HOY 3 DE JULIO:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!
- calinfernandezbara
- 2 jul 2024
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3 DE JULIO DE 1991. HOSPITAL DOCE DE OCTUBRE, (MADRID) POLICIA NACIONAL JOSÉ LUIS JIMÉNEZ BARRERO, ARTIFICIERO DE LA POLICÍA NACIONAL.

Artificiero de la Policía Nacional José Luis Jiménez Barrero.
El día 3 de julio de 1991 en el Hospital Doce de Octubre de Madrid, dos días después de haber resultado gravísimamente herido, fallecía el artificiero de la Policía Nacional JOSÉ LUIS JIMÉNEZ BARRERO.
José Luis Jiménez había tratado, junto a sus compañeros del TEDAX el Subinspector Pedro Domínguez Pérez y el oficial Luis Claraco, de desactivar un paquete-bomba enviado por la banda terrorista ETA a un alto cargo del Ministerio de Justicia.
El paquete, con unos siete kilos de explosivo, había sido enviado desde Valladolid por Gráficas Jotasu, domiciliada en la calle Ángel García, número 7, de Valladolid, a un alto cargo del Ministerio de Justicia, que anteriormente había ocupado el puesto de subdirector general de Personal de Instituciones Penitenciarias. El paquete llegó el 27 de junio al Ministerio y los servicios de seguridad no pudieron comprobar su contenido por verse todo opaco a través del escáner. Tenía unas dimensiones de 40 centímetros de largo, 15 de grosor y 20 de ancho. El paquete fue catalogado como "incidencia" y trasladado a la nave de Express Cargo, en la calle de San Cesáreo del barrio de Villaverde, tras ser rechazado en la sede del Ministerio de Justicia, en la calle de San Bernardo.
Una llamada anónima recibida el día primero de julio en la delegación de Express Cargo en Aranda de Duero (Valladolid), advirtió de que en algunas de sus dependencias en Madrid había un paquete bomba.
Localizado el envío, fue avisada la Policía, que envió al equipo de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) que llegaron a la empresa sobre las seis de la tarde y adoptaron todo tipo de precauciones, según una nota emitida con posterioridad por la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Los funcionarios policiales utilizaron un robot para desplazar el paquete y cebaron el bulto en dos ocasiones. Los agentes tenían órdenes expresas de sus superiores de no arriesgar nada en su labor de desactivación.
Después de varias horas de trabajo, sobre las 22:15 horas, y cuando parecía que todo estaba controlado, el paquete hizo explosión, alcanzando al subinspector de los grupos TEDAX Pedro Domínguez Pérez y a los oficiales Luis Claraco López y José Luis Jiménez Barreno. Los dos primeros ingresaron, muertos en la residencia sanitaria Doce de Octubre, y el tercero quedó clínicamente muerto. El artefacto tenía una trampa consistente en un doble detonador y estalló cuando los artificieros intentaban desactivarlo manualmente. La explosión fue muy fuerte y la onda expansiva derrumbó 35 metros cuadrados del tejado de la nave. El paquete había sido remitido por dos hombres y una mujer. Fuentes policiales señalaron que en la dirección del remitente había un solar abandonado.
José Luis Jiménez Barrero, resultó gravísimamente herido, quedando ingresado en el Hospital Doce de Octubre, clínicamente muerto y en estado de coma irreversible, aunque su actividad cerebral no cesó hasta dos días después, el día 3 de julio.
José Luis Jiménez Barrero era natural de la localidad abulense de Santa Cruz del Valle. Tenía 41 años. Estaba casado y era padre de dos hijas. Mas de un millar de personas despidieron su restos en Santa Cruz del Valle, tras un funeral por el eterno descanso de su alma, celebrado en la iglesia del pueblo. Una gran cantidad de miembros de la Policía Nacional estuvieron presentes y llevaron a hombros el ataúd, envuelto en la Bandera Nacional, hasta el cementerio donde recibió cristiana sepultura.
En el 25 aniversario de su asesinato por la banda terrorista ETA, el Ayuntamiento abulense de Santa Cruz del Valle rindió honores a José Luis Jiménez Barrero El acto homenaje tuvo lugar el día 5 de agosto de 2016 a las 22:30 horas en la Plaza de la Constitución, y asistieron al mismo, su esposa, hijas, familiares y vecinos de la localidad, junto con el alcalde y corporación municipal, representantes del gobierno en Ávila y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
En julio de 2010 un tribunal de la Audiencia Nacional juzgó el exjefe de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga por el asesinato de los tres agentes del Tedax. Urrusolo Sistiaga, alias “Joseba”, había sido extraditado por Francia en 2001 para ser juzgado por dieciséis asesinatos y dos secuestros entre otros delitos. Durante el juicio, y a preguntas de la defensa, el etarra señaló que había abandonado la organización terrorista en 1994. En septiembre de 2008 hizo pública una carta en la que, junto a la también etarra Carmen Guisasola, se desvinculaba del Movimiento de Presos Vascos y criticaba la estrategia de ETA y de Batasuna.
