31 DE ENERO DE 1979. IRÚN (GUIPÚZCOA) GUARDIA CIVIL RETIRADO FÉLIX DE DIEGO MARTÍNEZ.
Guardia Civil retirado Félix De Diego Martínez.
A las 9:30 horas del miércoles 31 de enero de 1979, la banda terrorista ETA asesinaba en el Bar Herrería de Irún al Guardia Civil retirado, FÉLIX DE DIEGO MARTÍNEZ.
Félix se encontraba sentado en una mesa del Bar Herrería, propiedad de la familia de su esposa, cuando dos pistoleros de la banda terrorista ETA entraron en el establecimiento y, sin mediar palabra, dispararon contra él, a quemarropa, en presencia de su mujer, Dolores Echevarría. A continuación huyeron en un vehículo Renault 6 que había sido robado a punta de pistola tras secuestrar a su dueño. Félix fue trasladado al Hospital de la Cruz Roja de Irún, donde ingresó cadáver como consecuencia de las graves heridas causadas por los tres impactos de bala que recibió: uno en el corazón, otro en el vientre y otro en la pierna.
Se daría la macabra circunstancia en que Félix De Diego, que había sido dado de baja de la Guardia Civil, tras sufrir un accidente de circulación, en 1974, en el alto de Echegarate, cayendo con su motocicleta de la Agrupación de Tráfico del Instituto Armado, desde una altura de unos sesenta metros, era el compañero de José Antonio Pardines Arcay, primer asesinado de forma cobarde, traicionera y alevosa por la banda terrorista, marxista y antiespañola, cuando en la tarde del viernes 7 de junio de 1968, ambos pertenecientes a la Agrupación de Tráfico de San Sebastián, Félix de Diego Martínez, regulaba el tráfico en una zona de obras de la carretera Madrid-Irún, a la altura de Villabona. José Antonio Pardines, que se encontraba separado de su compañero Félix De Diego, dio el alto a un automóvil Seat-850 coupé con matrícula de Zaragoza, por sospechar que pudiera tratarse de un vehículo robado. Cuando se agachó para comprobar los datos de la matrícula del vehículo y del bastidor, uno de los dos ocupantes de éste, Javier Echebarrieta Ortiz, alias” Txabi” de veinticuatro años de edad, en ese momento uno de los principales dirigentes de ETA, le disparó mortalmente. Los dos etarras Francisco Javier Echebarrieta Ortiz, alias Txabi, e Iñaki Sarasketa, tras asesinar a Pardines Arcay huyeron.
Pocas horas después fueron interceptados en Tolosa por la propia Guardia Civil, en uno de los controles del dispositivo de búsqueda establecido tras el atentado: Echeberrieta fue abatido en el tiroteo que se produjo; su compañero, Iñaki Sarasketa, resultó herido, y fue detenido poco después en una iglesia cercana en la que se había refugiado.
Como venía siendo habitual, ETA en su comunicado de reivindicación de la “heroica y valerosa acción” de asesinar a Félix, le tachó de confidente de la Guardia Civil, algo a todas luces incierto, pues Félix era miembro retirado del Benemérito Instituto, Sus asesinos desconocian a quien asesinaban
.En octubre de 1981 la Audiencia Nacional condenó por este asesinato al sacerdote capuchino Fernando Arburúa Iparraguirre y a Manuel María Ostolaza Alcocer, como autores del crimen. También fue condenado Luis María de Marcos Olaizola, por asesinato en grado de conspiración. La sentencia de la Audiencia Nacional consideró probado que Fernando Arburúa remató a Félix de Diego Martínez con seis disparos al encasquillarse la pistola de su compañero Ostolaza,
En julio de 1999, Manuel María Ostolaza Alcocer, condenado a 85 años de prisión, treinta de ellos por el asesinato de Félix De Diego, salía en libertad tras cumplir 18 años de cárcel.
En junio de 2004, el etarra Fernando Arburua Iparraguirre salía en libertad del penal del Puerto de Santa María, tras haber cumplido 23 años y tres meses de los 30 años de cárcel a que fue condenado por el asesinato de Félix De diego. Arburua, de 51 años, era fraile capuchino cuando se integró en ETA, llegando a ser el jefe de comando “Txirrita”, desarticulado por la Policía nacional en febrero de 1981, deteniendo a Fernando en el el convento de los capuchinos de San Sebastián.
Félix de Diego Martínez tenía 46 años y era natural de Fuentecén (Burgos). Estaba casado y era padre de cinco niños entre cinco y once años. En el momento de su asesinato, Félix estaba siendo tratado de un cáncer de riñón.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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