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HOY 27 DE MAYO.ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

27 DE MAYO DE 1984. PAMPLONA: CAPITAN DE LA GARDIA CIVIL LUIS OLLO OCHOA.

Capitán de la Guardia Civil Luis Ollo Ochoa.


A las ocho y cuarto de la noche del 27 de mayo de 1984 la banda terrorista ETA asesinaba en Pamplona, mediante una bomba-lapa colocada en su vehículo, al capitán de la Guardia Civil LUIS OLLO OCHOA.


El capitán, jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Aoiz, había ido ese domingo al piso de su propiedad en el barrio de la Chantrea en Pamplona. En torno a las ocho de la tarde abandonó la vivienda, acompañado por su mujer, para regresar de nuevo a su destino, en la localidad de Aoiz. Se dirigió a su vehículo, se introdujo en el mismo y lo puso en marcha. La vibración del motor hizo estallar la potente bomba colocada en los bajos del coche, compuesta por una carga de cuatro o cinco kilos de Goma 2.


El vehículo de la víctima quedó totalmente destrozado y el techo del turismo fue lanzado a una distancia de unos quince metros. La explosión provocó, además, fuertes destrozos en los vehículos aparcados en las inmediaciones, así como la rotura de numerosos cristales de viviendas y de varios establecimientos comerciales.


Luis murió en el acto atrapado en el amasijo de hierros en que quedó convertido el coche. Su mujer, Esther Pérez de Aramendi, que no llegó a entrar en el vehículo, resultó herida de gravedad. Su cuerpo fue lanzado por efecto de la onda expansiva a varios metros del lugar de la explosión. Fue intervenida quirúrgicamente en la residencia sanitaria Virgen del Camino. A última hora de la noche abandonó la Unidad de Vigilancia Intensiva en un estado calificado como de pronóstico reservado. Se le había reventado un tímpano y tenía heridas en el cráneo.


La capilla ardiente por el capitán de la Guardia Civil se instaló en la Delegación del Gobierno en Navarra y el entierro tuvo lugar al día siguiente.


Por este atentado la Audiencia Nacional dictó varias sentencias condenatorias contra los terroristas implicados en el mismo. En 1988 fue condenado a penas que sumaban 47 años de prisión el etarra Juan José Legorburu Guerediaga. En 1996 fueron condenados Jesús Jiménez Zurbano a 45 años, y Francisco Javier Martínez Nogales, alias El Floral, a 18, como cómplice. En 2001 fueron condenados a sendas penas que sumaban 49 años de prisión Jesús María Altable Echarte y Miguel Santiago Izpurua García. Finalmente, en 2005 fue condenado José Javier Zabaleta Elosegui, alias Baldo, a 49 años por ordenar el atentado. Presuntamente también participó en el atentado la etarra Mercedes Galdós Arsuaga.


Luis Ollo Ochoa, de 54 años, estaba destinado en el cuartel de Aoiz, donde mandaba el destacamento existente en esta población, una de las más importantes de Navarra. Anteriormente había estado destinado en el Servicio de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona con el grado de teniente. Había sido amenazado de muerte por ETA en varias ocasiones.

Era natural de Ochagavía, en el Pirineo navarro, estaba casado con Esther Pérez de Aramendi y tenía dos hijos: una chica de 24, que acababa de terminar la carrera de Medicina, y un chico de 22 años, alumno de la escuela militar de suboficiales de Talarn (Lérida). El matrimonio residía en los días laborables en la localidad de Aoiz, y los fines de semana los pasaban en su domicilio de Pamplona.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.


27 DE MAYO DE 1988. LA CORUÑA. CLAUDIO SAN MARTÍN PÉREZ. EMPRESARIO.

Claudio San Martín Pérez .

Alrededor de las tres y cuarto de la tarde del día 28 de mayo de 1988, un comando de los GRAPO formado por los terroristas, Laureano Ortega, Encarnación León Lara y María Jesús Romero Vega,asesinaba a tiros en el interior de su domicilio, en el número nueve de la calle Sánchez Bregua de La Coruña, a Claudio San Martín Pérez, ex presidente de la Caixa de Galicia y presidente de los Consejos de Administración de las cadenas de supermercados Claudio y Superco.


Según fuentes de la lucha contraterrorista, tres individuos, dos mujeres y un hombre, llamaron, alrededor de las tres y cuarto de la tarde, desde el interfono del portal anunciando la entrega de un ramo de flores.


