5 DE JULIO DE 1981. LEZO (GUIPÚZCOA) GUARDIA CIVIL DE TRÁFICO LUIS MIRANDA BLANCO.
Guardia Civil Luis Miranda Blanco.
En la madrugada del 5 de julio de 1981, un comando de la organización terrorista, marxista y antiespañola ETA, atentaban con un convoy de la Guardia Civil a su paso por el municipio guipuzcoano de Oyárzun. De resultas de aquel traidor ataque, el guardia Civil de la Agrupación de tráfico LUIS MIRANDA BLANCO, caía abatido por las balas separatistas.
El hecho ocurrió a las 6,30 de la mañana cuando un convoy del Benemérito Cuerpo compuesto por un vehículo de servicio de la agrupación de Tráfico y otro camuflado, de vigilancia, circulaba en dirección San Sebastián - Irún. Al llegar a la altura del kilómetro 4 7 6 de la carretera nacional número uno, término municipal de Oyarzun, fueron ametrallados por varios terroristas, apostados desde un muro de unos 2 metros de altura que daba a las vías del tren. Los indiscriminados y numerosos disparos del comando etarra, alcanzaron a Luis Miranda Blanco, quien fue inmediatamente trasladado en un vehículo particular al hospital de la Cruz Roja de San Sebastián, donde ingresó cadáver a causa de los numerosos impactos de bala recibidos en diferentes partes de su cuerpo. El guardia civil José Paredero Garrote, sufriría heridas de carácter grave y fue ingresado en el servicio de reanimación del citado hospital, a donde fue trasladado por una ambulancia de la Asociación de Ayuda en Carretera de Guipúzcoa.
Posteriormente, el cuerpo sin vida de Luis Miranda, fue trasladado al Gobierno Civil de Guipúzcoa, donde se instaló la capilla ardiente y que fue visitada por el director general de la Guardia Civil, teniente general Aramburu Topete,
Los funerales por él guardia civil muerto se oficiaron a las once de la mañana del día siguiente en el Gobierno Civil de Guipúzcoa, con asistencia de numerosas autoridades civiles y militares, entre ellas el Subdirector de la Guardia Civil, general García La- claustra; el general jefe de la V Zona, Isabelino Cáceres Ruiz; el teniente Coronel de la Guardia Civil de San Sebastián, el gobernador civil de Guipúzcoa, Pedro María Arístegui; el alcalde de San Sebastián y otras autoridades civiles y militares.
El oficiante señaló en su homilía que «una vez más, nos reunimos en este salón con gran pena, fracaso y dolor por el vil asesinato de un guardia civil». Se refirió también a la persona de Luis Miranda, «que ha visto truncada su vida inesperadamente cuando cumplía con su deber» y pidió por «este héroe que está ante el altar de la Patria”.
Una compañía de la Guardia Civil y otra del Ejército de Tierra, rindieron honores. La Unidad de Muisca del Regimiento de infantería de Sicilia, interpretó el toque de oración y el himno de la Guardia Civil, que fue entonado por todos los presentes. Una hermana del fallecido sufrió un desmayo y la esposa de Luis Miranda, que se encontraba embarazada, se mareó.
Una vez finalizada la misa, el féretro, que contenía los restos mortales de Luis Miranda, cubierto con la bandera nacional, fue trasladado a hombros de sus compañeros hasta un furgón fúnebre para, posteriormente, ser trasladado en avión a Sevilla,
En el funeral por el alma de Luis Miranda celebrado en Sevilla, además del gobernador militar, general Esquivias Franco, estaban presentes el coronel jefe accidental de la II Zona de la Guardia Civil, el comandante de Marina, el jefe de Estado Mayor del Mando Aerotáctico y el coronel ¡efe de la Segunda Circunscripción de la Policía Nacional. Entre las autoridades civiles se encontraban el presidente de la Diputación y representantes de la junta de Andalucía, del Gobierno Civil y del Ayuntamiento. Todos ellos, acompañarían a los familiares al cementerio de San Fernando, donde Luis Miranda sería cristianamente sepultado.
La Audiencia Nacional condenó en 1985 al etarra Jesús María Zabarte Arregui a 29 años de reclusión mayor por el asesinato de Luis Miranda, y a otros 16 años de reclusión menor por el asesinato frustrado de José Paradero. En 1988 fue condenado a las mismas penas Ignacio Esteban Erro Zazu, así como lo fue en 1996 Luis María Lizarralde Izaguirre.
Zabarte Arregui, “el carnicero de Mondragón” abandonó la cárcel de Jaén en noviembre de 2013 al derogar el tribunal Europeo de Derechos Humanos la llamada “doctrina Parot”, tras pasar 29 años y medio entre rejas, de una condena total de más de 620 años de cárcel por 17 asesinatos y una veintena de atentados terroristas.
El etarra Erro Zazu “el pelos” que se licenciaría mientras estaba en prisión, en Ciencias Políticas en la Universidad del País Vasco con DNI falso y sin cubrir los requisitos de acceso al no tener ni COU ni selectividad, abandonaría la cárcel provincial de El Acebuche en Almería, en noviembre de 2013 por la misma decisión del tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Por su parte Luis María Lizarralde Izaguirre, se acogió a la llamada “vía Nanclares” y el 28 de enero de 2010 anunció junto a otros cinco presos etarras, que abandonaba voluntariamente ETA y el uso del terrorismo. En la misma carta, pedía públicamente perdón a las víctimas de los atentados que había cometido. En enero de 2011, el juez de Vigilancia Penitencia le concedió el régimen de semi libertad. En 2013 con motivo de la derogación de la “doctrina Parot” por parte del tribunal Europeo de Derechos Humano, Lizarralde saldría en libertad definitiva.
Luis Miranda Blanco, tenía 28 años de edad, había nacido en Sevilla, estaba casado y tenía dos hijas, de cinco y tres años. Su esposa estaba embarazada del tercero.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a Luis Miranda Blanco la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior les concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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