4 OCTUBRE DE 1980. SALVATIERRA (ÁLAVA) CABO PRIMERO DE LA GUARDIA CIVIL JOSÉ LUIS VÁZQUEZ PLATAS, CABO DE LA GUARDIA CIVIL AVELINO PALMA BRIOA, GUARDIA CIVIL ÁNGEL PRADO MELLA.
Guardia Civil Ángel Prado Mella. Cabo de la Guardia Civil Avelino Palma Brioa. Cabo Primero de la Guardia Civil José Luis Vázquez Platas.
En la tarde del sábado 4 de octubre de 1980, un comando de la banda terrorista ETA asesinaba en el centro de la localidad alavesa de Salvatierra al cabo primero JOSÉ LUIS VÁZQUEZ PLATAS, al cabo AVELINO PALMA BRIOA y al Guardia Civil ÁNGEL PRADO MELLA.
Cabo Primero de la Guardia Civil José Luis Vázquez Platas.
Los tres miembros del Benemérito instituto, pertenecientes a la Agrupación de Tráfico, se encargaban de la seguridad vial de una prueba ciclista que daba inicio a las fiestas patronales de la localidad.
Cabo de la Guardia Civil Avelino Palma Brioa.
La prueba ciclista, conocida como la carrera del Rosario, que celebraba ese año su vigésimo octava edición, abría las fiestas de Salvatierra como prólogo al tradicional chupinazo. Se habían inscrito cincuenta corredores y varios miles de aficionados se dieron cita para contemplar la salida de la prueba, que abrirían los tres motoristas de tráfico de la Guardia Civil.
Guardia Civil Ángel Prado Mella.
Hacia las 16:00 horas los participantes esperaban en la línea de salida a que diese comienzo la carrera. Dos de los Guardias Civiles estaban sobre sus motos, con los motores encendidos. Otro, el cabo José Vázquez Plazas habla dejado su moto y charlaba con el director de la carrera, Lauren Gorospe, sobre los últimos detalles a tener en cuenta durante el Itinerario.
Cinco impactos de bala le dejaron tendido junto al coche del director de carrera, mientras a éste le atravesaba la mano derecha una bala. El cabo primero José Luis Vázquez intentó ocultarse bajo un vehículo, aunque fue inútil: los etarras fueron hacia él y lo tirotearon en el suelo. Otro de los guardias quedó unos momentos como abrazado a su motocicleta, luego cayó pesadamente al suelo.
El otro, que se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo hizo un gesto como para defenderse. Fue inútil. Cayó también acribillado. Avelino y Ángel también fueron rematados en el suelo.
Los asesinos huyeron en un vehículo Simca 1200 de color blanco, robado a punta de pistola en Vitoria dos días antes, que poco después fue encontrado en el puerto de Opacua, en la carretera comarcal de Salvatierra a Mesta. Desde primeras horas de la tarde la Guardia Civil estableció varios controles en la carretera nacional Madrid-Irún, en los alrededores de Salvatierra, tanto en dirección a Irún como a Vitoria, lo que provocó que se formaran largas caravanas de vehículos en los dos sentidos de circulación.
Los cuerpos sin vida de los guardias fueron trasladados al Hospital Militar de Vitoria donde a última hora de la noche del sábado 4 de octubre se les practicó la autopsia. Una vez finalizada, los féretros fueron conducidos al Salón del Trono del Gobierno Civil de Álava, donde se instaló la capilla ardiente.
Según informó la Guardia Civil, los cuatro terroristas habían llegado unos minutos antes en un coche «Simca 1.200», a cuyo volante quedó un cuarto hombre. El coche se hallaba como a unos treinta metros de donde ocurrió el salvaje atentado. Los cuatro terroristas se habían camuflado entre el público. La gente se había aproximado al coche del director de carrera pretendiendo enterarse del momento en que se daría la salida. Los terroristas actuaron sincronizados, contra cada guardia, disparando hacia la calzada, alcanzando con sus disparos a varios vehículos de los que debían formar la caravana ciclista.
En aquel atentado cobarde tuvo una decisiva participación Ismael Arrieta Pérez de Mendiola, el cura de Salvatierra, un ser despreciable, quien facilitó a la banda terrorista, asesina, marxista y antiespañola, todos los pormenores sobre la participación en la prueba deportiva de los tres motoristas de la Guardia Civil de Tráfico con su ubicación, horarios y recorrido.
