5 DE OCTUBRE DE 1975. OÑATE GUIPÚZCOA. GUARDIAS CIVILES ESTEBAN MALDONADO LLORENTE, JESÚS PASCUAL MARTÍN Y JUAN MORENO CHAMORRO.
Guardia Civil Esteban Maldonado Llorente.
A las 13:45 horas del domingo 5 de octubre de 1975 la banda terrorista ETA asesinaba a los guardias civiles ESTEBAN MALDONADO LLORENTE, JESÚS PASCUAL MARTÍN LOZANO y JUAN MORENO CHAMORRO haciendo explotar una carga compuesta por dinamita y unos trescientos tornillos al paso del Land Rover en el que los agentes regresaban al cuartel desde el santuario de Aránzazu, cerca de Oñate (Guipúzcoa).
Guardia Civil Jesús Pascual Martín Lozano.
Ante aquel brutal atentado, el Gabinete de Prensa de la Dirección General de la Guardia Civil, facilitaba la siguiente nota: “A las 13,45 horas de hoy 5 de octubre de 1975, una patrulla de la Guardia Civil de la Comandancia de San Sebastián sufrió un atentado al explosionar, junto al vehículo «Land - Rover» que la transportaba una potente carga que estaba adosada a un talud existente en el lado derecho de la carretera local del santuario de Aránzazu a Oñate, a un kilómetro de dicho santuario".
Guardia Civil Juan Moreno Chamorro.
"A consecuencia de la fuerte explosión provocada, al parecer, con mando a distancia, el vehículo salió despedido a unos 20 metros de distancia, dando varias vueltas y ocasionando la muerte instantánea de tres guardias y heridas graves al cabo de la patrulla y al conductor del vehículo. La filiación de las víctimas del atentado es la siguiente: Muertos: Guardia segundo Jesús Pascual Martín Lozano, nacido el dos de junio de 1950, en Villaverde de Iscar (Segovia), soltero. Guardia segundo Esteban Maldonado Llorente, nacido el 3 de enero de 1955 en San Pedro de Mérida (Badajoz), soltero. Guardia segundo Juan Moreno Chamorro, nacido el 8 de mayo de 1949 en Villamesías (Cáceres), casado y con tres hijos. Heridos: Cabo José Gómez Castillo, nacido el 2 de diciembre de 1946, en Agudo (Ciudad Real), casado y con un hijo- Guardia conductor Juan García Llórente, nacido el 29 de abril de 1948 en Marchal (Granada), soltero.
Los guardias fallecidos fueron trasladados al puesto de Mondragón al cual pertenecían mientras que los dos heridos fueron llevados a la residencia sanitaria de las Cruces en Bilbao”.
El motivo por el que el «jeep» de la Guardia Civil sufrió el atentado en las proximidades del santuario de Aránzazu se encontraba en aquella zona, fue debido a la realización de un servicio para la retirada de una bandera separatista, una ikurriña, cuyo despliegue estaba en esos momentos prohibido. Después de efectuar la retirada de esta bandera fue cuando, al bajar del santuario, sufrió el atentado. La bomba estaba colocada en una pared rocosa de tres metros de altura, y a medio metro del suelo en un hueco natural de un metro de ancho y medio de alto. Contenía unos trescientos tomillos de 1,5 centímetros de diámetro por cinco de largo, colocados como metralla.
Los primeros en llegar al escenario del crimen fueron varios padres franciscanos que procedían de Oñate y se dirigían al santuario. Los guardias fallecidos fueron trasladados al cuartel de la Guardia Civil de Mondragón, al cual estaban adscritos, donde se instaló la capilla ardiente, y los heridos fueron llevados al Hospital de Cruces de Baracaldo.
