4 DE AGOSTO DE 1979. ÉIBAR GUIPÚZCOA. GUARDIA CIVIL JUAN JOSÉ TAUSTE SÁNCHEZ.
Guardia Civil Juan José Tauste Sánchez.
A las ocho y media de la mañana del sábado 4 de agosto de 1979 la banda terrorista, extorsionadora, marxista y anti española ETA asesinaba a tiros en Éibar (Guipúzcoa) al Guardia Civil JUAN JOSÉ TAUSTE SÁNCHEZ cuando se disponía a arrancar su automóvil aparcado en una calle de la localidad para dirigirse al cuartel donde prestaba servicio.
El miembro de la Guardia Civil salió del portal de casa de sus suegros, donde vivía con su mujer, y se encaminó a la zona de la calle donde tenía aparcado su vehículo particular, un Ford Fiesta matrícula de Jaén. Tras cerrar la puerta y acomodarse e en el asiento del conductor, dos terroristas, que le esperaban, esgrimieron sendas armas de fuego y le dispararon a corta distancia. Con rapidez huyeron a pie del lugar del asesinato, donde se recogieron varios casquillos de bala del calibre 9 milímetros parabellum, marca SF.
Los disparos hirieron mortalmente a Juan en el estómago, en el tórax y en la cabeza. Un policía Municipal, que se encontraba de servicio por la zona dio la voz de alarma a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. La primera que se encontró con el cuerpo de Juan José, que se moría, fue su esposa Conchita que intentó sacarle del vehículo. En una ambulancia medicalizada Juan Tauste fue trasladado inmediatamente al Hospital Militar de San Sebastián, donde ingresaría cadáver.
El barrio de San Salvador de la localidad eibarresa se encontraba esos días en plenas fiestas.
El atentado fue reivindicado por ETA militar mediante un comunicado remitido a diversos periódicos y emisoras de radiode Bilbao, donde también se informaba de la autoria de la colocación de un artefacto explosivo en el domicilio del cónsul francés en la capital vizcaína. En ese comunicado la banda asesina expresaba su intención de seguir adelante con su campaña para que las Fuerzas de Orden Público “de ocupación” abandonasen el País Vasco y contra los intereses franceses en la comunidad autónoma.
Juan José Tauste Sánchez, de 26 años, se había casado el 17 de junio con María Concepción García Bouzas, de 18 años, en el santuario de Arrate en Éibar. El joven matrimonio se instaló en casa de los padres de Concepción en esa localidad, donde Juan José estaba destinado. El agente era natural de Villacarrillo (Jaén), donde con motivo del veinticinco aniversario de su asesinato se le rindió un homenaje y se le dio su nombre a una calle.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
4 DE AGOSTO DE 1981. ELGÓIBAR. GUIPÚZCOA. GUARDIA CIVIL EN SITUACIÓN DE RESERVA ACTIVA JOSÉ EXPÓSITO AFÁN.
Guardia Civil en situación de reserva José Expósito Afán.
A la una y veinte del mediodía del domingo 4 de agosto de 1985 la banda terrorista ETA asesinaba en Elgóibar de un tiro en la nuca al Guardia Civil en situación de reserva activa JOSÉ EXPÓSITO AFÁN.
José Expósito fue alcanzado por un único disparo en la nuca cuando, desarmado y vestido de paisano, caminaba en solitario por la céntrica plaza de la Magdalena de Elgóibar. La bala, del calibre 9 milímetros parabellum, le atravesó el cerebro, provocándole la muerte instantánea. Los clientes de un bar situado a escasos metros del lugar del atentado oyeron el disparo y al salir se encontraron a la víctima caída de bruces en la acera en mitad de un gran charco de sangre. Levantado el cadáver, que tuvo que esperar más de cuatro horas tirado en la calle cubierto con una manta a la llegada del juez de guardia, fue conducido por varios de sus compañeros a su domicilio, donde quedó instalada la capilla ardiente ante la presencia de un comandante y varios oficiales de la Guardia Civil y compañeros de la víctima.
El funeral por su memoria se celebró al día siguiente, 5 de agosto, en la parroquia de San Bartolomé de Elgóibar que se abarrotó con la presencia de centenares de vecinos. El féretro, cubierto con la bandera Nacional, sobre la que descansaba el tricornio, fue introducido en la Iglesia a hombros por los familiares del guardia civil, mientras tres secciones de la Policía Nacional y una compañía de la Guardia Civil le rindieron honores.
