22 DE MARZO DE 1978. MADRID. JESÚS MIGUEL HADDAD BLANCO. DIRECTOR GENERAL DE INSTITUCIONES PENITENCIARIAS.
Jesús Miguel Haddad Blanco, director general de Instituciones Penitenciarias.
A las nueve y media de la mañana del dia 22 de marzo de 1982, JESÚS MIGUEL HADDAD BLANCO, director general de Instituciones Penitenciarias, era asesinado por tres desconocidos, cuando, como todos los días, se disponía a dirigirse en su coche oficial a las dependencias ministeriales de la calle de San Bernardo.
El crimen tuvo lugar frente al número 20 de la calle de Cartagena, domicilio particular de los señores Haddad, y fue presenciado, entre otros testigos, por la esposa de la víctima, quien según su costumbre, había acudido a despedirle a la terraza del piso donde habitan, en la tercera planta del edificio.
Los tres pistoleros doblaron por la esquina de la calle Martínez Izquierdo, donde les esperaba un coche con el motor en marcha, en el que emprendieron una rapidísima huida.
Pocos minutos después del trágico atentado la Policía llego frente al número 20 dé la calle de Cartagena, iniciando de Inmediato las diligencias e investigaciones oportunas. Frente al portal, los policías, entre los restos de los cristales de las ventanillas del coche, recogieron once casquillos de bala, correspondientes al calibre 9 mm, largo, tipo Parabellum.
Nada se pudo hacer por su vida Había recibido trece disparos con orificio de entrada y salida en el pecho y en la espalda, tres de los cuales eran mortales de necesidad,-pues le habían atravesado el corazón. El señor Haddad falleció de forma instantánea.
A las 20,30 Horas de la noche quedó instalada la capilla ardiente de Jesús Haddad, di rector general de Instituciones penitenciarias, en el salón de actos del Ministerio de Justicia.
A las nueve menos cuarto, el capellán de Instituciones Penitenciarias celebró una misa «córpore insepulto» a la que asistieron, además de la esposa del fallecido, al ministro de justicia, Landelino Lavilla; el subsecretario del Ministerio, señor Díaz Ambrona; y otros miembros del departamento, así como el diputado Gregorio Peces Barba, el secretario de Estado para la Punción Pública, señor Graullera; el presidente de la Audiencia Nacional, Rafael Mendizábal Allende y otras autoridades.
A las diez de la mañana de día siguiente, salió de la sede del Ministerio el furgón que trasladaba el cadáver de Jesús Haddad, así como la comitiva fúnebre que le acompañaría hasta Villalba de Adaja, en la provincia de Valladolid, donde sería enterrado. La salida se efectuó con numeroso público en la calle, pero sin que se produjera ningún incidente. En la comitiva además de la familia, de Jesús Haddad, se encontraba el ministro de Justicia Landelino Lavilla.
A la una de la tarde llegó el furgón fúnebre a Villalba de Adaja, lugar donde había nacido la esposa de Jesús Haddad. Esperando el cortejo se encontraba la casi totalidad de la población, así como las autoridades provinciales. Se dirigió directamente a la parroquia, donde se celebró una misa de «corpore in sepulto». El féretro de Jesús Haddad, cubierto con la bandera Nacional, había sido introducido en la iglesia a hombros de sus compañeros y amigos. Se leyó un telegrama del arzobispo de Valladolid, que no pudo asistir al funeral, y fue el párroco quien celebró la misa. Se refirió en su homilía a la personalidad del director general de Instituciones Penitenciarias, y leyó una carta que le había dirigido en una ocasión Jesús Haddad y en la que mostraba sus impresiones sobre lo que se debía hacer en la reforma penitenciaria.
El párroco, finalmente, dijo que” ya se ha derramado bastante sangre”. Una vez finalizado el funeral, de nuevo el féretro fue transportado a hombros hasta el pequeño cementerio de la localidad, donde recibió sepultura.
Paloma Gutiérrez Estévez, Andrés Mencia Bartolomé y Francisco Javier Echevarría Pardo, miembros del GRAPO, fueron condenados, tras reconocer su participación en el asesinato de Jesús Haddad.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.