3 DE AGOSTO DE 1987. BARCELONA. ATENTADO DE HIPERCOR. MARÍA PAZ DIÉGUEZ FERNÁNDEZ.
María Paz Diéguez Fernández.
El 3 de agosto de 1987 mes y medio después de que la banda terrorista ETA hiciera explotar un coche-bomba en el aparcamiento del HIPERCOR de la avenida Meridiana de Barcelona, al no poder superar sus gravísimas heridas fallecía en el Hospital del Valle de Hebrón, a consecuencia de "una infección muy grave y generalizada en todo su cuerpo que culminó con una hemorragia digestiva, MARÍA PAZ DIÉGUEZ FERNÁNDEZ. Tenía quemaduras en el 80% de su cuerpo, y había sido sometida a una operación de injertos de piel de otras partes del cuerpo.
María Paz fue la vigesimoprimera víctima mortal de aquel brutal atentado.
A las 16:08 horas del viernes 19 de junio de 1987, en el segundo sótano del HIPERCOR de la avenida Meridiana de Barcelona, hacía explosión un Ford Sierra cargado con amonal y líquido inflamable. El coche-bomba se activó mediante un temporizador programado por los asesinos de la banda terrorista ETA, Domingo Troitiño Arranz, Josefa Mercedes Ernaga Esnoz y Rafael Caride Simón. El artefacto explosivo estaba compuesto por veintisiete kilos de amonal y doscientos litros de líquidos incendiarios, además de pegamento y escamas de jabón. Esto hizo que los productos incendiarios se adhirieran a los cuerpos y se originase una gran cantidad de gases tóxicos, que ocasionó la asfixia de las personas que se encontraban en su radio de acción. La utilización de líquido inflamable, tipo napalm, no tenía precedentes en la banda terrorista. Varias personas resultaron "atrozmente quemadas y mutiladas, sin posibilidad alguna de escapar ante la oscuridad producida por el humo negro y los materiales incendiarios adheridos a su cuerpo (...) sin posibilidad alguna de desprenderse de ellos ni apagarlos, ya que su auto combustión se ocasionó sin necesidad de utilizar el oxígeno ambiente", tal y como recoge la sentencia 49/1989 de la Audiencia Nacional.
Fue una auténtica masacre, con veintiuna víctimas mortales (cuatro de ellas niños) y cuarenta y seis personas heridas, cinco de ellas con pérdida de miembro principal, y diecisiete con lesiones de deformidad y pérdida de miembro no principal.
Por aquel brutal atentado, en 1989 fueron condenados a penas que sumaban más de 1.600 años para cada uno los etarras Domingo Troitiño Arranz y Josefa Mercedes Ernaga Esnoz. El total de la condena era el resultado de sumar 30 años por cada uno de los veintiún asesinatos y por ser autores de cinco delitos de lesiones con pérdida de miembro principal. También recibieron condenas por diecisiete delitos de lesiones con deformidad, pérdida de miembro no principal o necesidad de asistencia facultativa de más de noventa días. Todo ello con el agravante de utilización de explosivos y premeditación.
Domingo Troitiño quedaría en libertad, en noviembre de 2013, tras la derogación de la doctrina Parot, por orden de la Audiencia Nacional, tras haber cumplido veintiséis años de prisión.
Por su parte Mercedes Ernaga quedaría en libertad en diciembre de 2014, abandonando la cárcel de Jaén, beneficiándose de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) tras la derogación de la doctrina Parot, cumpliendo tan sólo 27 años de prisión de los más de 2.000 años a los que fue condenada por los tribunales.
En 2003 fueron condenados a 790 años cada uno Santiago Arróspide Sarasola (por ordenar el atentado) y Rafael Caride Simón (por ejecutarlo), penas que fueron confirmadas en 2004 por el Tribunal Supremo.
Santiago Arróspide “Santi Potros”, abandonaría la prisión de Topas (Salamanca) el 5 de agosto de 2018, tras pasar 31 años en prisión, 13 de ellos en Francia y 18 en España
En 2019 Rafael Caride Simón quedó en libertad tras haber estado 26 años en prisión, 19 en España y 7 en Francia. Desde finales de 2017 estaba en libertad condicional por orden de la Audiencia Nacional.
María Paz Diéguez Fernández tenía 57 años y era natural de Martiño-O Bolo (Orense). Estaba casada con Albino Fernández Cueto y tenía dos hijos. Su funeral y entierro tuvieron lugar el 6 de agosto en su localidad natal, sin presencia de autoridades oficiales por expreso deseo de la familia.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
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