El día del asesinato de José Expósito unas quinientas personas convocadas por el Comité Pro Refugiados vascos se manifestaron en Elgóibar para protestar por el asesinato en Saint Juan de Pie de Puerto, en los pirineos franceses, del miembro de la banda asesina Juan María Otegui Elizegui, alias “Txato”, a manos de un comando de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación). En Itsasondo, localidad natal del etarra Otegui, la Guardia Civil tuvo que impedir la celebración de una funeral religioso, organizado por la corporación municipal de esa localidad, integrada por representantes de Herri Batasuna, Partido Nacionalista Vasco y Euskadiko Ezkerra, que en un acto de despreciable bajeza e indignidad moral nombraron a Juan María Otegui "hijo predilecto de la villa" un terrorista que había participado en varios atentados, entre ellos el que costaría la vida al teniente coronel retirado de la Guardia Civil Luis Cadarso San Juan, en Basauri (Vizcaya) el 14 de abril de 1981.
Los miembros del comando Vizcaya, Sebastián Echániz Alcorta, Enrique Letona Viteri y José Antonio Borde Gaztelumendi fueron condenados como autores del crimen y sentenciados a 28 años de reclusión mayor cada uno, así como a indemnizar a los herederos de la víctima.
Enrique Letona Viteri, salió de prisión en 2003, acogiéndose a beneficios penitenciarios tras cumplir algo más de 15 años de cárcel.
En octubre de 2020 José Antonio Borde Gaztelumendi, alias Putxe, que dejaba la cárcel de Teijeiro (La Coruña) para ir a la del Dueso en Santoña (Cantabria). Fue entregado por México en 2002.
En julio de 2020 Sebastián Echániz Alcorta abandonó la prisión de Asturias, pasando a la Sección Abierta de la prisión de San Sebastián.
José Expósito Afán, de 62 años, era natural de Aguilar de la Frontera (Córdoba), pero llevaba treinta y cinco años viviendo en Vascongadas. Estaba casado y tenía cuatro hijos. Ingresó en la Guardia Civil en 1949 y un año antes de ser asesinado había pasado a la reserva activa. Hasta ese momento había trabajado en el Departamento de Intervención y Revisión de Armas, lo que le convirtió en una persona muy conocida y apreciada en la localidad, según fuentes de la Policía Municipal de Elgóibar por la facilidad y rapidez con que realizaba los trámites para la renovación de los documentos nacionales de identidad, pasaportes o licencias de caza. Las mismas fuentes manifestaron que José fue asesinado a a la hora en que acostumbraba a realizar su habitual ronda de bares con amigos.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
4 DE AGOSTO DE 2002. SANTA POLA ALICANTE. CECILIO GALLEGO ALAMINOS Y LA NIÑA SILVIA MARTÍNEZ SANTIAGO.
Cecilio Gallego Alaminos.
A las 20:30 horas del domingo 4 de agosto de 2002 la banda asesina ETA hizo explotar un coche-bomba cargado con cien kilos de dinamita Titadyne y metralla frente a la casa-cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola (Alicante). . La explosión se llevó la vida de CECILIO GALLEGO ALAMINOS, un vecino de Santa Pola jubilado que esperaba la llegada de un autobús en la parada situada enfrente del cuartel para dirigirse a Torrevieja, y de la niña de seis años SILVIA MARTÍNEZ SANTIAGO, hija de José Joaquín Martínez, agente de la Guardia Civil, que se encontraba en ese momento jugando en su domicilio de la casa-cuartel junto a su madre, Toñi Santiago, una tía y un primo.
Silvia Martínez Santiago.
La explosión causó, además, heridas de diversa consideración a otras cincuenta y seis personas. Dos pisos de la casa-cuartel de la Guardia Civil resultaron destrozados y decenas de edificios de los alrededores resultaron dañados por la onda expansiva de la explosión, por lo que unos ciento cincuenta vecinos tuvieron que ser realojados por el Ayuntamiento. La explosión provocó una densa columna de humo visible a varios kilómetros de distancia, el estallido de cristales de numerosas ventanas y la caída de tabiques de los inmuebles cercanos. La zona fue acordonada por agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado pues se temía que se produjera la explosión de un segundo coche-bomba.
El coche-bomba estaba situado junto a la verja del cuartel de la Guardia Civil de la localidad alicantina, al lado de una glorieta muy concurrida, pues allí se encontraban varias paradas de autobuses que comunicaban Santa Pola con Alicante y Torrevieja. Media hora después iba a celebrarse un festival de danza infantil en el lugar, lo que podía haber provocado un drama aún mucho mayor. A Cecilio Gallego la onda expansiva le lanzó a varios metros del lugar, provocándole la muerte en el acto. La niña Silvia sufrió heridas de extrema gravedad y murió mientras era trasladada al hospital.
El objetivo de la banda terrorista era provocar una matanza, pues no se recibió ningún aviso sobre la colocación del coche-bomba, según indicaron fuentes de la Delegación del Gobierno. Nada más tener noticia de la acción terrorista, el ministro del Interior, Ángel Acebes, que se encontraba descansando en esa provincia con su familia, se trasladó hasta el lugar de los hechos.
El entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, tras conocer la noticia del doble asesinato, en un tono muy duro, manifestó que no estaba dispuesto "a que se siga enterrando víctimas mientras que los dirigentes de Batasuna, que son basura humana y responsables tanto como los comandos de ETA de esos crímenes, estén sueltos por la calle". También el líder de la oposición, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, se sumó a aquellas acusaciones manifestando que Batasuna se "había situado una vez más al lado de la violencia y el crimen" y que era el momento de aplicar las leyes con firmeza y seguridad, con consenso y garantías jurídicas".
En el mes de junio de ese año, el Congreso de los Diputados donde el partido Popular tenia mayoría absoluta aprobó la Ley Orgánica 6/2002, Ley de Partidos, que permitiría que en marzo de 2003 el Tribunal Supremo ilegalizase Euskal Herritarrok y Herri Batasuna, por su constante complicidad y apoyo a la banda terrorista ETA y su no rechazo a la violencia.
Tras las terribles matanza de los trenes del 11 de marzo de 2004, la llegada el poder del socialista Rodríguez Zapatero supuso una política de blanqueamiento y ayuda a ETA anunciando el propio Zapatero, en el debate del estado de la nación, celebrado en las Cortes en mayo de 2005 “su intención de acabar con ETA mediante un final dialogado”
Eso motivaría una muy dura y emotiva carta pública de Toñi Santiago, madre de Silvia, enviada al diario Libertad Digital el 4 de julio de 2006 y que decía: "Sr. Zapatero, quiero que sepa que con su cobardía, con su desvergüenza, con su indignidad, con su maldito talante, con su pacto con los etarras, con su declaración del día 29 de junio para iniciar el proceso de diálogo, usted, transcurridos casi cuatro años, ha vuelto a asesinar a Silvia.
Usted sólo ha conseguido que los sentimientos que tuve que vivir aquella tarde del atentado, vuelvan a resurgir hoy en mí. Sentimientos que todavía trato de canalizar, después de casi tres años de ayuda psicológica y de un tratamiento médico contra la ansiedad.
Con su gestión en la política antiterrorista, ha conseguido que tenga el mismo desprecio por usted que siento por los asesinos de mi hija, de sus colaboradores y de quienes aplauden y festejan los atentados y que, para mí, son tan asesinos como aquellos que colocaron el coche bomba, cargado con 50 kgs. de explosivo, debajo del balcón de mi casa.
Usted se ha puesto de rodillas ante esos asesinos, usted y su gobierno han claudicado ante esos canallas, pero por favor no nos pida a las víctimas comprensión. Sr. Zapatero, usted no cuenta con mi autorización para negociar con la sangre de mi hija.
Usted que fue tan cobarde el pasado día 28 de junio de no querer mirarme a los ojos en el Congreso de los Diputados, usted que dio las órdenes oportunas para impedir que accediéramos a las proximidades del recinto con una corona de flores, humillándonos y tratándonos como si fuésemos delincuentes, usted no conseguirá silenciar mi voz.
En su anuncio de negociación, tan esperado por la banda terrorista ETA, usted nombra a las víctimas del terrorismo, a su memoria, a su dignidad y a su honor. Casualmente siempre olvida usted mencionar la palabra "justicia". En los dos años y medio que lleva en el poder, nunca le he escuchado mencionar esta palabra cuando se refiere a las víctimas. Justicia es lo que espero conseguir contra los miserables que asesinaron a mi hija, aunque pacte usted con ellos o con el mismísimo demonio ...
Por último le rogaría que no hable usted tan alegremente del dolor de las personas que hemos sufrido un atentado terrorista. A mí, como madre de Silvia, me ha demostrado que no le importa lo más mínimo el asesinato de una niña inocente. Sr. Zapatero, desgraciadamente para mí, todos los días 4 de agosto que me queden por vivir tengo que recordar que, ese fatídico día mi hija fue brutalmente asesinada.
En mi memoria quedará, que mientras usted celebra alegremente su cumpleaños ese día, en unión de sus dos hijas y de su esposa; a mi hija, con seis añitos no le permitieron cumplir ninguno más esos individuos con lo que usted ahora negocia. A Ella y a todas las personas que fueron asesinadas les va a tener que agradecer su continuidad en el gobierno. No me queda la menor duda de que esas ansías de poder es lo que le lleva a usted a traicionar la memoria de las víctimas inocentes. Señor Zapatero, NEGOCIACIÓN EN MI NOMBRE, NO".
