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HOY 28 DE DICIEMBRE:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

28 DE DICIEMBRE DE 1989. GIJON. GUARDIAS CIVILES ISAAC RAMIRO RANILLA Y JOSÉ MARÍA SÁNCHEZ MELERO.

Guardia Civil Isaac Rodrigo Ranilla.


Hacia las 11,50 horas del día 28 de diciembre de 1989, dos miembros de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo), asesinaban a tiros en Gijón a los Guardias Civiles ISAAC RAMIRO RANILLA Y JOSÉ MARÍA SÁNCHEZ MELERO, mientras prestaban servicio en la Delegación de Hacienda de Gijón.

Guardia Civil José María Sánchez Melero.


La Delegación del Gobierno en Asturias informaba ese mismo día, tras el atentado, que gracias a los testimonios aportados por los testigos, se había podido identificar a dos de los tres terroristas de los GRAPO que asesinaban a dos guardias civiles en Gijón. Los terroristas identificados eran Fernando Silva Sande, de 35 años de edad, y María Jesús Romero Vega, de 30 años. El tercer terrorista posteriormente identificado sería Guillermo Vázquez. Los dos hombres irrumpieron a las 11.40 horas en la Delegación de Hacienda de Gijón situada en la calle Anselmo Cifuentes, dando gritos con la cara descubierta y empuñando una pistola del calibre nueve milímetros y un revólver del calibre 38. Con esas armas, tirotearon a los Guardias Civiles Isaac Rodrigo Ranilla, dé 46 años de edad, y José María Sánchez Melero, de 38, este último casado y con dos hijos. El primero de los agentes fue rematado en el suelo con un disparo en la cabeza. El segundo salió de la delegación de Hacienda tambaleándose con disparos en la cabeza, tórax, abdomen y brazo izquierdo. Aunque fue trasladado inmediatamente al hospital de Cabueñes, falleció poco después de ingresar en el centro sanitario.


Uno de los terroristas fue el que hizo mayor número de disparos sobre los dos guardias civiles, mientras el segundo remató en el suelo al guardia civil Isaac Ramiro, arrebatándole su arma.


Los dos autores del hecho encañonaron a los testigos del asesinato y se dieron inmediatamente a la fuga, dirigiéndose a pie hacia el paseo de Begoña, una de las zonas habitualmente más concurridas de la ciudad. Allí les estaba esperando una mujer que les facilitó la huida.


Luis Roldán. La capilla ardiente con los cadáveres de ambos guardias quedó instalada por la tarde en el acuartelamiento del Cuerpo en Gijón.


En medio de una gran manifestación de duelo y gran indignación, al día siguiente, 29 de diciembre de 1989, en la explanada del acuartelamiento de 623 Comandancia de la Guardia Civil en Gijón, se celebraba el funeral por Isaac Ramiro Ranilla y José María Sánchez.


El acto estuvo presidido por el director general del cuerpo, Luis Roldán, y por José Borrell, secretario de Estado de Hacienda.


Los féretros con los restos mortales de los dos guardias civiles fueron portados a hom bros por su compañeros hasta un lugar cercano al altar, donde se ofició la ceremonia religiosa en medio de gritos de “Viva España” “Viva la Guardia Civil”, “Asesinos”. “ETA y GRAPO al paredón” y "Justicia" y “Cobardes”, especialmente dirigidos a las autoridades presentes en el acto.


La ceremonia fúnebre fue oficiada por el jesuita padre Villamil y concelebrada por cuatro sacerdotes más. El oficiante dijo en su homilía que “estamos una vez más ante un cuadro de dolor y pedimos a Dios que nos ayude a superarlo cuanto antes para que el don de la vida continúe y no sean el mal y la violencia quienes tengan la última palabra”.


Una vez finalizad la Misa, se interpretó la marcha “la Muerte no es el final” y el toque de Oración, así como el himno de la Guardia Civil. Los féretros con los cadáveres de José María Sánchez Melero e Isaac Rodrigo Ranilla, envueltos en sendas banderas nacionales, salieron del acuartelamiento entre los grandes aplausos de los más de tres mil gijoneses presentes en las cercanías de la comandancia. El del Guardia Civil Sánchez Melero fue conducido al cementerio gijonés de Céares, donde, en las más estricta intimidad, recibió cristiana sepultura. Por su parte, los restos mortales de Isaac Rodrigo Ranilla fueron trasladados hasta la localidad zamorana de Almendra del Pan, donde fueron inhumados.


Según quedó probado en la sentencia emitida por la Audiencia Nacional, "el día del atentado Guillermo Vázquez formaba parte de un grupo liderado por Fernando Silva Sande -condenado a 60 años por la muerte de los dos guardias civiles- y en el que también estaban los GRAPO María Jesús Romero y la fallecida Isabel Santamaría. El 28 de diciembre de 1989 se dirigieron a la Delegación de Hacienda de Gijón donde, tras acercarse a la cabina de seguridad donde estaban los agentes Isaac Rodrigo y José María Sánchez, Silva Sande efectuó varios disparos. Una vez en el suelo, Guillermo Vázquez les disparó varias veces más. Los dos guardias civiles recibieron 11 y 6 disparos cada uno. Según la sentencia, Romero y Santamaría vigilaban en el exterior mientras los dos hombres, Vázquez y Silva Sande, armados con una pistola y un revólver, cometían los asesinatos. Los dos autores del hecho encañonaron a los testigos y se dieron a la fuga, dirigiéndose hacia el paseo de Begoña".


Isaac Ramiro Ramilla, tenía 46 años, estaba soltero y era natural de Zamora, mientras que José Mª Sánchez Melero, de 38 años, estaba casado, era padre de dos hijos de nueve y siete años de edad y había nacido en la localidad asturiana de Panes.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior les concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.

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