27 DE MAYO DE 1988. LA CORUÑA. CLAUDIO SAN MARTÍN PÉREZ. EMPRESARIO.
Claudio San Martín Pérez.
Alrededor de las tres y cuarto de la tarde del día 27 de mayo de 1988, era asesinado en La Coruña, por un comando de los GRAPO formado por los terroristas, Laureano Ortega, Encarnación León Lara y María Jesús Romero Vega, CLAUDIO SAN MARTÍN PÉREZ, que fuera presidente de la Caixa de Galicia y presidente en aquellos momentos de los Consejos de Administración de las cadenas de supermercados Claudio y Superco fue asesinado a tiros en el interior de su domicilio, en el número nueve de la calle General Sánchez Bregua de La Coruña.
Según fuentes de la lucha contraterrorista, tres individuos, dos mujeres y un hombre, llamaron, alrededor de las tres y cuarto de la tarde, desde el interfono del portal anunciando la entrega de un ramo de flores.
La esposa del industrial, Carmen Corredoira, les abrió la puerta del domicilio y fue apartada bruscamente cuando trataba de impedirles la entrada al advertir que llevaban pistolas. En ese momento apareció el señor San Martín, contra el que, uno de los tres terroristas, Laureano Ortega, efectuó cuatro disparos, que le alcanzaron en el pecho y en la cabeza y que la causaron la muerte instantánea.
Una vecina que fue testigo presencial de la huida de (os asesinos manifestó que vio cómo dos chicas de veintidós a veinticinco años cruzaban la calle y se dirigían a un coche aparcado en doble fila en los jardines de la Rosaleda enfrente a la casa de Claudio San Martín, y salían a todo gas hacia el centro de la ciudad». La testigo no supo identificar la marca y el modelo de coche pero señaló que “las chicas iban vestidas con faldas y muy discretas”.
En el momento de su asesinato, Claudio San Martín estaba hablando por teléfono con una de sus hijas. Al escuchar los gritos de su mujer, que le llama ¡Claudio!, ¡Claudio! dejó el auricular y se dirigió a la puerta de su domicilio donde seria tiroteado., cayendo mortalmente delante de la puerta.
Inmediatamente después de conocerse el atentado, las Fuerzas de Seguridad del Estado establecieron controles en los accesos a La Coruña para tratar de localizar a los autores del asesinato
Claudio San Martín había estado amenazado por los GRAPO exigiéndole el pago del impuesto revolucionario. Tuvo durante cierto tiempo protección policial, que le fue retirada en el momento en que se consideró que ese grupo terrorista estaba desarticulado.
En la casa de Claudio San Martín estaba el matrimonio sólo ya que sus hijos estudiaban fuera de La Coruña y la muchacha de servicio había salido y no regresaba hasta después de las cuatro de la tarde. Al domicilio de Claudio San. Martín acudieron en los primeros momentos -el delegado del Gobierno en Galicia, Domingo García Sabell; el gobernador civil de La Coruña, Andrés Moreno Aguilar, y el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez.
El entierro en el cementerio de San Amaro de los restos mortales del empresario coruñés Claudio San Martín constituyó una multitudinaria manifestación de condolencia y repulsa por el atentado que segó su vida.
Bajo una incesante lluvia, una multitud de personas, entre las que figuraban, además de la mujer, madre, hijos, hermanos y otros familiares de Claudio San Martín, el presidente y vicepresidente de la Xunta de Galicia, González Laxe y José Luis Barreiro; numerosos miembros del Gobierno Autónomo, el Delegado del Gobierno en Galicia, Domingo García Sabell; el presidente de la Diputación de La Coruña, José Manuel Romay Beccaría; el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez; junto con la mayoría de los miembros de la Corporación local coruñesa, se sumaron a las exequias, que comenzaron con un funeral de corpore insepulto concelebrado por el arzobispo de Santiago, Antonio María Rouco Vareta, y cuarenta sacerdotes más, entre los que se hallaba el hermano del empresario asesinado, Antonio San Martín. Éste pronunció unas emocionadas palabras de repudio a la violencia y de perdón para los asesinos.
