaldo del asiento, mientras el general, recostado contra el ángulo que formaban la portezuela y asiento posterior, con la cabeza levemente inclinada hacia adelante y hacia la derecha. El teniente coronel agarraba su gorra con la mano derecha. La Policía recogería posteriormente, once casquillos de bala en el lugar del atentado.
El soldado De las Heras, que se encontraba fuera del cocho oficial, tras haber cerrado la puerta donde se acomodó el teniente coronel, se aprestaba a sacar la funda del banderín del rango del general que ostentaba el vehículo oficial. Al verse atacado de forma tan rápida e inesperada, comenzó a gritar pidiendo auxilio al que acudieron la portera del inmueble, otros porteros de edificios cercanos y varios militares que también vivían en el edificio donde tenía su domicilio el general Sánchez Ramos.
Los dos terroristas salieron corriendo hacia el taxi, que les esperaba ya con el motor en-marcha, y huyeron en dirección a la M-30 -Puente de la Paz. El taxi había sido robado a su propietario media hora antes. El taxista robado declararía a la Policía que la pareja de terroristas le obligaron a cederles el coche a punta de pistola, obligándole a bajar del mismo y que no le pasaría nada. El taxista que curiosamente habías sido chófer, el general de Infantería Antonio Alemán Ramírez, tras llamar a su antiguo general, denunció los hechos llamando al 091.
El taxi robado, en el que huyeron los asesinos, fue visto por un vehículo particular propiedad de un sargento de la Policía Armada, que circulaba por el lugar del atentado y que inició su persecución. Al llegar a las inmediaciones de la estación de Chamartín, el sargento se enfrentó con los terroristas, abriendo fuego con su arma reglamentaria, alcanzad al taxi en una de sus ruedas traseras. Los etarras, ante la sorpresa, abandonaron el vehículo, robando de inmediato otro a punta de pistola con el que huyeron. El sargento lograría herir a unos de los terroristas que resultaría ser Isidro Echabe Urrestilla, alias “Zumai”, quien conseguiría malherido llegar a Francia. En el taxi la Policia encontraría dos granadas de mano, una pistola y munición. Por su parte la Guardia Civil daría con el segundo vehículo robado, abandonado cerca de una fábrica en la carretera Nacional I .
El Juez llegaría una hora después del atentado, ordenando el levantamiento de los cadáveres, que fueron conducidos al hospital militar “Gómez Ulla”. El coche oficial fue remolcado hasta al Parque Móvil del Ministerio del Ejército.
No hubo representaciones del Gobierno ni de las Cortes. Sólo miembros de la Fuerzas Armadas y los familiares y allegados a las familias del general de Brigada y del teniente coronel. El funeral se celebró en et patio de armas del Cuartel General del Ejército, y fue concelebrado por el vicario general castrense, arzobispo Monseñor Benavent y ocho capellanes castrenses, mientras que en la presidencia militar se hallaba el ministro de Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado,; el jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor, teniente general Galarza; el general jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Tomás de Liniers; el capitán general de Madrid, teniente general Gómez de Salazar y otras personalidades militares.
Un profundo silencio acogió el traslado a hombros de compañeros de promoción de los dos féretros, que los trasladaron desde la sala de embajadores del cuartel general al patio de armas. La familia de los dos militares, víctimas del atentado, se colocaron en sitiales enfrente de la presidencia militar del duelo.
Más de mil personas tuvieron acceso al interior del patio de armas, al que se Impidió por todos medios que pudieran llegar las personas civiles que desde las nueve de la mañana se habían concentrado en la calle Prim, y que portaban banderas nacionales. El silencio fue Impresionante a la largo de la media hora que duró la misa de “corpore insepulto”, en la 'que el vicario general castrense no pronunció homilía, y se redujo a las habituales preces por los difuntos.
Hacia las diez y unos minutos tuvo lugar la salida de los dos féretros, a hombros, a través de! jardín del Cuartel General del Ejército hasta la calle de Alcalá. Unidades de la Policía Armada, a caballo, cortaron la circulación por Alcalá y Recoletos, y mantuvieron a un gran número de personas, que sobrepasaba el millar, en la acera del Banco de España que lanzaron numeroso gritos, de “Abajo la Constitución”, “Franco, Franco, Franco”, “Gobierno traidor”, “Gobierno asesino”, “Guti traidor”, así como otros contra el presidente Suárez, tremolando banderas nacionales, y cantando el “Cara al Sol”.
Por aquel doble asesinato la Audiencia Nacional condenaría a Isidro Echabe Urrestrilla, 70 años de prisión. Condenado por otros asesinatos a más de doscientos años de cárcel, en 1994, tras pasar entre rejas, 14 años, fue puesto en libertad, tras enviar a la dirección de ETA una carta en la que se desmarcaba de la línea terrorista de la banda, criticándola con dureza. Su compañera en el asesinato, nunca fue detenida ni juzgada, desconociéndose a día de hoy su identidad.
El general de Brigada de Artillería Juan Manuel Sánchez-Ramos Izquierdo, había nacido en la localidad gaditana de san Fernando el uno de enero de 1914. Tenía 64 años, estaba casado con Carmen Pertegaiz y tenía tres hijos y varios nietos. Era jefe de Armamento de Artillería de la Dirección General de Apoyo al Material de la JSAL (Jefatura Superior de Apoyo Logístico). Se encontraba en la situación B de reserva activa y le faltaban dos años para pasar a la reserva. En 1930, cuando acababa de cumplir dieciséis años ingresó en el Ejército como soldado de Infantería de Marina. En 1934 inició sus estudios en la Academia de Artillería, de la que salió de Teniente Provisional en 1937, realizando la campaña de liberación española (1936-1939). Ascendió a capitán de Artillería en 1939 y a comandante en 1944. Ostentó el empleo de teniente coronel desde 1958 a 1968, año en el que ascendió a coronel. Desde el 17 de diciembre de 1972 era general.
El Teniente coronel Juan Pérez Rodríguez había nacido en El Ferrol del Caudillo el 13 de julio de 1919. Estaba casado y era padre de tres hijos. Ingresó como voluntario en infantería de Marian en 1937. Ascendió a Teniente de artillería en 1947; en 1950 a capitán; en 1961 a comandante y era Teniente Coronel desde 1974. Era ayudante del General Sánchez Ramos.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior les concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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