4 DE ABRIL DE 1994. BILBAO GUARDIA CIVIL FERNANDO JIMÉNEZ PASCUAL.
Guardia Civil Fernando Jiménez Pascual.
En la tarde del 4 de abril 1994 el Guardia Civil FERNANDO JIMÉNEZ PASCUAL, fallecía en Bilbao, al explotar una bomba colocada en los bajos de su coche, por la organización terrorista ETA, cuando se disponía a aparcar cerca de su casa a la vuelta del trabajo.
El guardia civil asesinado prestaba servicio en el Gobierno Civil de Vizcaya y había finalizado su jornada laboral sobre las dos de la tarde. Al regresar a su casa y cuando aparcaba en la calle de Zamákola, paralela a la calle de la Campa de Ibaízábal, donde vivía, la bomba estalló.
El cuerpo del guardia civil quedó reventado con las manos pegadas al volante. El vehículo, un Renault 11 azul metalizado, quedó con toda su parte delantera destrozada, al igual que toda la zona del techo. Dos coches que estaban estacionados en las cercanías también resultaron con desperfectos. La explosión no produjo más daños personales porque, debido a la hora en que tuvieron lugar los hechos y a que era día festivo en la comunidad autónoma, en esos momentos no transitaba nadie por la calle. la mujer del guardia civil bajó a la calle acompañada de su hija tras oír la explosión y al ver su cuerpo destrozado gritó presa de un ataque de nervios «mi marido, mi marido».
Los expertos policiales consideraron que el artefacto pudo haber sido colocado el domingo en los bajos del vehículo, pues el guardia se llevó ese día por la mañana su coche al trabajo y lo aparcó en el Gobierno Civil de Vizcaya, donde era imposible que alguien colocara un artefacto, dadas las medidas de seguridad que tenía el edificio.
El ministro de Interior, Antoni Asunción, presidió al día siguiente el funeral por el alma del guardia civil Femando Jiménez, junto a sus familiares al que también asistieron el director general de la Guardia Civil, Fernán Cardenal; el gobernador civil de Vizcaya, Daniel Arranz; y diversas autoridades militares y civiles y que fue oficiado por el capellán de la Guardia Civil, Javier Mendizábal,
El consejero de Interior vasco, Juan María Atucha, al entrar en la iglesia fue increpado por una mujer al grito de “canalla, vergüenza te debía dar estar aquí, te voy a dar un paraguazo”. Se oyeron asimismo gritos contra el PNV y contra ETA. Una vez finalizado el funeral, los restos del guardia civil fueron trasladados a Salamanca, ciudad de origen de su familia, donde fueron enterrados en la intimidad.
Por el asesinato del Guardia Civil Fernando Jiménez, la Audiencia nacional condenó en 1997 como autores materiales a los etarras Carlos Emilio Cristóbal Martínez, José Luis Martín Carmona y Lourdes Churruca Medinabeitia a 32 años de reclusión y como cómplice a Andoni Ugalde Zubiri, a una pena de 17 años y 4 meses de reclusión.
En 1998, fue condenada María Teresa Pedrosa Barrenechea, a 32 años de reclusión, también como autora del atentado. Otro etarra, Salvador Gaztelumendi Gil, alias Andoni, pese a tener causa abierta en la Audiencia Nacional por ese atentado, no pudo ser juzgado al fallecer en un enfrentamiento con la Guardia Civil en Bilbao en septiembre de 1997.
En 2013 la etarra Lourdes Churruca Madinabeitia abandonó la prisión provincial de Huelva, donde permanecía encarcelada desde finales de la década de los 90, condenada a más de 90 años de cárcel, al ser derogada la doctrina Parot por el tribunal Europeo de derechos humanos. Gracias a esa derogación el terrorista José Luis Martín Carmona, también salió en libertad.
En 2017 Andoni Ugalde Zubiri alcanzaba la libertad al abandonar la prisión de Badajoz, tras permanecer 23 años en la cárcel. Fue recibido por numerosas personas, en Portal de Zamudio, en pleno corazón del Casco Viejo bilbaíno,
En 2020 el ministerio del interior acercó desde la cárcel del Dueso a una prisión de Vascongadas a la etarra Maite Pedrosa Barrenechea, que ingresó en prisión en 1998 y cumple una pena de 30 años tras ser condenada a 230 años, 38 meses y 12 días por los delitos de colaboración con banda armada, atentados, intentos de asesinato, tenencia de explosivos y depósito de armas.
Fernando Jiménez Pascual, era natural de la localidad vizcaína de Baracaldo y tenía 29 años de edad, ingresó en la Guardia Civil en noviembre de 1990 y se encontraba destinado en Bilbao desde junio de 1993.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió también la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.