El féretro con los restos mortales del empresario coruñés no portaba ningún ramo de flores ni coronas. Su inhumación en el cementerio de San Amaro fue seguida por una multitud de personas que, a pesar de la intensa lluvia caída a lo largo de la mañana se agolpó para despedir en torno al conocido empresario coruñés.
Claudio San Martín, de cincuenta y cuatro años, era hijo y nieto de pequeños comerciantes de ultramarinos, y después de estudiar la carrera de Derecho en Santiago y de especializarse en dirección de empresas, se hizo cargo con un hermano del negocio, creando la cadena de supermercados Claudio.
También fue el impulsor y presidente de Superco, una superficie comercial coruñesa inaugurada en el barrio de Cuatro Caminos en 1987.
Claudio San Martín había sido vicepresidente de la Caixa de Galicia y presidente durante el período 1981-88, habiendo cesado por cumplirse el mandato reglamentario, en enero de ese año 88.
Era el tercer asesinato que el siniestro GRAPO cometía en La Coruña. El primero se remontaba a la mañana del 20 de noviembre de 1980, cuando en la calle Cuba, del barrio del Agra del Orzán, asesinaba al Guardia Civil Ricardo López Castiñeira, que se dirigía a pie y vestido de uniforme desde su casa hacia su destino en la vigilancia gubernativa de la oficina central de Correos en la Avenida de la Marina. El día 29 de abril de 1983, a la puerta de colegio Salesiano, de cuatro disparos efectuados a bocajarro, caía asesinado el también Guardia Civil Plácido Pedreira Álvarez, conductor de un microbús del Benemérito instituto, que trasladaba a hijos de compañeros a diferentes centros educativos de la ciudad de La Coruña.
Dos acciones más llevarían a cabo los terroristas del GRAPO en La Coruña. Dos históricos de la organización, Carmen Cayetano Navarro y Alfonso Rodríguez Cambeiro, serían detenidos en La Coruña, el 12 de septiembre de 1983, al intentar atracar la sucursal del Banco Exterior de España, en la avenida de Finisterre, esquina a Ronda de Nelle. Carmen se hizo con varios rehenes, entre ellos la esposa del gran amigo antiguo teniente de alcalde del ayuntamiento de La Coruña, el recordado José Peña Bermúdez. El comisario de Policía, Ramón Seoane Iglesias, se introdujo en el banco, logrando que los terroristas liberasen a los rehenes, consiguiendo que depusiesen su actitud y se entregasen.
El atentado fallido, en septiembre de 1984,-enfrente del colegio de la Compañía de María-, contra el ingeniero jefe de TVE, Luis Pardo, que fue tiroteado y herido de gravedad, por dos individuos, salvando milagrosamente la vida, al tirarse debajo de un coche que estaba aparcado en la inmediaciones de su domicilio, en la calle de Calvo Sotelo de La Coruña. Los terroristas del GRAPO, Juan García Rueda y Leoncio Calcerrada, fueron interceptados por las fuerzas de seguridad. Tras un enfrentamiento con la Policía, en la calle Europa del barrio de los Mallos, García Rueda resultó muerto y Calcerrada herido de consideración y detenido.
Los tres miembros del GRAPO asesinos de Claudio San Martín, Laureano Ortega, María Jesús Romero Vega y Encarnación León Lara, tras ser detenidos por la Policía fueron juzgados o condenados.
María Jesús Romero Vega, detenida en 1990, fue condenada a 75 años por dos asesinatos y dos atentados con muerte, entre ellos el de Claudio San Martín. Laureano Ortega, detenido en 1992 por la Guardia Civil en Santander, sería condenado por diversos atentados en la Audiencia Nacional entre ellos el asesinato de Claudio San Martín a 26 años de cárcel. Encarnación León Lara, detenida el 5 de diciembre de 1992 en Santander, fue condenada a un total de 98 años, 5 meses y 21 un días por diversos delitos relacionados con la actividad de los Grapo, entre ellos su participación el asesinato del empresario coruñés Claudio San Martín.
En aplicación de la doctrina Parot, María Jesús Romero Vega y Encarnación León Lara, salieron de la cárcel el 20 de noviembre de 2013, haciéndolo Laureano Ortega un mes después.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Claudio San Martín la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
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