A la una de la tarde del domingo se celebró en Vitoria el funeral por los tres guardias civiles asesinados. Asistieron al acto religioso, el ministro de Defensa, el gobernador civil de Álava, y otras autoridades civiles y militares. El templo donde se celebró el funeral estuvo repleto de público, y durante el acto no se registraron incidentes. A la salida varios de los presentes dieron gritos contra el Gobierno, la banda terrorista ETA, así como Vivas a España y a la Guardia Civil. Una señora no identificada se acercó al ministro de Defensa y le dijo: “deben ustedes declarar el estado de excepción y enviar a Vascongadas a la Legión”.
Momentos antes de iniciarse el funeral, visitó la capilla ardiente el Diputado a Cortes por Unión Nacional y presidente de Fuerza Nueva, Blas Piñar, el cual besó una de las banderas Nacionales que cubrían tos féretros. Blas Piñar, que penetró directamente en la capilla, sin cumplimentar a las autoridades que estaban en el edificio, se limitó a saludar a varios jefes y bandos de la Guardia Civil.
Unas 3.000 personas asistieron a los actos fúnebres celebrados en Mieres, para dar cristiana sepultura en el cementerio de la parroquia de Rebollada, al cabo primero José Luis Vázquez Plata. Aunque la víctima era natural de Ois-Coirós (La Coruña), por disposición de su joven viuda, natural de Mieres, el cuerpo reposaría en el panteón familiar. En un determinado momento del entierro, un grupo de personas increpó gravemente e intentó agredir al presidente del Consejo Regional de Asturias, el senador socialista Rafael Fernández,
El Guardia Civil Ángel Prados seria enterrado en el cementerio del municipio coruñés de Sobrado de los Monjes, tras celebrarse un funeral por el eterno descanso de su alma en el monasterio. En la presidencia, junto a los familiares, se encontraban el gobernador civil de la provincia, Pedro Gómez Aguerre; el presidente de la Diputación Provincial, Enrique Marfany Oaries; el general Gobernador Militar de la Coruña; el diputado de UCD por La Coruña, José Luis Meilán; coronel jefe del 64 Tercio de la Guardia Civil, Álvaro Casado Mestre; jefes y oficiales del Tercio y Comandancia, y numerosos compañeros. Asimismo, asistieron una representación de la Policía Nacional, diputados provinciales, concejales de Sobrado y otros ayuntamientos próximos, y diversas representaciones de la comarca.
En octubre de 2003 tuvo lugar en la Audiencia Nacional un juicio contra Ignacio Aracama Mendía, alias Makario, y el que fuera cura de Salvatierra Ismael Arrieta Pérez de Mendiola. En su declaración la viuda del Guardia civil José Luis Vázquez Platas, Gema López Quintanal, acusó por su implicación en el crimen a María Luisa Murguiondo, entonces alcaldesa del pueblo. "La salida de la vuelta estaba prevista para las tres de la tarde y salió a las cuatro menos diez, y ellos les entretuvieron hasta que llegó el coche con los asesinos", manifestó la viuda de Vázquez Platas. Para demostrar la estrecha relación del ex cura con Murguiondo, destacó que cuando Arrieta fue detenido días después del atentado "estaba en la cama con la alcaldesa". Relató, además, que cuando los terroristas dispararon contra los guardias civiles, su marido fue alcanzado sólo en un brazo, por lo que trató de esconderse detrás de un coche, pero en ese momento "la gente del pueblo gritó que quedaba uno vivo" y los etarras volvieron para rematarlo.
El etarra Macario admitió su participación en los asesinatos y trató de exculpar al excura quien, en su declaración, negó haber facilitado a los etarras datos sobre el itinerario de la carrera. El fiscal solicitaba 92 años para Macario y 81 para el excura, recordando que Aracama Mendía siempre había negado su participación en los hechos hasta su declaración en el juicio, y señalando que ahora reconocía su implicación para "exculpar" a Arrieta. El fiscal sostuvo, además, que la participación del cura Arrieta fue "tan determinante" que sin ella "los hechos no podrían haberse desarrollado.
