22 DE SEPTIEMBRE DE 1982. ERANDIO.VIZCAYA. BRIGADA DE LA ARMADA EMILIO FERNÁNDEZ ARIAS.
Brigada de la Armada Emilio Fernández Arias.
En la mañana del 22 de septiembre de 1982, un comando de la banda terrorista ETA asesinaba en la localidad vizcaína de Erandio, al Brigada de la Armada EMILIO FERNÁNDEZ ARIAS.
El atentado se produjo sobre las siete y media de la mañana, a la altura del número 3 de la calle San Jerónimo, en el barrio bilbaíno de Erandio, junto a la ría de Bilbao. Emilio Fernández Arias había salido de su domicilio, situado en la calle Antonio Trueba, número 1, segundo C, de Erandio, para dirigirse a pie y sin ningún tipo de protección al médico.
Posteriormente pensaba trasladarse, como todos los días a su lugar de trabajo, en la oficina de Inspección de Buques de la Comandancia de Marina de Bilbao. A la altura del cruce entre el callejón de San Jerónimo y la calle de José Luis Golloaga, que bordeaba la ría del Nervión, dos terroristas se acercaron a él por la espalda y a bocajarro le dispararon dos veces en la nuca, de resultas de los cuales Emilio Fernández falleció al instante, Tras el primer disparo, fue rematado con un segundo tiro, quedando tendido en la acera en medio de un gran charco de sangre. Tras el atentado los dos etarras huyeron a pie del lugar de los hechos, donde la Policía Nacional encontraría dos casquillos de bala del calibre 9 milímetros parabellum, marca SF y los cristales de un frasco de orina, que iba a entregar al médico analista al que se dirigía.
Una vez leva nardo el cadáver, fue trasladado al Hospital de Cruces, donde se le realizó la autopsia. La capilla ardiente se instaló en la Comandancia de Marina de Bilbao.
El comandante de Marina de Bilbao, capitán de Navío Enrique Segura, al referirse al Brigada asesinado comento a los medios de comunicación que: “Emilio era un hombre extremadamente cumplidor y uno de los mejores suboficiales que tenía a mí mando”. El Capitán de Navío Segura señaló que “las causas de su asesinato no las podemos saber con certeza. Probablemente haya que buscarlas en los valores que adornaban su personalidad». «Era un hombre cumplidor de su deber. Con un destino de los que se pueden llamar conflictivos: el despacho de buques, en el que hay que decir «no» muchas veces. Era muy estricto en el cumplimiento de las leyes, y es normal que eso a muchos no les gustase y hayan llamado a sus amigos de la ETA». Porque hay gente que no está con las pistolas en la mano, pero es igual, porque colaboran también a seleccionar las víctimas. Emilio era un blanco fácil”.
El funeral por Emilio Fernández Arias fue oficiado a partir de las 18 horas del mismo día del asesinato en la iglesia parroquial de San Vicente Mártir de Abando, de la capital vizcaína. A las exequias asistieron, además de la viuda y el hijo del fallecido, el ministro de Defensa, Alberto Oliart, y el almirante jefe de la Armada, Saturnino Suanzes de la Hidalga, el director general del Centro de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa (CRISDE), general Antonio Rodríguez Toquero, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Jaime Mayor Oreja, los gobernadores civil y militar de Vizcaya, el comandante de Marina de Bilbao, y otras autoridades civiles y militares.
El oficiante, pidió a los medios de comunicación en su homilía que «llaméis a las cosas por su nombre y no les deis un apellido falso. ETA nunca podrá ser militar. Dadles el apellido que les corresponde: ETA asesina, y si quieren dos, el de cobarde, pero nunca el de militar”.
Al término del funeral, el ministro de Defensa impuso la Cruz del Mérito Naval de Tercera Clase a título póstumo, mientras era interpretado el himno de la Armada.
Un chivato cobarde, artero y de la peor calaña, que se movía cerca del Brigada, fue que proporcionó a la banda asesina ETA toda la información sobre la rutina y movimientos de la víctima. Se trataba de Juan Carlos Echeandia Zorroza, hijo de la propietaria de un bar de Erandio al que solía ir el Brigada Fernández Arias
En 1984 la Audiencia Nacional condenó a ese cobarde canalla Juan Carlos Echeandia Zorroza, conocido por los alias de “Pello”, “Trintxerpe”, “Morga”, “Gastea”, a 21 años de prisión mayor como cómplice inductor al asesinato de Emilio Fernández, por la información que transmitió a la banda y que sería imprescindible para realizar el atentado. Según el escrito del fiscal "el acusado estableció contacto con otras dos personas, también procesadas, pero declaradas en rebeldía, a quienes entregó la información" sobre los hábitos del brigada, tras someterle a vigilancia durante un considerable tiempo. Echeandia Zorroza fue excarcelado en julio de 2001, pese a tener condenas que sumaban penas de 172 años de cárcel.
Emilio Fernández Arias, era natural de la parroquia de Piñeiro, en el Ayuntamiento lucense de Fonsagrada, tenía 48 años de edad, estaba casado con Felisa Valera y era padre de dos hijos. Brigada de la Armada llevaba destinado en la Comandancia de Bilbao desde 1968. En la Comandancia era el responsable del servicio de despacho de buques.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a Emilio Fernández la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior les concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
A día de hoy el asesinato de Emilio Fernández continúa sin resolverse.
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