30 DE NOVIEMBRE DE 1978. IRÚN (GUIPÚZCOA) ALEJANDRO HERNÁNDEZ CUESTA. CONSERJE.
Alejandro Hernández Cuesta.
Hacia la una del mediodía del día 30 de noviembre de 1978 la banda terrorista ETA asesinaba en Irún (Guipúzcoa) a ALEJANDRO HERNÁNDEZ CUESTA, conserje en el Centro Nacional de Formación Profesional Administrativa de Comercio Exterior del barrio de Anaka.
Un hombre y una mujer rubia penetraron en la escuela profesional hacia la una del mediodía y se dirigieron a un profesor que se encontraba en ese momento sacando fotocopias. Al preguntarle por Alejandro Hernández, el profesor les indicó que se encontraba en una sala contigua y les pidió que esperaran un momento. Inmediatamente después de avisarle, Alejandro se aproximó a la puerta y, sin mediar palabra, los dos etarras dispararon contra él. Alejandro, que fue alcanzado por seis impactos de bala, se desplomó en el suelo mientras los autores del atentado se daban a la fuga, abandonando apresuradamente el centro escolar. Una vez fuera del recinto se subieron a un automóvil que les esperaba en las inmediaciones con el motor en marcha y una tercera persona al volante. El coche, un Seat 1430 de color rojo, había sido robado momentos antes de que se cometiese el atentado, y fue abandonado en la calle El Pinar, del centro de Irún.
Esa misma tarde, la banda terrorista ETA reivindicó el asesinato de Alejandro Hernández mediante llamada telefónica a diversos medios de comunicación vascos. En el comunicado acusaba a la víctima, a modo de justificación del asesinato, de haber pertenecido a la Guardia de Franco y de colaborar con la Policía española como confidente.
Sus restos mortales fueron cristianamente sepultados al día siguiente, 1 de diciembre, en el cementerio de Irún. A continuación se celebró el funeral en la Iglesia parroquial de San José Obrero, que fue oficiado un funeral en la iglesia parroquial de San José Obrero, por el coadjutor Luis Echeverría, junto con el sacerdote consiliario de la Escuela de Formación Profesional. Jesús María Susperregui.
Junto con la viuda, hijos y demás familiares asistieron al funeral varios centenares de personas. Una vez finalizada la Misa se dieron gritos de ¡Arriba España!, ¡Alejandro Hernández! ¡Presente! ¡ETA asesina!, entonándose por un grupo de las personas asistentes el “Cara al Sol”.
Alejandro Hernández Cuesta, de 43 años, era natural de Jerte (Cáceres). Estaba casado y tenía ocho hijos con edades comprendidas entre los 18 años y los 17 meses. De ideología Falangista, militante de la Guardia de Franco, además de conserje, puesto que ocupó desde la fundación de la Escuela Formación Profesional Administrativa de Comercio Exterior seis años atrás, Alejandro era propietario del Bar Kansas y acababa de comprar una sala de fiestas. Había sido objeto de amenazas por parte la banda marxista, asesina y antiespañola.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
La causa para esclarecer este atentado se sobreseyó provisionalmente en febrero del año 1979.
A día de hoy el asesinato de Alejandro Hernández continúa impune.
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