HOY 29 DE JUNIO:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

29 DE JUNIO DE 1989.  SAN SEBASTIÁN A GREGORIO CAÑO GARCÍA, CHÓFER.

Gregorio Caño García.

Aun no se habían cumplido la siete de la mañana del 29 de junio de 1989, cuando un comando de la banda terrorista ETA, asesinaba en la calle Zubieta de San Sebastián a GREGORIO CAÑO GARCÍA.

La víctima; chófer de la empresa de armas SA Placencia de las Armas (Sapa), fue asesinado cuando esperaba en el interior del vehículo, un Opel Senator, al gerente de la empresa, Joaquín Aberribay, también vicepresidente primero de la Real Sociedad, Un empleado del Casino Kursaal, de San Sebastián, ubicado en la misma calle de Zubieta, testigo presencial de los hechos, declaró que al bajar de su coche para dirigirse al trabajo oyó varios disparos y un grito, tras lo cual vio a dos hombres que salían corriendo. Gregorio Caño fue trasladado con vida a la residencia sanitaria de San Sebastián, donde fallecía poco después de ingresar a causa de los impactos de bala recibidos, tres de los cuales se le alojaron en el abdomen, uno en el tórax a la altura del corazón y el otro, en el muslo derecho.

Gregorio Caño llevaba veinte años como chofer de Aperreibay, que había sido alcalde  de la localidad guipuzcoana de Deva durante el régimen de 18 de julio, ex-militante de UCD después y candidato hacía algunos años a la presidencia de la Diputación Foral de Guipúzcoa.

Uno días más tarde, la banda enviaría un comunicado al diario Egin, en el que lamentaba la muerte de Gregorio Caño, por error. Su intención era secuestrar a Joaquín Aperribay,

Por aquel “error” de la banda asesina, la Audiencia Nacional condenó en 1993,  por la muerte de Gregorio, al etarra Francisco Javier Balerdi Ibarguren a 17 años de prisión.  Según un exhaustivo informe de la Policía Nacional,  en el atentado que costó la vida a Gregorio Caño había participado también el etarra Juan Ignacio Ormaechea Antepara, que falleció en San Sebastián en agosto de 1991 en un enfrentamiento con la Guardia Civil, donde también cayeron muertos otros dos etarras José Joaquín Leunda Mendizábal y Francisco Javier Icíar Aguirre.

En enero de 2017, el etarra Francisco Javier Balerdi Ibarguren abandonó, en libertad, la cárcel de Herrera de la Mancha, tras haber cumplido 24 años de prisión por cometer cinco asesinatos. Fue recibido con total impunidad, ese mismo día, en San Sebastián, ciudad en la que asesinó a cinco personas, por simpatizantes de las organizaciones proetarras.

Gregorio Caño García, tenía 49 años de edad, era natural de Villamañán (León). Estaba casado y tenía tres hijos.

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a Gregorio Caño la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.