23 DE OCTUBRE DE 1991. SAN SEBASTIÁN. GUARDIA CIVIL EDUARDO SOBRINO GONZÁLEZ. GUARDIA CIVIL JUAN CARLOS TRUJILLO GARCÍA.
Guardia Civil Eduardo Sobrino González. Guardia Civil Juan Carlos Trujillo García.
A las once y media de la noche del 23 de octubre de 1991 la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en un bar de San Sebastián a los Guardias Civiles EDUARDO SOBRINO GONZÁLEZ y JUAN CARLOS TRUJILLO GARCÍA.
Guardia Civil Eduardo Sobrino González.
Los miembros del Benemérito Instituto fallecieron a causa de los disparos efectuados por dos encapuchados, cuando se encontraban en un bar del barrio de Eguía, en San Sebastián tomando un café.
Guardia Civil Juan Carlos Trujillo García.
Los dos encapuchados, nada más efectuar los disparos, salieron rápidamente del bar, que era frecuentado habitualmente por miembros de la Guardia Civil.
Los cuerpos de los dos agentes, que fallecieron en el acto, permanecieron en el suelo del bar hasta que el juez de guardia ordenó el levantamiento de ambos cadáveres y su traslado al instituto anatómico forense.
Eduardo Sobrino y Juan Carlos Trujillo estaban destinados en el servicio de vigilancia de edificios públicos como miembros de la Unidad Núcleo de Servicios de la Guardia Civil.
El ministro del Interior, José Luis Corcuera, presidiría los actos fúnebres oficiados en San Sebastián por los dos guardias civiles asesinados. Durante el oficio religioso, un nutrido grupo de personas protagonizó incidentes al abandonar la iglesia, debido a que el párroco oficiante pronunció parte de la misa en euskera.
A las cuatro de la tarde del día 24 de octubre, los féretros de los dos guardias civiles asesinados por ETA, precedidos por la banda de música de la Guardia Civil, a la que seguían trece coronas de flores portadas por compañeros de las víctimas, salían desde el Gobierno Civil de Guipúzcoa, donde había sido instala da la capilla ardiente hacia la parroquia de la Sagrada Familia de San Sebastián.
El sacerdote Bartolomé Auzmendi, que ofició el funeral oficial provocó malestar e indignación al utilizar el vasco, además del español, entre los familiares de Eduardo y Juan Carlos que se habían desplazado desde Vigo y Castro Urdiales respectivamente. Al término de la homilía, el oficiante inició unas oraciones en euskera, momento en que fue increpado por una mujer que gritó: “¡Somos españoles!”, mientras salía indignada de la iglesia. Esta actitud fue seguida por numerosas personas, que abandonaron el templo exclamando “esto es una provocación”. Tras unos breves momentos de tensión, mientras continuaba la misa, la banda de música de la Guardia Civil, formada en el exterior, interpretó el himno Nacional, que fue muy aplaudido y coreado con vivas a España por el público asistente.
En agosto de 2008 Agentes de la Policía Nacional, adscritos a la Unidad de Cooperación Policial Internacional de la Comisaría General de Policía Judicial trasladaban desde Francia a los miembros de ETA Aloña Muñoa Ordozgoiti y Juan Antonio Olarra Guridi. Se le consideró el presunto autor material del asesinato de los miembros de la Guardia Civil Eduardo Sobrino y Juan Carlos Trujillo en San Sebastián.
En julio de 2022, Olarra Guridi que se encontraba cumpliendo condena en la cárcel de Logroño, fue trasladado a un penal de Vascongadas.
Eduardo Sobrino González, de 34 años y soltero, era natural de Vigo (Pontevedra) donde residía su familia. Su padre había sido también Guardia civil. Sobrino llevaba catorce años destinado en Guipúzcoa. Cuatro mil personas asistieron al entierro y a la misa previa, celebrada en la capilla del cementerio de Pereiró de Vigo. El delegado del Gobierno en Galicia, Domingo García Sabell,, el alcalde de Vigo, Carlos Príncipe, así como numerosas autoridades civiles y militares, acompañaron a la familia del servidor del orden asesinado .
Juan Carlos Trujillo García, de 25 años, era natural de Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real). Estaba soltero y llevaba seis años destinado en Guipúzcoa. Cientos de personas rindieron homenaje a Juan Carlos Trujillo en su entierro en Castro Urdiales donde residía su familia. Su padre había sido también Guardia Civil.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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