5 DE JUNIO DE 1991. MADRID. TENIENTE DEL EJÉRCITO DEL AIRE ENRIQUE AGUILAR PRIETO.
Teniente del Ejército del Aire Enrique Aguilar Prieto.
Una bomba-lapa adosada a los bajos de su vehículo particular, colocada por un comando de la organización terrorista ETA, acababa con la vida del Teniente del Ejército del Aire ENRIQUE AGUILAR PRIETO, cuando su coche circulaba por las calles de Madrid en la mañana del 5 de junio de 1991.
El teniente del Ejército del Aire Enrique Aguilar Prieto condujo casi un kilómetro su automóvil hasta que estalló el artefacto adosado al mismo, cuando circulaba el turismo por la calle del General Romero Basart, en el barrio madrileño de Aluche, en dirección hacia la base aérea de Cuatro Vientos, donde estaba destinado.
Un portavoz de la Dirección General de la Policía explicó que la escasez de restos de la bomba encontrados en el lugar del atentado no había permitido conocer el tipo de explosivo utilizado, dato considerado de «vital importancia» para determinar la autoría de la acción terrorista.
El teniente asesinado residía en la denominada “Colonia de Aviación”, cercana al lugar de los hechos, donde residían gran número de familias militares pertenecientes al Ejército del Aire, en su mayoría suboficiales. El artefacto, adosado a los bajos del coche, destrozó completamente el cuerpo de la víctima, que resultó con las dos piernas seccionadas, y el vehículo convertido en un amasijo de hierros y chatarra. El teniente recorría diariamente con su vehículo el mismo itinerario. El trayecto seguido por el vehículo del Teniente Aguilar, hasta que se produjo la explosión pudo haber convertido el atentado en una nueva masacre, ya que en las calles por las que circuló el coche había varios colegios, una guardería infantil, un mercado y numerosos establecimientos comerciales.
La explosión provocó también heridas de diversa consideración a cuatro jóvenes que se encontraban en una parada de autobús cercana al lugar donde se produjo la explosión. Dos de ellas fueron dadas de alta a las pocas horas, mientras que otras dos adolescentes, Isabel Calle y María Elena Navarra, ambas de 15 años de edad, quedaron ingresadas en el hospital Clínico de Madrid con heridas de pronóstico reservado. La primera de ellas sufrió una fractura abierta en una pierna y la segunda lesiones en las extremidades inferiores.
Instantes después de la explosión, los ocupantes de un coche-patrulla de la Policía Nacional que circulaba por la misma calle se hicieron cargo de los heridos y contusionados. El juez de guardia de la Audiencia Nacional, ordenó el levantamiento del cadáver del teniente poco después de las diez de la mañana. La capilla ardiente del teniente asesinado se instaló por la tarde en el hospital del Aire.
En el funeral, celebrado al día siguiente en el Hospital del Aire, en Madrid, se produjeron escenas de dolor contenido entre los familiares de la víctima. El ministro de Defensa, Julián García Vargas, colocó sobre el féretro, cubierto con la Bandera Nacional, la Cruz del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, concedida al teniente Aguilar a título póstumo, Tras entonarse el Himno del Arma de Aviación, el ministro consoló y ofreció todo su apoyo a la viuda e hijos del teniente asesinado.
Enrique Aguilar, había nacido en Palencia. Tenía 52 años, estaba casado y era padre de dos hijos, uno de ellos realizaba en esos momentos el servicio militar como voluntario en la Policía Militar del Aire. Enrique Aguilar acaba de ascender a Teniente. Desempeñaba su trabajo en el Centro Cartográfico y Fotográfico de la base militar.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
A día de hoy, el asesinato del Teniente Enrique Aguilar continúa sin ser juzgado.
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