A la una del mediodía del día siguiente, 6 de octubre, se celebraron en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Mondragón (Guipúzcoa) los funerales por las almas de los guardias civiles Esteban Maldonado Llorente, Pascual Martín y Juan Moreno Chamorro,
Los féretros de los tres guardias civiles fueron trasladados a hombros por compañeros del Cuerpo y Fuerzas de la Policía Armada, desde el cuartel de la Guardia Civil donde había estado instalada la capilla ardiente hasta la iglesia parroquial de Mondragón. Presidió el acto el director general de la Guardia Civil, teniente general Vega Rodríguez, acompañado por el general jede de la V zona de la Guardia Civil José Atares; gobernadores civiles y militares de Vizcaya y Guipúzcoa, presidente de la Diputación Provincial, alcaldes de diversas localidades, así como los gobernadores civiles de Álava y Navarra. La iglesia se encontraba abarrotada de familiares de las víctimas, compañeros de los mismos, representaciones de diferentes organismos, así como amistades de los guardias civiles asesinados y numeroso público- Celebró la santa misa el párroco de la iglesia de San Juan Bautista, José Luis Iñarra.
Terminado el santo sacrificio de la misa y el funeral, en el que el padre Iñarra pronunció unas palabras de condena de la violencia y pidió paz para España y Guipúzcoa, los tres féretros fueron trasladados desde el frente del altar mayor al atrio. El director general de la Guardia Civil impuso sobre, los mismos, en nombre del Jefe del Estado, la Medalla al Mérito Militar concedida a título póstumo.
Por su parte, el gobernador civil de Guipúzcoa, señor Rodríguez Román, impuso la Cruz del Mérito Policial con distintivo rojo, mientras el público daba vivas a España y a la Guardia Civil.
Acto seguido, el director general de la Guardia Civil, teniente general Vega Rodríguez, pronunció un breve parlamente en el que rindió homenaje de admiración a los tres guardias asesinados. Pidió a los familiares que tuvieran conciencia de la misericordia divina y dijo que representaba a las 63.000 familias de guardias civiles, así como a los compañeros de la Policía Armada y del Cuerpo General de Policía, celadores del orden en nuestro país. Señaló que no se estaba librando una guerra particular, sino que las Fuerzas del Orden Público que cumplían con su deber se estaban enfrentando a asesinos vulgares y corrientes.
A las palabras del director general de la Guardia Civil se sumó el presidente de la Diputación, señor Araluce Villar, quien hizo patente la adhesión y dolor del pueblo guipuzcoano por estos atentados terroristas.
Por último los féretros, a hombros de policías armados, fueron trasladados al cuartel de la Guardia Civil donde esperaban tres furgones que minutos después partieron a diferentes destinos: El cadáver de Esteban Maldonado, a San Pedro de Mérida, en Badajoz; el de Juan Moreno Chamorro, a Villamejía, en Cáceres, y el del Guardia Pascual Martín a Villaverde de Iscar, en Segovia.
El 10 de octubre la banda terrorista ETA reivindicaba el atentado a través de un comunicado enviado a medios de comunicación de París.
Esteban Maldonado Llorente había nacido el 3 de enero de 1955. Tenía 20 años y estaba soltero. Destinado en el puesto de la Guardia Civil en Mondragón, era natural de San Pedro de Mérida (Badajoz). Sus restos mortales se enterraron en Almería, ya que parte de su niñez la había pasado en el Cabo de Gata, donde su padre, también guardia civil, igual que otro hermano, había estado destinado.
Jesús Pascual Martín había nacido el 2 de junio de 1950, por lo que tenía 25 años cuando fue asesinado. Natural de Villaverde de Íscar (Segovia), estaba soltero y hacía ocho meses, en febrero de 1975, que había ingresado en la Guardia Civil, nada más terminar el servicio militar. Su primer y único destino fue el puesto de Mondragón. Ese día no le tocaba estar de servicio, pero lo cambió para hacer un favor a un compañero. El 19 de julio de 2011 se celebró un homenaje en la localidad natal de Jesús Pascual.
Juan Moreno Chamorro había nacido el 8 de mayo de 1949. Tenía 26 años, estaba casado y era padre de tres hijos. Natural de Villamesías (Cáceres), estaba destinado en el puesto de la Guardia Civil en Mondragón, igual que sus dos compañeros asesinados.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se les concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
A día de hoy no se sabe quién o quienes asesinaron a los tres Guardias Civiles.
