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HOY 31 DE OCTUBRE:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!

31 DE OCTUBRE DE 1979. PORTUGALETE (VIZCAYA) GUARDIA CIVIL MANUEL FUENTES FONTÁN.

Guardia Civil Manuel Fuentes Fontán.


El miércoles 31 de octubre de 1979 la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en Portugalete (Vizcaya) al Guardia Civil MANUEL FUENTES FONTÁN.


Pasadas las tres y media de la tarde fallecía en la clínica de San Juan de Dios, de Santurce, el guardia civil Manuel Puentes Pontón, que momentos antes había sido objeto de un atentado en esta localidad vizcaína. E! atentado se produjo cuando dos individuos — uno de ellos encapuchado y el otro con la cara cubierta con un pañuelo, que portaban una metralleta y una pistola, dispararon contra el guardia civil, que se hallaba en el interior de su coche, en la calle Cristóbal Mello, de Portugalete, a escasos metros de! antiguo cuartel de la Guardia Civil, que había sido desalojado el pasado año a con secuencia de una explosión, consecuencia de un atentado.


Manuel Fontén se encontraba en el interior de su coche, un «Renault - 7» cuando los dos individuos le dispararon a una distancia de unos cinco metros. En el vehículo quedaron ocho o diez impactos y en el interior se apreciaba un reguero de sangre, asf como los cristales de las ventanillas rotos. En el lugar se recogieron casqulllos de la marca «Geco» 9 milímetros Parabellum.


A continuación, los autores del atentado se dieron a la fuga en una furgoneta blanca, Renault 4L, rotulado como de una empresa de reparación de televisión, en el que esperaban otros dos terroristas.


El agente que vivía en Santurce, salía de casa de su novia —Francisca Vilches, natural de Jaén, domiciliada en Portugalete, donde solía comer y cenar cuando estaba libre de servicio. Manuel Fuentes Fontán habla estado cuatro años destinado en el cuartel de Portugalete, y desde que se desalojara éste pasó a pertenecer a la plantilla de Santurce.


Fuentes se disponía a tomar su vehículo, cuando fue' objeto del atentado, siendo alcanzado por una docena de impactos en los hombros, el tórax, los brazos y las piernas. Inmediatamente después y mortalmente herido, auxiliado por su novia que había bajado de su vivienda a la calle para auxiliarle, fue trasladado en una ambulancia a la clínica San Juan de Dios, de Santurce, donde pasó al quirófano, falleciendo cinco minutos después.


El 1 de noviembre ETA reivindicó el asesinato de Manuel Fuentes. Tras reiterar que seguirían atentando hasta lograr que se aplicase la alternativa KAS, en el comunicado analizaban los resultados del referéndum, señalando que se manipularon los votos y haciendo elogios a los que optaron por la abstención.


El funeral de cuerpo presente de Manuel Fuentes Fontan, cuyo féretro estaba cubierto con la bandera Nacional y rodeado de coronas de flores, fue oficiado al mediodía del día siguiente en el acuartelamiento de la Salve, de la Guardia Civil, por el capellán castrense del acuartelamiento de Garellano y contó con la asistencia del general jefe de la quinta zona de la Guardia Civil, gobernadores militar y civil de la provincia y mandos de los tres ejércitos, El capellán castrense terminó su homilía con estas palabras: “Oremos por este hombre que ha dado su vida por España, por Dios, defendiendo la libertad, la fe y los valores espirituales y a sus enemigos que Dios les perdone”.


Al término de la misa funeral, la novia y los familiares de Manuel Fuentes Fontán se acercaron hasta el féretro para ver por última vez al fallecido, mientras se entonaba el himno de la Guardia Civil, que fue coreado por los asistentes.


A continuación, los presentes dieron vivas a España y a la Guardia Civil. El féretro, a hombros de compañeros, fue trasladado a un furgón de la Guardia Civil, para ser trasladado a Pontevedra donde sería cristianamente sepultado. Manuel Fuentes Fontén, de 29 años, era natural de Pontevedra


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Francisco González Ruiz la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.


El asesinato de Manuel Fuentes continúa a día de hoy impune.