Según constaba en el escrito de acusación del fiscal, “Ignacio Aracama Mendía, Makario, y José Lorenzo Ayestarán Legorburu; Félix Alberto López de Lacalle Gauna, Mobutu; José Manuel Aristimuño Mendizábal, Pana; Miguel Lopetegui Larrarte y Ascensión María Urrite Riallos, Txiki-Txiki, decidieron dar muerte a los guardias civiles que iban a dar protección y ordenar el tráfico con motivo de una carrera ciclista que iba a tener lugar en Salvatierra. Los días anteriores al 4 de octubre de 1980, día de las fiestas de Salvatierra, el cura Arrieta se entrevistó dos o tres veces con Ayestarán y Aristimuño y les comunicó el día y la hora a la que saldría la carrera. El mismo día de los hechos se encontró en la localidad alavesa con los dos citados y con López de Lacalle, señalándoles con la mano el punto concreto desde el que iba a salir la carrera y en el que se encontraban los guardias civiles, que era distinto al que inicialmente les había indicado. Mientras tanto, Arakama Mendía se encontraba a bordo de un Simca 1200 que habían sustraído a punta de pistola en Vitoria dos días antes. El acusado se quedó en el automóvil esperando con el motor en marcha, mientras que Lopetegui fue el encargado de cubrir el atentado, armado con una metralleta Uzi. Ayestarán, Aristimuño y López de Lacalle se acercaron a los guardias justo en el momento en el que se encontraban conversando con el organizador de la competición y les dispararon con las pistolas que portaban desde una distancia muy próxima. Aristimuño dio muerte al cabo primero José Vázquez Platas; Ayestarán hizo lo propio con el guardia Avelino Palma Brioa y López de Lacalle mató al guardia Ángel Prado Mella”.
Aracama Mendía fue condenado a 61 años de prisión menor por colaborar en el asesinato de los tres guardias civiles, mientras que Arrieta Pérez de Mendiola lo fue a 30 años de prisión mayor como cómplice. En 2005 el Tribunal Supremo le rebajó la pena a Arrieta por dilación indebida en el proceso, dada la tardanza del Fiscal al interponer la denuncia contra el exsacerdote, pues no lo hizo hasta septiembre de 2000, cuando los hechos fueron cometidos en 1980. De esta forma, Arrieta vio reducida su pena en 12 años, siendo condenado a 6 años de cárcel por cada uno de los asesinatos. En octubre de 2015 el ex sacerdote Ismael Arrieta Pérez de Mendiola quedaba en libertad después de cumplir 12 años de cárcel por su implicación en el asesinato de tres guardias civiles en Salvatierra (Álava) el 4 de octubre de 1980,
En abril de 2021 Aracama Mendía, salió en libertad definitiva, abandonado la prisión alavesa de Zaballa, tras 24 años entre rejas de centros penitenciarios españoles y otros ocho acogido por el gobierno de la República Dominicana tras el fracaso de las conversaciones de Argel, un encuentro bilateral que el ejecutivo socialista de Felipe González y varios líderes de ETA en 1991. Aracama fue entregado a las autoridades españolas en 1997. Participante en dieciocho asesinatos, así como la dirección del secuestro de Diego Prado y Colón de Carvajal, entre el 25 de marzo de 1983 y el 6 de junio de ese año. "Makario" firmó en noviembre de 2004, junto a los históricos miembros de ETA Francisco Múgica Garmendia, alias "Pakito", Iñaki Bilbao Beaskoetexea, alias "Iñaki de Lemona", Carlos Almorza Arrieta, "Pedrito de Andoain", Kepa Solana Arrondo y Koldo Aparicio Benito, una carta dirigida a la dirección de ETA en la que abogaba por el abandono de las armas. En julio de 2005 la dirección de ETA le expulsó de la banda, junto a los otros firmantes de la carta crítica con la estrategia terrorista.
José Lorenzo Ayestarán Legorburu, alias Basari y Fanecas, autor material del asesinato de Avelino Palma Brioa, fue detenido en Francia en marzo de 2010. Fue uno de los etarras que, en su momento, se benefició de la Ley de Amnistía de 1977, lo que no impidió que se reintegrase inmediatamente en la banda asesina. Entre 1978 y 1983 fue responsable de diez asesinatos, un secuestro y una decena de atentados. En 1984 fue detenido en Francia y deportado a Venezuela. En 1996 el Gobierno español pidió su extradición, cosa que Venezuela no sólo no concedió, sino que en 2006 el Gobierno presidido por Hugo Chávez estuvo a punto de concederle la nacionalidad venezolana. En los últimos años habría vuelto a integrarse en las filas de ETA y a ocupar cargos de confianza dentro de la banda. En febrero de 2011 la justicia francesa autorizó la extradición a España de Ayestarán Legorburu para que fuera juzgado, entre otros, por el asesinato de los tres guardias civiles en Salvatierra.
