5 DE JULIO DE 1981. BARACALDO (VIZCAYA) TENIENTE DEL EJÉRCITO DE TIERRA MAGÍN FERNÁNDEZ FERRERO.
Teniente de Complemento del Ejército de Tierra Magín Fernández Ferrero.
En la mañana del 5 de julio de 1981, el Teniente de complemento del Ejército de Tierra, MAGÍN FERNÁNDEZ FERRERO, era asesinado en la localidad vizcaína de Baracaldo por un comando de ETA.
El atentado se produjo hacia las nueve menos cuarto de la mañana, cuando el teniente Fernández Ferrero, destinado en la cuarta zona del “IMEC”, en el Gobierno Militar de Bilbao, se disponía a abrir un puesto de venta de periódicos que su familia, poseía junto a su domicilio, en la calle Gaudí, número 5.
En ese momento, dos individuos abrieron fuego por la espalda contra el teniente, que resultó herido mortalmente. En el lugar del atentado se encontraron, catorce casquillos de 9 mm. Parabellum, marca «F.N. Geco», munición utilizada habitualmente por ETA Militar, El teniente Fernández Ferrero, ya muerto, fue trasladado al Hospital Civil de Basurto.
Los autores del atentado utilizaron metralletas. Una vez cometida su acción, robaron la pistola reglamentarla que llevaba el teniente asesinado y se dieron a la fuga en un «Seat 1.430», sustraído previamente a punta de pistola en Baracaldo.
Con la presencia del ministro de Defensa Alberto Oliart, acompañado por el Jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Gabeiras; el capitán general de la VI Reglón Militar, teniente general Luis Polanco Mejorada, fueron oficiados, al día siguiente, en Bilbao los funerales por el alma del teniente del Ejército, Magín Fernández Ferrero.
Al acto, que tuvo lugar en el patio de armas del Regimiento de infantería de Garellano, asistieron también el consejero de Interior del Gobierno Vasco, Luis María Retolaza, los gobernadores civil y militar de la provincia, el diputado general de Vizcaya, José María Makua, y representantes de distintos partidos políticos, así como familiares y amigos de la víctima.
La ceremonia religiosa fue oficiada por el capellán del Regimiento de Garellano, quien en su homilía señaló que “es el Señor quien da la vida y quien la quita, pero hay unos pocos hombres, los menos, inhumanos, asesinos, que, arrogándose un derecho divino, matan y asesinan cobardemente, siempre a rostro cubierto y con premeditación y alevosía. La Iglesia siempre ha condenado el pecado, y la muerte violenta es el mayor de ellos”.
Durante la Ceremonia religiosa, uno de los familiares de la víctima hubo de ser atendido a causa de un desmayo y, durante todo el acto, la esposa permaneció de rodillas y llorando. Una compañía del Regimiento de Garellano, rindió honores de ordenanza al teniente Fernández Ferrero, interpretándose entre vivas al Ejército y a España, el himno de Infantería.
Finalizado el acto y cuando ya el féretro, envuelto en la bandera nacional, había abandonado el patio de armas del acuartelamiento, se escucharon numerosos gritos de vivas al Ejército, a España, a la Guardia Civil y en contra de ETA.
El entierro de los restos mortales del teniente Fernández Ferrero se efectuó posteriormente en la localidad vizcaína de Baracaldo.
Magín Fernández Ferrero había nacido en Villazala del Páramo (León). Tenía 44 años, estaba casado y era padre de dos hijos: una chica de 14 años y un niño de 4. Estaba destinado en la IV zona del IMEC (Instrucción Militar para la Escala de Complemento). Llevaba viviendo en Baracaldo desde hacía veinte años.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior les concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
A día de hoy el asesinato del teniente Magín Fernández está sin esclarecer.
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