31 DE OCTUBRE DE 1980. SAN SEBASTIÁN. JUAN DE DIOS DOVAL DE MATEO, MIEMBRO DEL COMITÉ EJECUTIVO DE GUIPÚZCOA DE UNIÓN DE CENTRO DEMOCRÁTICO (UCD).

Juan de Dios Doval de Mateo.


A las nueve menos cinco de la mañana del jueves 31 de octubre de 1980 la banda terrorista ETA asesinaba a JUAN DE DIOS DOVAL DE MATEO, miembro del comité ejecutivo de Guipúzcoa de Unión de Centro Democrático (UCD)


El hecho ocurrió hacia las nueve menos diez de la mañana en el barrio de Lorea, de San Sebastián. Juan de Dios Doval había desayunado en una cafetería y se introducía en el coche de su propiedad, el «Simca 1,200» para dirigirse a su puesto de trabajo en la facultad de derecho. En esos momentos, dos jóvenes, armados con pistolas, a cara descubierta y vestidos con zamarras verdes y pantalones vaqueros, se aproximaron hasta el vehículo y dispararon varias veces contra su ocupante, Doval, alcanzado por cuatro impactos, quedó tendido en el interior del vehículo.


Los agresores, una vez cometido el atentado e dirigieron a pie por la Avenida de Zarauz, donde un tercer joven les esperaba al frente del turismo R - 18 de color blanco, que había sido robado media hora antes a su propietario a punta de pistola en el Paseo de los Fueros, de la capital donostiarra. La víctima, fue llevada hasta la carretera que conducía a la Policlínica donostiarra, en donde fue abandonada atada a un árbol. Esta persona fue liberada hacia las nueve y media de la mañana por la Policía, que fue informada del lugar donde estaba el propietario del coche


Una ambulancia de la asociación de ayuda en carretera Detente y Ayuda (DYA) trasladó a Juan de Dios Doval a la residencia sanitaria de la Seguridad Social Nuestra Señora de Aránzazu, donde se certificó su fallecimiento. En el lugar de los hechos se recogieron tres casquillos de bala del calibre 9 milímetros parabellum, marca FN.


En julio de 1982 se celebró en la Audiencia Nacional el juicio contra José María Salegui Zuloaga y Luis Francisco Amezaga Mendizábal, acusados del asesinato de Juan de Dios Doval de Mateo. El fiscal solicitó, para cada uno de ellos, penas de veintinueve años por asesinato y seis años por utilización ilegítima de vehículo a motor ajeno. Según el escrito de conclusión provisional del fiscal, los dos acusados junto a José Luis Bilbao, en situación de rebeldía, robaron un coche a punta de pistola, ataron a su propietario en un monte próximo y se dirigieron a la urbanización donostiarra de Lorea, donde esperaron al dirigente de la UCD vasca contra quien dispararon cuando éste abandonaba su vehículo. Los procesados negaron su pertenencia a ETA, así como la participación en el asesinato de Doval de Mateo.,


Una testigo presencial del asesinato, Eva María Roig, declaró en el juicio que los autores se acercaron al Simca 1200 de color azul de Manuel Fuentes y después de disparar salieron corriendo y riendo. Sin embargo no pudo reconocer a ninguno de los asesinos, al igual que declararía el propietario del vehículo robado, señalando que los encausados no coincidían con las características de los autores del robo. El 14 de julio la Audiencia Nacional absolvió a los dos acusados y en la sentencia se señaló que la declaración de la testigo presencial se había silenciado en el atestado policial.


Juan de Dios Doval Mateos, natural de Madrid, tenía 37 años de edad. Estaba casado y tenía dos hijos de 7 y 4 años.. Licenciado y Doctor en Derecho, era profesor adjunto en la Facultad de San Sebastián y gestor administrativo. Dados sus conocimientos jurídicos, había escrito un libro sobre Derecho Procesal, que fue presentado durante la campaña al Parlamento Vasco por el diputado centrista Emilio Attard, presidente de la Comisión Constitucional. Asimismo, Juan de Dios Doval era dirigente de la «UCD» de Vascongadas y el firme candidato a sustituir a Jaime Mayor Oreja en su escaño en el Parlamento Vasco, Por deseo del propio Juan de Dios Doval, este fue inhumado al día siguiente, 1 de noviembre, en Ezcaray (Logroño) después de celebrarse el funeral por su alma.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Francisco González Ruiz la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.