En julio de 2022 José Lorenzo Ayestarán Legorburu fue trasladado del Centro Penitenciario de Asturias a un centro penitenciario en Vascongadas. Ingresó en prisión el 14 de marzo de 2014 y cumple una condena acumulada de 30 años por asesinatos y delitos de atentado, depósito de armas, tenencia de explosivos y daños. Cumplirá las 3/4 partes de la condena en marzo de 2035.
Félix Alberto López de Lacalle Gauna, alias “Mobutu”, autor material del asesinato de Ángel Prado Mella, fue detenido por segunda vez en Francia el 2 de abril de 2004, y juzgado en este país en enero de 2010. Durante su comparecencia ante el Tribunal de lo Criminal de París declaró sentirse orgulloso de pertenecer a ETA. Anteriormente, en 1994, el etarra había sido detenido y condenado por asociación de malhechores, saliendo de la cárcel en julio de 2000. Desde entonces, Mobutu había permanecido bajo vigilancia policial en el departamento de Creuse, en las cercanías de la capital francesa. Sin embargo, Mobutu huyó del hotel donde estaba en residencia vigilada cuando estaba a la espera de ser expulsado a España. En septiembre de 2005 el Tribunal de Apelación de París rechazó la demanda de extradición presentada por España contra el histórico dirigente etarra por el asesinato de los tres guardias civiles en Salvatierra por prescripción del caso según el derecho francés. En 2012 la Audiencia Nacional condenó al etarra Félix Alberto López de Lacalle Gauna, alias 'Mobutu', entregado temporalmente por las autoridades francesas, a 81 años de prisión por el asesinato de los tres guardias civiles en Salvatierra (Álava) en 1980. En 2016 las autoridades francesas ordenaron su extradición a España.
En agosto de 2022 la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco acordaron el traslado de López de la Calle del penal de Asturias a una prisión de Vascongadas. Ingresó en prisión el 13 de enero de 2016 y cumple una condena acumulada de 30 años por asesinatos. Cumplirá las 3/4 partes de la pena en marzo de 2031.
José Manuel Aristimuño Mendizábal, alias “Pana”, que asesinó personalmente al cabo primero José Vázquez Platas, resultó muerto en 1981 en un enfrentamiento con la Policía, en una operación en la que fue detenido Miguel Lopetegui Larrarte, también participante en el triple asesinato de Salvatierra. Lopetegui se suicidó en su celda de la cárcel de Herrera de la Mancha en marzo de 1988. Por último, Ascensión María Urrate Riallos, huido en Sudamérica durante muchos años, solicitó en 1994 volver a España, aquejado de un cáncer terminal. Llegó procedente de Méjico en octubre de 1994, acompañado de su mujer y un hermano, falleciendo al mes siguiente.
Avelino Palma Brioa cabo de la Guardia Civil, era natural de Olivenza (Badajoz) y tenía 31 años. Estaba casado con Manuela Orantos y tenía dos hijos de 2 y 3 años. En un acto homenaje del Gobierno vasco a las víctimas del terrorismo en el año 2007, Manuela Orantos contó a los medios informativos de que no tuvo valor para ir a Vitoria al funeral por el alma de su esposo: "Con veintinueve años me quedé sola, con mis pequeños, sin aquel maldito plus de permanencia de Avelino en el país vasco y con un salario de miseria. Nadie me hizo caso, nadie me acompañó, nadie me apoyó. Nunca tuve una voz de ánimo o de apoyo desde el País Vasco y tampoco desde otras partes de España". En 1994 el Ayuntamiento de Olivenza homenajeó a Avelino Palma. En el acto se descubrió una placa.
Ángel Prado Mella, guardia civil de 26 años y soltero, era natural de Sobrado de los Monjes (La Coruña). Se había incorporado a la comandancia de Álava en septiembre de 1980, un mes antes de ser asesinado.
José Luis Vázquez Platas, cabo primero de la Guardia Civil de 31 años, era natural de Coirós (La Coruña) y llevaba dos años destinado en Álava. Estaba casado con Gema López Quintanal desde el 10 de mayo de 1980, cinco meses antes de ser asesinado, quien en el momento del asesinato de su marido se encontraba embarazada de su primer hijo, una niña.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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