La esposa del industrial, Carmen Corredoira, les abrió la puerta del domicilio y fue apartada bruscamente cuando trataba de impedirles la entrada al advertir que llevaban pistolas. En ese momento apareció el señor San Martín, contra el que los tres individuos efectuaron cuatro disparos, que le alcanzaron en el pecho y en la cabeza y que la causaron la muerte instantánea.


Una vecina que fue testigo presencial de la huida de (os asesinos manifestó que vio cómo dos chicas de veintidós a veinticinco años cruzaban la calle y se dirigían a un coche aparcado en doble fila en la zona de los jardines de la Rosaleda, enfrente a la casa de Claudio San Martín, y salían a todo gas hacia el centro de la ciudad». La testigo no supo identificar la marca y el modelo de coche pero señaló que "las chicas iban vestidas con faldas y muy discretas".


Inmediatamente después de conocerse el atentado, las Fuerzas de Seguridad del Estado establecieron controles en los accesos a La Coruña para tratar de localizar a los autores del asesinato


Claudio San Martín había estado amenazado por los GRAPO y tuvo durante cierto tiempo protección policial, que le fue retirada en el momento en que se consideró que este grupo terrorista estaba desarticulado.


En la casa de Claudio San Martín estaba el matrimonio sólo ya que sus hijos estudiaban fuera de La Coruña y la muchacha de servicio había salido y no regresaba hasta después de las cuatro de la tarde. Al domicilio de Claudio San. Martín acudieron en los primeros momentos -el delegado del Gobierno en Galicia, Domingo García Sabell; el gobernador civil de La Coruña, Andrés Moreno Aguilar, y el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez.


El entierro en el cementerio de San Amaro de los restos mortales del empresario coruñés Claudio San Martín constituyó una multitudinaria manifestación de condolencia y repulsa por el atentado que segó su vida.


Bajo una incesante lluvia, una multitud de personas, entre las que figuraban, además de la mujer, madre, hijos, hermanos y otros familiares de Claudio San Martín, el presidente y vicepresidente de la Xunta de Galicia, González Laxe y José Luis Barreiro; numerosos miembros del Gobierno Autónomo, el Delegado del Gobierno en Galicia, Domingo García Sabell; el presidente de la Diputación de La Coruña, José Manuel Romay Beccaría; el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez; junto con la mayoría de los miembros de la Corporación local coruñesa, se sumaron a las exequias, que comenzaron con un funeral de corpore insepulto concelebrado por el arzobispo de Santiago, Antonio María Rouco Vareta, y cuarenta sacerdotes más, entre los que se hallaba el hermano del empresario asesinado, Antonio San Martín. Éste pronunció unas emocionadas palabras de repudio a la violencia y de perdón para los asesinos.


El féretro con los restos mortales del empresario coruñés no portaba ningún ramo de flores ni coronas. Su inhumación en el cementerio de San Amaro fue seguida por una multitud de personas que, a pesar de la intensa lluvia caída a lo largo de la mañana se agolpó para despedir en torno al conocido empresario coruñés.


Claudio San Martín, de cincuenta y cuatro años, era hijo y nieto de pequeños comerciantes de ultramarinos, y después de estudiar la carrera de Derecho en Santiago y de especializarse en dirección de empresas, se hizo cargo con un hermano del negocio, creando la cadena de supermercados Claudio.


También fue el impulsor y presidente de Superco, una superficie comercial coruñesa inaugurada en el barrio de Cuatro Caminos en 1987.


Claudio San Martín había sido vicepresidente de la Caixa de Galicia y presidente durante el período 1981-88, habiendo cesado por cumplirse el mandato reglamentario, en enero de ese año 88.

Los tres miembros del GRAPO asesinos, Laureano Ortega, María Jesús Romero Vega y Encarnación León Lara, tras ser detenidos por la Policía fueron juzgados o condenados


María Jesús Romero Vega, detenida en 1990, fue condenada a 75 años por dos asesinatos y dos atentados con muerte, entre ellos el de Claudio San Martín. Laureano Ortega detenido en 1992 por la Guardia Civil en Santander, sería condenado por diversos atentados en la Audiencia Nacional entre ellos el asesinato de Claudio San Martín a 26 años de cárcel. Encarnación León Lara, detenida el 5 de diciembre de 1992 en Santander, fue condenada a un total de 98 años, 5 meses y 21 un días por diversos delitos relacionados con la actividad de los Grapo, entre ellos su participación el asesinato del empresario coruñés Claudio San Martín.


En aplicación de la doctrina Parot, María Jesús Romero Vega y Encarnación León Lara, salieron de la cárcel el 20 de noviembre de 2013, haciéndolo Laureano Ortega un mes después.

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Claudio San Martín Pérez la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.

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