28 DE AGOSTO DE 1978. MONDRAGÓN (GUIPÚZCOA). CABO PRIMERO DE LA GUARDIA CIVIL AURELIO SALGUEIRO LÓPEZ.
Cabo primero de la Guardia Civil Aurelio Salgueiro López.
A las once y veinte minutos del lunes 28 de agosto de 1978, en la localidad guipuzcoana de Mondragón, el cabo primero de la Guardia Civil AURELIO SALGUEIRO LÓPEZ, perteneciente al Servicio de Información (SIGC) era asesinado a tiros por dos miembros de los comandos autónomos anticapitalistas.
Aurelio Salgueiro se dirigía al cuartel del Benemérito instituto en esa localidad, tras haber recogido correspondencia en la estafeta de correos. En mitad del recorrido entre Correos y el cuartel, en una pequeña plazoleta donde confluían las calles Zarugalde, Toribio Aguirre e Ignacio Zuloaga, el cabo primero, que vestía de paisano, fue abordado por dos miembros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas que le dispararon varios tiros por la espalda con una pistola. Aurelio Salgueiro cayó al suelo boca arriba, quedando la correspondencia desparramada junto a su cuerpo, y fue rematado en el suelo delante de uno de sus hijos, de 14 años, con el que se acababa de encontrar.
Una vez cometido el asesinato, los pistoleros emprendieron veloz fuga en un vehículo un vehículo Renault 5 TL de color amarillo en el que les esperaba un tercer individuo. El coche había sido robado a punta de pistola en Éibar a las nueve y media de la mañana del mismo día. Los terroristas obligaron a su propietario a subir al mismo y posteriormente lo dejaron atado y abandonado en Arrate. El vehículo fue encontrado a las cinco y media de la tarde en las cercanías de Éibar.
Aurelio Salgueiro recibió cuatro balazos en cabeza y tórax. Nadie acudió a socorrerlo, desangrándose lentamente en el suelo, en tanto su hijo corrió a dar aviso al cuartel. Con la llegada de compañeros Aurelio Salgueiro fue evacuado en un vehículo particular al centro asistencial de Mondragón, donde ingresó cadáver.
La capilla ardiente por el guardia civil se instaló a las cinco de la tarde en el cuartel de la Guardia Civil y el funeral tuvo lugar al día siguiente, a las once de la mañana, en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Mondragón. Asistieron al oficio religioso, además de los familiares de servidor del orden asesinado, el general jefe de la sexta zona de la Guardia Civil, general Hermosilla, coronel del 52 tercio, gobernadores civil y militar de Guipúzcoa, comandante militar de Marina, consejero del interior del Consejo general Vasco, Txiki Benegas, teniente coronel jefe de la comandancia de San Sebastián y numerosos miembros de la Guardia Civil, de la Policía Armada y el Ejército. El féretro, que iba envuelto en la Bandera Nacional, fue trasladado desde el cuartel hasta la iglesia parroquial a hombros de compañeros, llevando las tres condecoraciones que le habían sido concedidas: cruz al mérito militar de cuarta clase, cruz al mérito del cuerpo de la Guardia civil con distintivo rojo y cruz al mérito policial, también con distintivo rojo. Tras el féretro iban varias coronas con cintas de los colores de la Bandera Nacional.
Concluida la Misa, el féretro fue conducido de nuevo a hombros hasta el cuartel, donde lo introdujeron en un furgón que poco después emprendió viaje hacia Monforte de Lemos, de donde era natural el cabo asesinado.
Al día siguiente 29 de agosto una voz anónima reivindicaba de forma telefónica al diario Egin, el asesinato de Aurelio Salgueiro en nombre de un Comando Autónomo, Independentista y Anticapitalista quien "lo había sido sentenciado a muerte por las asambleas populares por ser miembro de las fuerzas represivas españolas".
El 15 de noviembre de ese año, un etarra que había ametrallado la Casa Cuartel del cuerpo en Arechavaleta (Guipúzcoa), José María Iturrioz Garmendia, moría en el enfrentamiento con efectivos de la Guardia Civil que custodiaban el cuartel. Entre sus pertenencias se encontró una pistola Browning GP-35, la misma con la que habían asesinado al Cabo primero Salgueiro. En aquella acción encontraría también la muerte un segundo terrorista miembro de los CAA, Roberto Aramburu Uribarren.
Aurelio Salgueiro López, tenía 46 años y era natural de Monforte de Lemos (Lugo), localidad donde fue cristianamente sepultado. Estaba casado y tenía siete hijos de edades comprendidas entre los 18 años, el mayor, y 11 meses la pequeña. Llevaba desde agosto de 1970 destinado en el acuartelamiento de Mondragón.
A día de hoy en Monforte no existe ninguna calle o plaza que lleve el nombre de Aurelio Salgueiro, ni hay placa o monolito que le recuerde. Es un perfecto desconocido como la inmensa mayoría de las víctimas del terrorismo. Por eso su recuerdo es un inexcusable deber. Ni olvido ni perdón.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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