29 DE JULIO DE 1985. MADRID. VICEALMIRANTE DE LA ARMADA Y DIRECTOR GENERAL DE POLÍTICA DE DEFENSA, FAUSTO ESCRIGAS ESTRADA.
Vicealmirante de la Armada Fausto Escrigas Estrada.
En la mañana del 29 de julio de 1985, un comando banda terrorista ETA asesinaba en Madrid al vicealmirante de la Armada y director general de Política de Defensa, FAUSTO ESCRIGAS ESTRADA. En el atentado, su chófer, Francisco Marañón García, quedaría gravemente herido.
El atentado se produjo a las 8,45 horas de la mañana. El automóvil del Vicealmirante Escrigas, un SEAT 131, como todos los días, a la misma hora, se dirigía desde la calle Comandante Zorita, donde vivía el Vicealmirante al Cuartel General de la Armada, circulando en esos instantes por la calle Dulcinea, a uno cien metros de la vivienda del alto mando de la Armada, cuando un coche que se encontraba aparcado en doble fila, dio marcha atrás y obligó al chófer del Vicealmirante a detenerse. En ese momento, según relatarían testigos presenciales, un joven, gordo, vestido de beige y con boina o gorra blanca, se bajó .del coche, que cerró el paso al SEAT 131 del alto jefe militar y disparó su metralleta. Los heridos fueron trasladados inmediatamente por una patrulla de la policía municipal a la residencia sanitaria «La Paz», donde el vicealmirante Escrigas ingresó cadáver. El vicealmirante Escrigas Estrada, presentaba 12 impactos de bala en la cabeza, miembro superior derecho y costado derecho, que afectaban a zonas vitales como el corazón, los pulmones y el hígado.
El conductor Francisco Marañón presentaba un traumatismo cráneo encefálico por arma de fuego, que afectaba la región paritooccipital derecha, con incrustación de múltiples fragmentos óseos en la base encefálica, había salida de la masa encefálica y una importante hemorragia y edema cerebral. También presentaba varios impactos de bala, en axila izquierda y en ambos muslos: su pronóstico era muy grave. Lamentablemente le quedarían secuelas de por vida que le impidieron desenvolverse por si solo, necesitando permanente ayuda. Fallecería en 2007.
El coche del vicealmirante quedó con tres cristales destrozados. Posteriormente, fue retirado por un vehículo de la Policía municipal. .En el lugar quedó un gran charco de sangre. La policía encontró dieciocho casquillos del calibre 9 milímetros parabéllum, munición habitualmente utilizada por ETA, en el lugar del asesinato.
Veinte minutos después del atentado, fue localizado el coche utilizado por los terroristas, un R-9 de color metálico y con matrícula falsa, que abandonaron en la calle Anastasio Herrero.
Los técnicos en desactivación de explosivos (TEDAX) de la Policía Nacional colocaron dos cebos en el coche. El primero de ellos provocó la apertura del maletero y el segundo desactivó el sistema preparado por los terroristas para que se provocara la explosión de una bomba a las 13.05 horas. Los TEDAX retiraron el artefacto, compuesto por unos cinco kilogramos de explosivo.
Entre las personalidades que acudieron a la clínica La Paz para interesarse por las víctimas estuvieron los ministros de Defensa y Sanidad, Narciso Serra y Ernesto Lluch, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, los jefes de Estado Mayor de la Armada y del Ejército de Tierra. También estuvo la esposa del vicealmirante Escrigas, María Flor Rodríguez.
A las cuatro de la tarde quedó instalada en el Ministerio de Defensa la capilla ardiente con los restos del vicealmirante. El funeral se celebró al día siguiente, 30 de julio, con la asistencia del presidente del Gobierno Felipe González.
La fachada principal del Ministerio de Defensa se encontraba engalanada con reposteros con los emblemas de los Tres Ejércitos, mientras en el patio, abarrotado de militares, ondeaba la bandera de España a media asta. Una compañía de Infantería de Marina, con banda de música, rindió honores al cadáver del vicealmirante, mientras siete gastadores de la Armada montaban guardia delante del féretro que se encontraba envuelto en la bandera Nacional. El funeral por el alma del Vicealmirante asesinado, fue oficiado por el vicario general castrense, monseñor Estepa, y por siete sacerdotes.
El féretro del director general de Política de Defensa, envuelto en la bandera Nacional fue transportado hasta el túmulo a hombros de Almirantes, Jefes y oficiales de la Armada.
En la homilía, Monseñor Estepa recordó al vicealmirante «que vivió como soldado de Cristo», y dijo que su muerte «fue un modelo supremo de muerte cristiana»
Al término del solemne funeral, y después de que el jefe del ejecutivo colocara sobre el féretro la condecoración, la Unidad de música de la Armada hizo sonar los acordes del “la Muerte no es el Final” y el “Toque de oración” en nuestros Ejércitos. Tras ello, se entonó el himno de la Armada.
El féretro con el cuerpo del vicealmirante Escrigas fue de nuevo transportado hasta el Paseo de la Castellana, donde tuvo lugar una parada militar en la que desfiló la compañía de Infantería de Marina, que le había rendido honores.
El cortejo fúnebre se dirigió a continuación a la zona militar del aeropuerto de Barajas desde donde los restos mortales del vicealmirante fueron trasladados, en dos aviones militares, hasta el aeropuerto La Coruña, desde donde, por carretera sería trasladado hasta el Ferrol donde sería cristianamente sepultado.