Al día siguiente del asesinato, más de cinco mil personas se congregaron en la Iglesia de la Asunción de Santa Pola, en su interior y en su exterior, para despedir a Cecilio y a Silvia y mostrar su rechazo a la banda terrorista y asesina. El 6 de agosto, unos veinte mil ciudadanos se manifestaron en la localidad alicantina contra ETA y sus cómplices.
El 20 de septiembre de 2002, fueron detenidos en la localidad francesa de Bagneres de Luchon los presuntos autores materiales del atentado contra la casa-cuartel de Santa Pola, los etarras Óscar Celarain Ortiz, alias “Peio”, y Andoni Otegi Eraso, alias “Iosu”, miembros de comando Argala de ETA. En febrero de 2011 la Fiscalía pidió en su escrito provisional de conclusiones que fueran condenados a 1.180 años de cárcel, sosteniendo y acreditando que los dos etarras se alojaron entre el 28 de julio y el 4 de agosto de 2002, registrándose con una identidad falsa, en el camping Bahía de Santa Pola, situado apenas a cuatrocientos metros del lugar del atentado. Durante esos días grabaron imágenes del cuartel antes de cometer el atentado. Todo ello quedó acreditado por la documentación que se les incautó cuando se les detuvo entre ella vídeos y fotografías.
El 18 de mayo de 2012 la Audiencia Nacional condenó a 843 años de cárcel a los etarras Andoni Otegi y Óscar Celarain al considerar probado "sin ningún género de duda" que fueron los autores del atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola (Alicante), que la banda perpetró el 4 de agosto de 2002.
La sentencia atribuye a los dos terroristas el asesinato de Silvia Martínez Santiago, de seis años de edad, y de Cecilio Gallego, de 57, así como otros 51 delitos en grado de tentativa y un delito de estragos terroristas. En la resolución, el tribunal considera que con la colocación del coche bomba los etarras "trataron de causar el mayor número de muertes posibles". Por esta razón, Celarain y Otegi colocaron el vehículo bomba "sin previo aviso junto a la valla del acuartelamiento de la Guardia Civil en Santa Pola, donde vivían numerosas familias con niños, prácticamente pegado a las viviendas, a una hora y en un momento de mayor presencia de aquellas en sus casas, así como de personas en los alrededores, todas ellas totalmente indefensas".
En octubre de 2022 Otegi Eraso, abandonó el centro penitenciario de Logroño siendo trasladado a otra cárcel que designaría el Gobierno Vasco, Por su parte Celarain Ortiz fue enviado desde el Centro Penitenciario de Soria a un centro penitenciario en Vascongadas. Ambos cumplirán las 3/4 partes de la condena en enero de 2031.
Cecilio Gallego Alaminos, nacido en 1945 en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y residente en Torrevieja desde hacía más de treinta años, estaba casado y era padre de cuatro hijos. Estuvo empleado en Telefónica hasta que se jubiló. En octubre de 2002 el Ayuntamiento de Torrevieja lo nombró hijo adoptivo a título póstumo. Miembro del Coro y Orquesta Las Salinas, donde solía tocar el laúd,era profesor de guitarra y había presidido el Club Balonmano Torrevieja.. Desde 2007 se celebra en Torrevieja el torneo de balonmano Memorial Cecilio Gallego llevando , el pabellón deportivo su nombre. Los restos mortales de Cecilio Gallego fueron enterrados en el cementerio de Torrevieja.
Silvia Martínez Santiago, de 6 años, era en esos momentos la única hija del matrimonio formado por José Joaquín Martínez, guardia civil, y Toñi Santiago. Posteriormente han tenido dos hijos más: Javier, que tiene 6 años, y Carla, de 9 meses. Toñi Santiago muy involucrada contra la negociación con ETA ha sido una autentica luchadora de la memoria y justicia para las víctimas del terrorismo. Los restos mortales de su hija Silvia fueron enterrados en el cementerio de Muchamiel (Alicante).
En marzo de 2023 el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón acordó prorrogar seis meses la investigación sobre el atentado perpetrado por ETA contra la casa-cuartel de Santa Pola (Alicante) en 2002 pendiente todavía de tomar declaración a los antiguos jefes de la banda terrorista María Soledad Iparraguirre, alias ‘Anboto’, y Felix Ignacio Esparza Luri. Sin embargo Félix Ignacio Esparza rechazó en mayo de 2023, declarar ante el juez García Castellón, esgrimiendo que no fue entregado por Francia por estos hechos.
García Castellón pidió permiso a las autoridades judiciales de Francia para el procesamiento de las exjefas de la banda terrorista María Soledad Iparraguirre, alias "Anboto·, y Ainhoa Múgica, alias "Olga", librando una una Orden Europea de Detención,después de que las dos etarras investigadas se acogiesen al principio de especialidad, recordando que no fueron entregadas a España por estos hechos.
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