28 DE ABRIL DE 1.979. DURANGO (VIZCAYA) POLICÍA MUNICIPAL PEDRO RUIZ RODRÍGUEZ.
Policía Municipal de Durango Pedro Ruiz Rodríguez.
Hacia las 12 horas del 28 de abril de 1979, cuando el Policía Municipal, adscrito a la plantilla del Ayuntamiento de la localidad vizcaína de Durango, PEDRO RUIZ RODRÍGUEZ, se encontraba dirigiendo el tráfico en el Cruce de la Magdalena, un comando de ETA, compuesto por varios terroristas, dispararon dos ráfagas de metralleta desde un coche. Pedro Ruiz murió en el acto debido a los cinco impactos de bala que le alcanzaron.
En el lugar del atentado, la policía encontró doce o trece casquillos, marca 9 mm. «Parabellum».
Pasada la una y media de la tarde, el vehículo de los autores' del atentado fue localizado a la salida de la autopista de Durango. En su interior se han encontraron varios casquillos del calibre 9 milímetros «Parabellum», marca «Geco».
El propietario del vehículo sustraído, José María Carro Bara, no había denunciado el robo del coche, pues no se había apercibido de ello. El coche se encontraba aparcado en Abadiano, a un kilómetro de Durango, lugar donde se registró el atentado.
Por el asesinato del Pedro Ruiz, la Audiencia Nacional condenaría a los etarras Juan Antonio Olagorta Arana y Juan Carlos Gorrindo Echeandia, autores del asesinato a sendas penas de 29 años de reclusión mayor. También fueron condenados como cómplices José Antonio Echevarri Ayesta a 14 años de reclusión menor) y Juan Miguel Iturriaga Omar a 12 años de reclusión menor.
Tras pasar 16 años en prisión de los 29 a los que había sido condenado, Juan Carlos Gorrindo Echeandia, alcanzaba la libertad.
En 2001, Olagorta Arana, condenado a 41 años de cárcel, salía en libertad tras cumplir veintiún años de reclusión.
En 2002, José Antonio Echevarri Ayesta, condenado a 94 años de cárcel, abandonó la prisión en libertad tras 22 años de reclusión.
Por su parte, Iturriaga Omar, detenido en 1980 y condenado a 37 años de prisión, quedó en libertad en 1995 por padecer una patología mental.
Pedro Ruiz Rodríguez, tenía 30 años. Era natural de Villar don Pardo, (Jaén), estaba casado desde hacía cuatro meses con Araceli Saavedra, de quien esperaba un hijo. Desde hacía diez años trabajaba en el Ayuntamiento de Durango, primero como externo y, tras aprobar las oposiciones, como policía municipal. En Durango se le tenía por amigo de miembros de la Guardia Civil del pueblo, en cuyo cuartel había residido, al parecer, alguna temporada. Días antes del atentado que acabó con su vida, recibió una paliza en la que se le advertía de que no siguiera "siendo un chivato". Había pedido el traslado a Albacete.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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