A día de hoy el asesinato de Juan de Dios Doval continúa impune.


31 DE OCTUBRE DE 1981. HERNANI (GUIPÚZCOA) JOSÉ MARÍA PÉREZ LÓPEZ DE ORUETA.ABOGADO.

José María Pérez López de Orueta.


En la tarde del 31 de octubre de 1980 la banda terrorista ETA secuestraba y asesinaba en Hernani (Guipúzcoa) al abogado JOSÉ MARÍA PÉREZ LÓPEZ DE ORUETA. Su cadáver fue encontrado por la Policía antes de la medianoche en las proximidades de la localidad guipuzcoana, en un punto de la carretera que conducía a Goizueta (Navarra). Una llamada anónima al diario proetarra Egin comunicaba que había una persona muerta en ese punto de la carretera. El cuerpo del abogado presentaba un solo orifico de bala en la sien izquierda. En el lugar de los hechos se localizó un casquillo de bala del calibre 9 milímetros parabellum, marca SF, y una bala sin disparar del mismo calibre y marca.

José María Pérez fue secuestrado a las 19:00 horas en su domicilio de San Sebastián, donde vivía y tenía su despacho de abogado. A la puerta de su casa, llamaron unos individuos, indicando que tenían una cita con él. Abrió su madre la puerta y se encontró con la tremenda sorpresa de ver a dos terroristas armados con pistolas que penetraron en la vivienda. Tras amenazar a la madre y a José María, se llevaron a este del piso, secuestrándole de forma violenta. Tras arrancar los cables del teléfono, amenazaron a la madre de José María de que no avisara a la Policía hasta pasadas las diez de la noche. José María fue introducido en un vehículo robado previamente en Oyarzun y lo trasladaron hasta Hernani, donde tras interrogarle le asesinaron sin piedad.


ETA Militar se hizo responsable, mediante un comunicado enviado a diversos medios informativos del País Vasco, del secuestro y asesinato del abogado de San Sebastián José María Pérez López de Orueta, acusándole de ser narcotraficante y de defender habitualmente a drogadictos en casos relacionados con el consumo y tráfico de drogas. En el comunicado de reivindicación reconocían que la víctima había sido "sometida a un minucioso interrogatorio".


En 1986 la Audiencia Nacional condenó a José Antonio Esnaola Lasa a 26 años de prisión mayor por el asesinato del abogado donostiarra. Cuatro años después, en 1990, fue condenado a la misma pena el etarra Nicolás Francisco Rodríguez.


José María Pérez López de Orueta tenía 30 años y estaba soltero. Llevaba dos años colegiado como abogado criminalista.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Francisco González Ruiz la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.


31 DE OCTUBRE DE 1982. VITORIA. POLICÍA NACIONAL FRANCISCO GONZÁLEZ RUIZ

Policía Nacional Francisco González Ruiz.


Hacia las 21.20 horas del día 31 de octubre, un artefacto colocado en un automóvil que se encontraba aparcado junto a las instalaciones de Iberduero, en el barrio de Arana, de Vitoria, hacía explosión en un atentado perpetrado por ETA contra efectivos de la Policía Nacional. De resultas del mismo un Policía Nacional FRANCISCO GONZÁLEZ RUIZ resultaba muerto, un sargento herido de gravedad y otros siete policías con heridas leves.


Los autores del atentado, que se encontraban dentro de un vehículo en las proximidades del lugar, observaron el paso de una dotación policial, compuesta por dos furgonetas y una tanqueta en las que viajaban doce hombres como dotación, y que se dirigía a efectuar el relevo del servicio de vigilancia en la subestación eléctrica que Iberduero poseía en el barrio de Arana de la capital alavesa, activando en el momento oportuno el cebo eléctrico a distancia que produjo una gran explosión al estallar un potentísimo artefacto, compuesto de unos diez kilos de goma 2, que se encontraba colocado en el interior de un vehículo Chrysler 180, matrícula LO-6998-D, aparcado en las proximidades y que había sido robado horas antes en la localidad riojana de Haro a punta de pistola. El coche-bomba, como consecuencia de la violenta explosión, resultó totalmente destrozado, así como la furgoneta de la Policía Nacional, en tanto que la tanqueta quedó seriamente dañada, en su parte delantera.


