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HOY 22 DE OCTUBRE:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

22 DE OCTUBRE DE 2000. VITORIA. MÁXIMO CASADO CARRERA. JEFE DE SERVICIOS DE LA PRISIÓN DE NANCLARES DE OCA (ÁLAVA),

Máximo Casado Carrera.


El 22 de octubre de 2000, la banda terrorista ETA asesinaba en Vitoria, mediante una bomba-lapa colocada bajo su vehículo, al jefe de Servicios de la prisión de Nanclares de Oca (Álava), MÁXIMO CASADO CARRERA. 

 

A las 7:45 horas Máximo salió de su domicilio para dirigirse a su puesto de trabajo en la cárcel alavesa, en el que hacía el turno de mañana. Se dirigió al garaje situado en el número 86 de la calle Beato Tomás de Zumárraga, a escasos metros de su casa, un edificio de protección oficial.  Allí tenía aparcado su vehículo, un Citröen Xsara. Nada más poner en marcha el coche se produjo la explosión de una bomba colocada bajo el mismo, junto a la rueda delantera izquierda, y cargada con al menos dos kilos de explosivo de gran potencia que le provocó la muerte de forma instantánea.

 

La deflagración despertó a los vecinos. Su viuda, Conchi, también la oyó y bajó a la calle para ver lo que había ocurrido. Sin embargo, varios agentes de la Ertzaintza la interceptaron en el portal. Allí le comunicaron la trágica noticia e impidieron que pudiera ver el cuerpo de su marido destrozado de cintura para abajo, tras lo cual sufrió un desmayo.

 

Afiliado a Comisiones Obreras y simpatizante de IU, había sufrido varios sabotajes en el buzón de su portal, pintadas en su contra en paredes de su barrio, así como amenazas, sobre todo  durante el secuestro del también funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara al promover concentraciones en favor de su liberación. Ante aquellas amenazas Máximo Casado  se había planteado la posibilidad de irse de Vascongadas. Cuatro días después del asesinato, su viuda, Concepción Jaular, remitió una carta abierta, publicada en varios diarios, donde anunciaba su decisión firme de abandonar inmediatamente la región con sus hijos.

 

El comando etarra que asesinó a Máximo Casado, recibió la información de  su domicilio, su vehículo, la ubicación de su plaza de garaje e, incluso, la llave de acceso al aparcamiento, por parte de los cómplices, viles y cobardes  chivatos de la banda Juan Carlos Subijana Izquierdo y Zigor Bravo Saez de Urabain,

 

Subijana Izquierdo, alias Txampi o Kepa, pasó a la clandestinidad en 2003 tras cumplir condena en España por colaboración con organización terrorista, y fue detenido en Francia en 2004. Trasladado a España en febrero de 2009, en marzo de 2010 la Audiencia Nacional lo condenó junto a Zigor Bravo, detenido en Vitoria en 2006,  a un total de 56 años de prisión, veintiocho a cada uno, como cómplices y chivatos en el asesinato del funcionario de prisiones Máximo Casado. Según la sentencia de la Audiencia Nacional: “Zigor Bravo que era vecino de Máximo Casado, suministro la información de los horarios del funcionario de prisiones, además de la llave de su garaje para que los terroristas pudieran colocar la bomba-lapa en los bajos de su vehículo”. Una de las principales pruebas esgrimidas por el tribunal fue la declaración que Subijana efectuó ante la Guardia Civil en la que admitió que Bravo le había proporcionado toda  información sobre los movimientos y vida de Casado, que luego él trasladó a otros miembros de ETA, los que colocaron la bomba lapa, que a día de hoy no han sido juzgados. Posteriormente, el etarra alegó que dichas declaraciones las había realizado   bajo tortura, táctica habitual en los miembros de la banda.

 

Máximo Casado Carrera, nacido en noviembre de 1958 en la localidad leonesa de Santa Elena de Jamuz, a pocos kilómetros de La Bañeza, pero antes de alcanzar la treintena ya vivía en el País Vasco. En 1985, fue destinado a la cárcel de Nanclares de Oca, donde pasó por todos los puestos, desde funcionario de la escala básica a encargado de departamento, hasta alcanzar su último puesto de jefe de servicio, cuarto en el escalafón del centro.

 

Máximo estaba casado y tenía dos hijos, Zulaika, de diez años, y Marino, de 18 —fruto de una relación anterior de su esposa Conchi Jaular—, joven que conoció la tragedia en Cartagena, donde cumplía en ese momento el servicio militar.

 

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió  la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.

 
 
 

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