Antes del entierro con la presencia de todas las autoridades civiles y militares de la Región, con el presidente de la Xunta de Galicia, Gerardo Fernández Albor; capitanes generales de la Región Militar, Teniente general José Buigues Gómez, y de la Zona Marítima, almirante Joaquín Contreras Franco, a la cabeza, en la iglesia castrense de San Francisco, se ofició una misa concelebrada por once capellanes castrenses y sacerdotes de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol. En sitio preferente figuraban la viuda e hijos del militar y seguidamente, en los primeros bancos, se situaron las autoridades civiles y militares. La parte coral del oficio religioso corrió a cargo de la Coral Polifónica Ferrolana,
En la homilía, el padre Novo Lodos, subrayó que la muerte del vicealmirante Escrigas implicaba lo arriesgado de su oficio y que «la desaparición de estas vidas, de esta manera, intranquiliza a los pueblos».
Concluido el acto religioso, el féretro fue sacado a hombros de infantes de Marina, mientras en la plaza exterior de la iglesia castrense, abarrotada de personas, una compañía, también de infantería de Marina, le rendía honores a la par que se escuchaban 13 salvas disparadas a cañón en el Arsenal Militar. La comitiva fúnebre emprendió camino hacia el cementerio municipal de Catabois a donde llegarían sobre las cinco de la tarde. Aquí, marineros del Cuartel de Instrucción cogieron a hombros el féretro, mientras una sección del mismo acuartelamiento rendía nuevamente honores. Esta sección, en el momento en que el féretro era introducido en el nicho del panteón familiar, el número 246 del cementerio de Catabois, hizo una descarga de fusilería.
En 1995 la Audiencia Nacional condenó a 48 años de reclusión mayor a Inés del Río Prada por su colaboración en el atentado que acabó con la vida del vicealmirante Escrigas Estrada e hirió gravemente a Francisco Marañón. Por la misma sentencia fueron condenados Iñaki de Juana Chaos y Esteban Esteban Nieto a 55 años cada uno. En 1996 fue condenado Juan Manuel Soares Gamboa a 27 años y en 2006, Belén González Peñalva, extraditada por Francia en 2005, fue condenada a un total de 53 años. La sentencia del tribunal dejó probado que:” los etarras Iñaki de Juana Chaos, Belén González Peñalva y Juan Manuel Soares Gamboa cruzaron su vehículo en la confluencia de las calles Comandante Zorita y Dulcinea, cortando de esta forma el paso del vehículo en el que iban el Vicealmirante Escrigas y su chófer. En ese momento, Soares Gamboa ametralló el vehículo oficial con varias ráfagas, matando en el acto al vicealmirante Escrigas, que recibió doce impactos de bala, e hiriendo a Francisco Marañón, que fue alcanzado en la cabeza y las piernas. A continuación, se montó en el vehículo donde esperaban De Juana y González Peñalva, dándose a la fuga”.
En 1999 la Audiencia Nacional decretó la libertad del etarra Esteban Esteban Nieto, condenado a más de tres mil años de cárcel por diversos atentados, al padecer una enfermedad grave, irreversible e incurable, falleciendo en su casa de Tolosa (Guipúzcoa) en septiembre de ese mismo año de 1999.
Belén González Peñalva enferma de cáncer desde 2009, se le permitió seguir cumpliendo condena en régimen de prisión atenuada. Fallecería en San Sebastián el 16 de noviembre de 2017.
Por su parte Juan Manuel Soares Gamboa, en 1995, cuando se hallaba confinado en la República Dominicana, pidió perdón por sus crímenes, entregándose a la justicia española y durante su estancia en prisión colaboró con ella para desmantelar comandos, En 2003 obtendría la libertad
Iñaki de Juana Chaos, se encuentra fugado desde 2008, en búsqueda y captura por orden de la Audiencia Nacional.
El vicealmirante, Fausto Escrigas Estrada, había nacido el 29 de noviembre de 1925 en el Ferrol del Caudillo. Estaba casado con María Flor Rodríguez Romero y era padre de cuatro hijos. Ingresó en la Armada el 20 de julio de 1943. Ocupaba el cargo de director general de Política de Defensa desde el 1 de febrero de 1984, puesto para el que fue nombrado por el Consejo de Ministros.
Alférez de fragata en 1947 y en 1948 alférez de navío, ascendió a teniente de navío en 1953. En 1964, a capitán de corbeta y en 1972 a capitán de fragata. Fue promovido al empleo de capitán de navío en 1980, a contralmirante en 1982 y a vicealmirante en febrero de 1984. Sus destinos en el mar fueron en el dragaminas «Odiel», en las fragatas «Andalucía», «Vasco Núñez de Balboa», «Sarmiento de Gamboa» y «Hernán Cortés». También estuvo destinado en los destructores «Sánchez Barcaiztegui», «Ciscar», «Almirante Ferrándiz» y «Oquendo». Luego en el Estado Mayor de la Escuadra, minador «Marte», buque escuela «Galatea», crucero «Almirante Cervera» y jefe de órdenes de la Once Escuadrilla de Destructores. Profesor y subdirector de la Escuela de Guerra Naval. En el Estado Mayor de la Armada. Diplomado de Estado Mayor, estaba especializado en electrónica.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior les concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
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