A consecuencia del atentado el Policía Nacional Francisco González Ruiz, de 23 años, y natural de Granada, falleció en el acto, en tanto que sufrió heridas de carácter grave el sargento José Miñano Miñano, de 38 años, natural de Alcantarilla (Murcia) al recibir impactos de metralla en diferentes partes de su cuerpo. Fue operado de urgencia para salvar su vida.


Los otros miembros de la Policía Nacional, que viajaban en los vehículos, sufrieron heridas de carácter leve. Una mujer, cuya identidad no fue facilitada, y que se encontraba embarazada de siete meses, sufrió también heridas leves, alcanzada por los cristales de su vivienda. Los policías heridos fueron conducidos al hospital de Santiago Apóstol. Eran Emilio Herrera Romero, Manuel Pazos Jus, José Ocaña Sánchez, Juan Pastor Morales, Ventura Enebral Sánchez y Adolfo Cánovas López, que serían dados de alta esa misma noche, quedando en observación hospitalaria, Miguel Femando Lozano (herido leve), Antonio Gutiérrez Díaz (leve), José Manuel Calvo Vega (menos grave) y Florencio Romero Pérez (leve).


Este era el segundo atentado terrorista, el primero con víctimas, que tenía lugar en Vascongadas tras las elecciones legislativas celebradas el día 28 de octubre y que habían dado el triunfo por mayoría absoluta al Partido Socialista Obrero Español, encabezado por el abogado sevillano Felipe González Márquez.


Inmediatamente de perpetrado el atentado, las Fuerzas de la Policía Nacional y Guardia Civil entraron en máxima alerta, desplegándose controles por la zona y otros lugares de Vitoria en un intento de detener a los autores del atentado


En el patio central del acuartelamiento de la Policía Nacional de la calle Marqués de Urquijo de Vitoria, tenía lugar el funeral de corpore insepulto por el alma del Policía Nacional Francisco González Ruiz y que fue presidido por el ministro del interior Juan José Rosón a quien acompañaban el general Alcalá-Galiano, el delgado del gobierno en Vascongadas, Jaime Mayor Oreja, gobernadores civil y militar de Álava, otras autoridades civiles y diversas comisiones de mandos, oficiales y suboficiales de la Policía Nacional, Ejercito y Guardia Civil y una gran cantidad de compañeros. En lugar destacado figuraban los familiares del servidor del orden asesinado.


En la homilía el sacerdote oficiante hizo referencia a la alegría que impregnaba a España con motivo de la vista del Papa Juan Pablo II que “aquí se ve teñida por las lágrimas de este asesinato”. ”Desgraciadamente los miembros de las Fuerzas del Orden siguen cayendo en cumplimiento de su deber, por el odio que anida en algunos corazones”. ”¿Qué hacemos”, se preguntó el sacerdote, “para desterrar esta lacra que destroza y desmorona la grandeza de España? Es hora de actuar, sin odio, pero si para salvaguardar los valores espirituales y la paz en España”.


Una vez finalizada la ceremonia religiosa, a la que no se permitió la entrada de civiles, compañeros de Francisco González alzaron a hombros su féretro, que iba envuelto en la Bandera Nacional y después de entonarse el himno del Cuerpo, fue introducido en un furgón funerario que lo trasladaría por carretera a Granada donde recibiría en la intimidad cristiana sepultura. El ministro del Interior visitaría en el hospital Santiago Apóstol al Sargento de la Policía Nacional herido Jose Miñarro que continuaba muy grave con diversas fracturas de huesos. Afortunadamente se recuperaría, pero quedaría cojo de por vida.


El día que cayó asesinado el Policía Nacional Francisco González, se cumplía el tercer mes desde que había contraído matrimonio.


A pesar a los años transcurridos desde el asesinato, no se ha hecho justicia y los asesinos del Policía Nacional Francisco González no han sido juzgados.


De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Francisco González Ruiz la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.




 
 
 

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