29 de septiembre de 1992. RENTERÍA (GUIPÚZCOA). JOSÉ LUIS LUENGOS MARTÍNEZ.
José Luis Luengos Martínez.
El 29 de septiembre de 1992, cerca de la estación de tren de la localidad guipuzcoana Rentería, miembros de la banda terrorista, separatista, marxista y antiespañola ETA asesinaban al joven JOSÉ LUIS LUENGOS MARTÍNEZ.
La víctima, que se encontraba en el interior de su automóvil, fue abordada por dos individuos, uno de los cuales hizo varios disparos a bocajarro, ocasionándole heridas mortales en la cabeza.
Según informó la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA), el atentado se perpetró alrededor de las 8 y media de la tarde, en una calle cercana a la estación de RENFE en Rentería.
José Luis Luengo Martínez permanecía en el interior de su coche, un Ford Fiesta rojo, matrícula de León, el cual se hallaba aparcado en segunda fila.
En ese preciso instante dos personas se acercaron a la ventanilla del vehículo y efectuaron varios disparos a bocajarro contra el ocupante, para darse inmediatamente a la fuga, corriendo hasta un coche donde les esperaba un tercer terrorista. De ahí emprendieron la huida en dirección a Lezo.
Algunos testigos manifestaron que el herido consiguió salir de su coche y caminar tres o cuatro metros, hasta que se desplomó.
La víctima presentaba al menos un impacto de bala en la cabeza, con pérdida de masa encefálica. Inmediatamente, fue trasladado al Hospital Provincial de Guipúzcoa, centro sanitario donde falleció momentos después de su ingreso.
Muchos meses después, el 16 de diciembre de 1992, el diario Egin difundió un comunicado de ETA en el que la banda asesina asumía el atentado contra José Luis y lo intentaba justificar acusando a la víctima de ser "un colaborador de los servicios especiales de la Guardia Civil".
José Luis Luengos Martínez, había nacido en León y tenía 31 años, Residía en Guipúzcoa desde 1988. Trabajaba junto a su hermano Javier en la empresa Elitel, subcontratada por Telefónica.
La misa funeral por el alma de José Luis Luengos, tuvo lugar en la Iglesia de la Sagrada Familia de León, con la asistencia de las primeras autoridades civiles y militares de la provincia. Seria cristianamente sepultado en el cementerio municipal de San Froilán de la capital leonesa.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
Aquel atentado ha quedado, como tantos otros, impune.
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