Según el escrito de conclusiones del fiscal, antes del 25 de junio de 1991 Joseba Urrusolo averiguó y anotó la dirección de la sede del Ministerio de Justicia en la calle San Bernardo de Madrid número 21 con la finalidad de enviar un paquete-bomba a cargos políticos o funcionarios allí destinados. "En ejecución del plan concebido", añadía el escrito, “miembros no identificados de la banda terrorista facturaron un paquete-bomba desde la empresa de paquetería Express Cargo de Valladolid”. El fiscal consideró a Urrusolo Sistiaga coautor de un delito de estragos terroristas, uno de atentado contra funcionarios, uno de asesinato en grado de tentativa y dos de asesinato terrorista.
El 28 de julio de 2010 Urrusolo Sistiaga fue condenado a penas que sumaban 119 años de cárcel como cooperador necesario en el atentado que costó la vida a los tres policías. Según se recogía en la sentencia, en una agenda que la Policía intervino en 1992 al ser desarticulado el comando del que Urrusolo formaba parte, se encontraron anotaciones con la dirección del Ministerio de Justicia para que ETA enviara un paquete bomba a una persona en ese departamento. También había anotaciones sobre empresas de mensajería escritas por una etarra huida. Un hombre y una mujer no identificados se encargaron de enviar desde Valladolid el paquete cargado de explosivos.
Los jueces al dictar sentencia tuvieron en cuenta que Urrusolo Sistiaga no negó haber escrito las notas de la agenda intervenida por la Policía, y que un informe pericial realizado por expertos en grafología de la Guardia Civil acreditó que el acusado era el autor de las anotaciones. La sentencia señalaba que el plan del atentado, "concretado entre el acusado y la otra etarra huida, dio lugar a que personas de la organización ETA, utilizando la información por aquellos conseguida, montaran el explosivo, lo ocultaran en una caja y lo facturaran".
En el año 2015, la Audiencia Nacional condenó a 119 años de cárcel a la etarra Itziar Alberdi Uranga, detenida el año anterior en México, tras permanecer huida durante 22 años, por participar en el envío de paquete bomba al Ministerio de Justicia que provocó la muerte de los tres Técnicos de Desactivación de Explosivos (Tedax) que participaban en su desactivación el 1 de julio de 1991.
La sentencia, con ponencia de la magistrada Carmen Lamela, consideraba probado que Alberdi acordó con el etarra Joseba Urrusolo Sistiaga, ya condenado por aquellos hechos, remitir un paquete bomba a la sede del Ministerio de Justicia. Buscó una agencia de transportes en Valladolid desde la que mandar el material sin levantar sospechas, con relativa seguridad y anonimato.
“El 25 de junio de 1991”, decía la sentencia, “Alberdi y otros terroristas que no han sido identificados facturaron un paquete desde la empresa Express Cargo de Valladolid poniendo como remitente Gráficas Jotasu que contenía la dirección de una casa abandonada". “El paquete, de 41,4x 30,5 x 12,8 centímetros bajo la leyenda de la gráfica en negro y con la carga explosiva en su interior, estaba dirigido al subdirector de personal pero lo Ministerio rechazó al no poder comprobar su contenido a través de la cámara de seguridad y el repartidor lo introdujo en su furgoneta para terminar la ronda de envíos”.
“A las 16.30 horas del 1 de julio”, continuaba la sentencia, “una persona llamó a la delegación de la empresa de transportes de Aranda del Duero comunicando que el paquete, entonces depositado en un almacén de Villaverde, contenía una bomba. Un equipo de desactivación de explosivos se desplazó a la nave y, al manipularlo, este estalló sobre las 22.15 horas acabando en el acto con la vida en el acto de dos agentes y de un tercero en el hospital que fallecería dos días después”.
En febrero de 2016, el antiguo miembro de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga, salía de la prisión alavesa de Zaballa y quedaba definitivamente en libertad tras cumplir 19 años de cárcel de los más de 900 años a los que había sido condenado. Urrusolo Sistiaga "el hombre de las mil caras" por su habilidad para camuflarse, redimió pena por estudios y trabajo, y el Tribunal Supremo tuvo en cuenta los seis años cumplidos en Francia, donde fue detenido en 1997, para descontarlos de su condena. Urrusolo, expulsado de la banda terrorista, se acogió a la vía Nanclares, a la que se adhirieron otro etarras partidarios del fin del terrorismo.
Un monolito y un ciprés recuerdan desde ese año 2016, en el barrio madrileño de Villaverde Alto, cerca de donde cayeron muertos, en 1991 a los policías José Luis Jiménez Barrero y a sus compañeros Pedro Domínguez Pérez y Luis Claraco López, al explotar la bomba que trataban de desactivar, enviada por ETA al Ministerio de Justicia. "Asesinados por la banda terrorista ETA el 1 de julio de 1991 por defender nuestra democracia, derechos y libertades. Que la memoria llene el presente de dignidad con nuestro agradecimiento. Vecinos y vecinas de Villaverde y pueblo de Madrid" reza la placa colocada en la rotonda en la que confluyen las calles San Cesáreo y San Erasmo, en el polígono en el que fallecieron los agentes.
La Junta Municipal de Distrito de Villaverde aprobó, a propuesta del PP y con el apoyo de todos los grupos la colocación del monolito, En el acto de homenaje, además de concejales del ayuntamiento de Madrid, se hallaban presentes el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, el comisario jefe de los Tédax, Javier Navalmoral, el comisario general de Información, Enrique Barón, y el jefe superior de Policía de Madrid, Alfonso José Fernández, entre otros mandos policiales que arroparon a las familias de los fallecidos.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a José Luis Jiménez Barrero la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior les concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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