21 DE NOVIEMBRE DE 1980. TOLOSA (GUIPÚZCOA) GUARDIA CIVIL AURELIO PRIETO PRIETO.
Guardia Civil Aurelio Prieto Prieto.
En torno a las 12:30 horas del viernes 21 de noviembre de 1980 los Comandos Autónomos Anticapitalistas asesinaban en las inmediaciones de la ermita de la Virgen de Izaskun, en Tolosa (Guipúzcoa) al guardia civil AURELIO PRIETO PRIETO y herían gravemente a su compañero Eduardo Izquierdo Marfil.
Los guardias civiles Aurelio Prieto Prieto, Eduardo Izquierdo Martín y José Blasco Aranda, adscritos a la Comandancia de San Sebastián, viajaban en un turismo Seat 124, de color beige, sin distintivos oficiales, en servicio de investigación del lugar donde había permanecido secuestrado durante cuarenta y cinco días el industrial de origen cubano Pedro Abreu, liberado por la banda tres semanas antes. Los Guardias Civiles decidieron entrar en el bar Izasku cuando observaron que en el exterior del mismo y apoyados en una pared, se encontraban dos jóvenes de aspecto sospechoso. Aurelio y Eduardo se dirigieron hacia ellos con el propósito de identificarles mientras que José Blasco estacionaba el coche en las proximidades. En esos momentos y cuando los dos guardias civiles procedían a pedir la documentación a los dos desconocidos, uno de ellos esgrimió una pistola y disparó repetidas veces contra los dos miembros del instituto Armado, hiriendo gravemente a Aurelio, que fue alcanzado en un hombro y en la cabeza. Eduardo, herido de gravedad en el brazo derecho, vio, sin poder hacer nada, cómo remataba a su compañero en el suelo sin tener tiempo de sacar su arma. Para evitar ser alcanzado de nuevo, rodó por el suelo y se puso a cubierto.
Mientras tanto, José Blasco, que había presenciado los hechos desde el interior del coche, salió en persecución de uno de los agresores que huía a pie campo a través,intentando hacer fuego con su arma reglamentaria, que le encasquilló, circunstancia que aprovechó uno de los terroristas para disparar contra él, sin lograr alcanzarle. En esos momentos otro miembro del comando aprovechó la circunstancia para huir en el propio vehículo de los guardias civiles.Eduardo, aunque herido gravemente en el brazo, dispararía varias veces contra el vehículo oficial en el que huyó uno de los terroristas.
José Blasco, en el transcurso de la persecución resultó herido de carácter leve como consecuencia de un golpe. En el lugar de los hechos fueron recogidos siete casquillos calibre nueve milímetros marca FN.
El terrorista que huyó en el vehículo de los guardias civiles emprendió una alocada carrera en dirección a Tolosa, localidad que atravesó a toda velocidad saltándose las señales de tráfico. Poco después, abandonó el automóvil en el lugar conocido como Prado Pequeño de Igarondo, en el centro de Tolosa, y continuó la huida a pie. El vehículo presentaba un impacto de bala en la puerta delantera derecha y tenía roto el cristal posterior, provocados por los disparos del guardia civil Eduardo Izquierdo. Junto a la ermita de Izaskun se recogieron casquillos del calibre 9 milímetros, de las marcas FN, SB y SPC.
Minutos después de ocurrir el atentado, una ambulancia municipal trasladó a Eduardo Izquierdo Marfil, a la Clínica de la Asunción, de Tolosa, donde le apreciaron tres impactos de bala: uno en el pecho; otro en el abdomen y el tercero en un codo. Eduardo Izquierdo Marfil, de 27 años de edad y casado, era natural de la localidad de Villar del Cabo (Teruel). Destinado en la Comandancia de Málaga, en el momento del atentado se encontraba destinado de forma provisional en la Comandancia de San Sebastián. Izquierdo Marfil había sufrido un atentado meses antes cerca de Logroño, cuando miembros de la banda terrorista ETA activaron varias cargas ocultas en un talud de la carretera al paso de tres autobuses de guardias civiles. En el atentado falleció el teniente de la Benemérita Francisco López Bescós.
Hacia la una de la tarde, una ambulancia de la Cruz Roja recogió el cadáver de Aurelio Prieto para llevarlo al depósito municipal. Posteriormente, los restos mortales del guardia civil fueron trasladados al Hospital Militar de San Sebastián, y de ahí al Gobierno Civil de Guipúzcoa, donde quedó instalada la capilla ardiente.
A las doce de la mañana del día 22 de noviembre se celebraba en el Gobierno Civil de Guipúzcoa el funeral en memoria del guardia civil Aurelio Prieto Prieto.
Al funeral asistieron el gobernador general del País Vasco, Marcelino Oreja; el gobernador civil de Guipúzcoa, Pedro Aróstegui, así como el gobernador militar y otras autoridades civiles y militares. También estaban presentes la esposa y familiares de la víctima, y compañeros del Cuerpo.
Una sección de la Guardia Civil ha rindió honores en la explanada del Gobierno Civil. En la homilía, el oficiante el capellán del Cuartel Militar de las Ventas en Irún, se refrió a la muerte del guardia civil, que se produjo en el cumplimiento de su deber. “Estamos aquí las mismas personas, con las mismas lágrimas de siempre, solamente que en esta ocasión cambia el nombre del asesinado”. El celebrante añadió que no bastaba con condenar estos atentados, sino que había que tomar conciencia de ese tipo de hechos.
Finalizada la ceremonia religiosa, el féretro, cubierto con la bandera nacional, fue bajado a hombros de los compañeros de la víctima hasta el patio del Gobierno Civil, donde se interpretó el Himno de la Guardia Civil y el Nacional.
A continuación, se formó una comitiva fúnebre que trasladó el féretro hasta un lugar próximo donde esperaba un furgón funerario. El furgón se dirigió al aeropuerto de Fuenterrabía, desde donde, por vía aérea, el féretro fue trasladado a Mérida y de allí a Llerena (Badajoz) pueblo natal de la víctima.
El 24 de noviembre los Comandos Autónomos Anticapitalistas reivindicaron el asesinato de Aurelio Prieto.
Aurelio Prieto Prieto, de 23 años, estaba casado con Concepción Fernández Galán y tenía una hija de cuatro meses. Era natural de Llerena (Badajoz). Tras cursar estudios en el Colegio de Guardias Jóvenes, ingresó en el Cuerpo de la Guardia Civil en septiembre de 1974.
Sus restos mortales fueron enterrados en Mérida. El 12 de noviembre de 2011, familiares y autoridades y vecinos se concentraron en la Plaza de la Libertad de Llerena donde Francisca Prieto, madre del guardia civil asesinado, descubrió dos placas conmemorativas en un monolito de la plaza en recuerdo de su hijo Aurelio Prieto.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
El asesinato de Aurelio Prieto continúa a día de hoy impune.
Comentarios