HOY 25 DE JUNIO:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!
- calinfernandezbara
- 24 jun 2024
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25 DE JUNIO DE 1990. FOZ DE LUMBIER (NAVARRA). SARGENTO DE LA GUARDIA CIVIL JOSÉ LUIS HERVÁS MAÑAS.

Sargento de la Guardia Civil José Luis Hervás Mañas.
A mediodía del 25 de junio de 1990, fuerzas de la Guardia civil mantenían un enfrentamiento armado en la localidad navarra de la Foz de Lumbier, con un comando de ETA. De resultas del enfrentamiento caería muerto en acto de servicio, el Sargento de la Benemérita institución JOSÉ LUIS HERVÁS MAÑAS.
Los hechos ocurrieron a las 12.15 horas, cuando el sargento Hervás y un cabo, desti nado como él en el puesto de Lumbier y que salió ileso de la agresión, detectaron desde la carretera que al fondo, junto al río, había tres personas. José Luis Hervás notó en ellos un comportamiento extraño, por lo que decidió descender hasta el río y proceder a su identificación.
Cuando el sargento bajaba, llegó a la carretera José Domínguez Piris, también sargento, comandante del puesto de la cercana localidad de Yesa, quien se acercó a saludar al cabo, momento en el que ambos escucharon tres disparos y observaron que los agresores intentaban huir del lugar. Fue entonces, cuando el sargento Domínguez se dio cuenta de que su compañero, el sargento Hervás, había sido alcanzado por dos de los disparos en cuello y pecho, En ese momento, inició el descenso hacia el río para detener a los agresores, quienes respondieron a la persecución con nuevos disparos, por lo que se originó un tiroteo en el que el sargento José Domínguez, que intentaba pedir ayuda por radio para su compañero, resultó herido por un proyectil en la cadera derecha.
Tras el tiroteo los terroristas, que serían identificados como Germán Rubenach Roig, Juan María Lizarralde Urreta y Susana Arregui Maiztegui, huyeron de lugar, llevándose el arma del sargento asesinado y siendo perseguidos por numerosos efectivos de la Guardia Civil. En su huida perdieron una bolsa que contenía una pistola marca «Browning» para munición 9 milímetros parabellum, utilizada habitualmente por ETA.
A la noche, los miembros del Instituto armado encontraron, cerca del río Irati, mal herido, con una bala en la cabeza, a uno de los miembros del comando etarra, German Rubenach, que tras ser detenido fue trasladado al Hospital de Navarra donde fue intervenido quirúrgicamente.
Sobre las 9:00 horas de la mañana del día siguiente, cuatro guardias civiles que continuaban con la persecución y rastreo de los otros dos terroristas, se toparon con sus cadáveres a unos quinientos metros de donde había caído abatido el sargento Hervás el día anterior. Juan María Lizarralde y Susana Arregui, se habían suicidado y presentaban disparos de bala en la cabeza. En el cuerpo de Arregui encontraron la pistola reglamentaria que le habían robado al sargento asesinado, mientras que debajo del cadáver de Lizarralde se encontró una pistola marca Browning, que tras análisis balísticos era la que se había utilizado para acabar con la vida del ex policía nacional Francisco Almagro Carmona.
Al día siguiente, con vivas a España y la Guardia Civil y aplausos del público congregado finalizaría el funeral por el alma del sargento José Luis Hervás Mañas, celebrado en la Foz de Lumbier. Al funeral asistieron, entre otros, el ministro de Interior, José Luis Corcuera y el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán.
Durante el oficio religioso, el párroco de San Miguel condenó la muerte del sargento José Luis Hervás Mañas, de la que dijo que «ha sido violenta y atribuible a la banda terrorista ETA». Calificó el asesinato de “despreciable acto criminal y contra toda justicia», qué, subrayó, «ha ensangrentado una vez más Navarra y dejado una honda preocupación en quienes no estamos de acuerdo con la forma de proceder de estos grupos terroristas”.
A la salida del féretro, envuelto en la Bandera Nacional y portado a hombros por cuatro parejas delas fuerzas de seguridad, y seguido de seis coronas de flores, la unidad de música del Regimiento de Infantería América interpretó para despedir el cuerpo muerto del Sargento Hervás el himno de la Guardia Civil. María del Valle Fernández, viuda del sargento, que asistió al funeral y estuvo en la capilla ardiente todo el tiempo que ésta permaneció instalada, recibió visiblemente afectada palabras de consuelo de los responsables de Interior, que le despidieron en el mismo coche que la trasladaría al aeropuerto, desde donde emprendería vuelo hacia Castellón, donde seria cristianamente enterrado José Luis Hervás.
En 1992 la Audiencia Nacional condenó a Germán Rubenach Roig a 57 años de reclusión por el asesinato de José Luis Hervás y el asesinato frustrado de José Domínguez Piris, entre otros delitos. En ese mismo fallo se condenó a Juan José Zubieta Zubeldia a 24 años de cárcel como autor de un delito de atentado en grado de conspiración. En 1993 fue condenado Javier María Goldaraz Aldaya a 23 años de cárcel como autor de los delitos de militancia en banda terrorista y atentado en grado de conspiración. Estos dos últimos etarras fueron los que trasladaron a Rubenach, Lizarralde y Arregui hasta la Foz de Lumbier para que preparasen un atentado contra la Guardia Civil.
Como consecuencia de la sentencia del tribunal europeo de derechos humanos de Estrasburgo, anulando la llamada la doctrina Parot, en noviembre de 2013, el etarra Juan José Zubieta Zubeldia, condenado, entre otras causas por el asesinato del sargento Hervas y como autor material del atentado contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Vic que causó nueve muertos -cinco de ellos menores- y 44 heridos, salía en libertad de la cárcel de Monterroso, en Lugo, donde se encontraba cumpliendo condena, También se beneficiaria de aquella insólita decisión de tribunal europeo, otro de los asesinos del sargento Hervás, Javier María Goldaraz Aldaya.
En abril de 2014, Germán Rubenach, condenado a casi 500 años de prisión por su participación en varios asesinatos y un secuestro, salía en libertad de la cárcel de El Puerto III, al ser derogada la doctrina Parot, por el tribunal de Estrasburgo.
José Luis Hervás Mañas, era natural de la localidad albaceteña de Yeste, Tenía 34 años de edad, estaba casado y era padre de dos hijos José Luis estaba finalizando la carrera de Derecho. Destinado en Navarra desde marzo de 1990, tenía previsto trasladarse a Castellón en el mes de julio, donde ya tenía plaza asignada, pues allí residía su familia. El sargento estaba en posesión de la Cruz de la Orden del Mérito Militar.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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