5 DE OCTUBRE DE 1979. BILBAO. LUIS MARÍA URIARTE ALZAA. EXALCALDE DE VEDIA (VIZCAYA)
Luis María Uriarte Alzaa.
A las nueve y media de la mañana del 5 de octubre de 1979 fallecía en el Hospital Civil de Bilbao, el ex alcalde de la localidad vizcaína de Bedia LUIS MARÍA URIARTE ALZAA, a consecuencia de las gravísimas heridas que había sufrido el 29 de septiembre al ser ametrallado por dos terroristas de ETA en la calle de la Estación, del barrio de Inzurza de la localidad vizcaína de Lemona.
Luis María Uriarte salió de su casa, situada en el caserío «Ibarra», de Vedia, a las 7,45 de la mañana, en dirección a los talleres del Garaje Ugarte, donde trabaja como encargado desde hacía varios años.
Al llegar a la altura de la calle «La Estación», de Lemona, junto a la carretera Bilbao - Vitoria, el ex alcalde estacionó su vehículo, un «Seat 131» de color metalizado, matricula BI-5098- K, a la puerta del taller y sacó un periódico, en espera de que fuera la hora de entrar al trabajo.
En ese momento, dos miembros de la banda terrorista ETA se acercaron al vehículo e hicieron primero dos disparos y luego una ráfaga, emprendiendo la huida en un Renault 5, donde esperaba un tercer terrorista, en dirección a Amorebieta. El coche fue robado en Galdácano a las 6:30 horas a un sacerdote, Pedro Berricartegortua promotor de ventas del diario Egin, por dos individuos con pistola y a cara descubierta. Los terroristas dispararon cerca de veinte tiros y en el lugar de los hechos se recogieron posteriormente once casquillos del calibre 9 milímetros parabellum.
Luis María fue recogido por empleados del garaje y transeúntes y trasladado al Hospital Civil de Bilbao en estado muy grave, con dos impactos de bala en el brazo, otros dos en el tórax, tres en el vientre, uno en los testículos y otro en la pierna, que le había fracturado el fémur.
Tras ser intervenido quirúrgicamente, falleció el 5 de octubre.
Luis María Uriarte Alzaa, era natural de Durango (Vizcaya) y tenía 56 años. Casado con Victoria Garay, tenía tres hijos. Luis María tradicionalista y español, había sido alcalde de Vedia durante varios años, ocupando tambien un escaño en la Diputación Foral de Vizcaya. En 1976 dimitió de su cargo por mostrarse contrario a que la ikurriña ondeara en el balcón del Ayuntamiento, permitida por el ministro de UCD, Rodolfo Martín Villa. Poco después, Luis María abandonaría Vascongadas a causa de las amenazas de «ETA» pero había regresado a su casa de Ibarra a finales de agosto.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
El asesinato de Luis María Uriarte está todavía sin esclarecer.
5 DE OCTUBRE DE 1983. BILBAO. POLICIA NACIONAL MANUEL BENITO JOSÉ.
Policía Nacional Manuel Benito José.
El Policía Nacional MANUEL BENITO JOSÉ, destinado en la Comisaría de Policía de Portugalete (Vizcaya) resultaba herido de mucha gravedad en la noche del día tres de octubre, cuando dos individuos penetraron, poco antes de las doce de la noche, en el Bar Lugo, de la calle San Nicolás, en la población vizcaína de Portugalete, donde se encontraba y le dispararon dos tiros a bocajarro que le causaron heridas gravísimas en la cabeza y el pecho. Manuel se encontraba en ese momento, vestido de paisano, junto a tres amigos y el propietario del local. Dos terroristas entraron en el establecimiento y, tras dirigirse al lugar donde estaba el agente, le dispararon varias veces, dejándolo gravemente herido con tres impactos de bala en la cabeza y el estómago. A continuación, se dieron a la fuga a pie.
Una patrulla de la Policía Municipal, que se encontraba cerca del bar, fue la primera en llegar al lugar del atentado, donde encontraron a Manuel aún con vida y dieron aviso a una ambulancia. Poco después del atentado acudió al lugar de los hechos, la dotación de un coche de la Policía Nacional que había oído los disparos. Pese a las pesquisas iniciadas inmediatamente, no fue posible dar con el paradero de los agresores, que habían huido a pie aprovechando la confusión del momento. El policía herido, Manuel Benito José, fue trasladado urgentemente a la Ciudad Sanitaria de Cruces donde fue intervenido quirúrgicamente, quedando en coma profundo.
Dos días más tarde, Manuel Benito José fallecía en el Hospital de Cruces de Baracaldo al no poder superar la gravedad de sus lesiones en la cabeza y el estómago.
El 6 de octubre se celebró en la Iglesia de la Sagrada Familia de Portugalete el funeral por Manuel Benito. El féretro se trasladó desde la capilla ardiente que se había instalado el día anterior en el cuartel de Basauri. A la ceremonia religiosa, cargada de tensión y dramatismo, asistió el ministro del Interior, José Barrionuevo.
Finalizada la ceremonia religiosa, en el momento en que compañeros de la víctima iban a coger a hombros el féretro de Manuel, una hermana del Policía Nacional Manuel Benito José, comenzó a llorar desconsoladamente al besar la gorra y la Bandera Nacional con la que iba cubierto el féretro de su hermano, A la salida de la Iglesia el ministro del Interior, José Barrionuevo se dirigió a los presentes finalizando el acto con vivas a España, al País Vasco, a la Constitución, a la Policía Nacional y al Rey. Una mujer gritó "ETA asesina", "ETA al paredón" y otras consignas contra el Gobierno. Los restos mortales del policía asesinado recibieron cristiana sepultura en el cementerio local en un acto realizado en la intimidad. Casi al mismo tiempo, despiadada y cínicamente, ETA se hacía responsable del criminal atentado.
A las ocho de la tarde tuvo lugar un acto de protesta convocado por los partidos políticos del Ayuntamiento, acto que había sido denunciado por Herri Batasuna por ser de "apoyo" a las Fuerzas de Orden Público a los que tachaban de “torturadores y fuerzas de ocupación española”. Tras la lectura de un comunicado de condena, la manifestación inició su marcha desde la plaza del Ayuntamiento. A medio camino un joven insultó a los manifestantes, por lo que tuvo que intervenir la Policía Nacional para evitar que lo agrediesen. Al final del recorrido, un grupo de contra manifestantes les estaban esperando, produciéndose momentos de enorme tensión cuando una persona de paisano sacó una pistola y encañonó a los partidarios de ETA. La Policía Nacional actuó con contundencia, cargó con dureza y retiró a los contra manifestantes separatistas, entre los aplausos de los participantes en la manifestación, y cinco de ellos fueron trasladados a Comisaría.
Manuel Benito José, de 36 años, era natural de Salamanca, aunque estaba destinado en la comisaría de Portugalete. Estaba casado con Lourdes Martínez y tenía dos hijos, Manuel, de 9 años, y Javier, de 3 años.
En el año 2002 el Ayuntamiento de Portugalete rindió un homenaje de recuerdo a Manuel Benito, en el que el alcalde socialista, Mikel Cabieces, dijo que "intentamos reparar algo que teníamos que haber hecho hace mucho tiempo, nunca lo podremos reparar del todo, pero más vale tarde que nunca, y es que vosotros -las víctimas del terrorismo- sintáis el calor, el cariño, el respeto y la solidaridad activa", haciendo extensivo el homenaje a todos los Policías Nacionales víctimas del terrorismo. Al acto asistieron la viuda y los dos hijos del Policía Nacional Manuel Benito.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a Manuel Benito José la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
A día de hoy los asesinos del Policía Nacional Manuel Benito José no han sido juzgados.
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