HOY 5 DE SEPTIEMBRE:ASESINADOS POR EL TERRORISMO MARXISTA. ¡ESPAÑOL RECUERDA Y NO OLVIDES!
- calinfernandezbara
- 5 sept 2023
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5 DE SEPTIEMBRE DE 1994. SEVILLA. RAFAEL PADURA RODRÍGUEZ. PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN EMPRESARIAL SEVILLANA.

Rafael Padura Rodríguez.
Durante el mediodía del día 5 de septiembre de 1984, un comando de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo), asesinaba a tiros, al presidente de la Confederación Empresarial Sevillana, RAFAEL PADURA RODRIGUEZ, cuando se encontraba en el interior de su comercio. Los autores del atentado pudieron huir sin ningún tipo de problema.
Alrededor de las once de la mañana, dos individuos, de entre 30 y 35 años, se presentaron en uno de los establecimientos propiedad de Rafael Padura, situado en la calle de Luis Montoto número 140, preguntaron por él a los empleados y abandonaron el local al indicarle uno de éstos que no llegaría hasta el mediodía.
A las doce y cuarto dos individuos, supuestamente los mismos, armados con revólveres, con las caras descubiertas (aunque camuflados con- pelucas según algunos testigos presenciales), vestidos con chandals y calzando zapatillas de deportes entraron en la tienda.
Mientras uno de ellos obligaba a los empleados a entrar en una de las dependencias del establecimiento, el otro fue directamente hasta el despacho del empresario Rafael Padura, que se encontraba en esos momentos con otros dos de sus empleados, se vio sorprendido por la entrada de los dos individuos, que sin que mediaran palabras dispararon sobre él y huyeron a continuación, sin que nadie pudiera advertir si lo hicieron a pie o en algún vehículo.
Los dos empleados reaccionaron inmediatamente y al comprobar que el empresario continuaba con vida le trasladaron urgentemente hasta la ciudad sanitaria «Virgen del Rocío», en cuya sección de urgencias falleció Padura antes de poder recibir asistencia.
Los asesinos, José Francisco Cela, Luis Cabeza y Sebastián Rodríguez Veloso, pertenecían al Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo), que reivindicó el crimen ese mismo día por la tarde a través de una llamada telefónica a Radio Nacional Sevilla. La fecha del atentado no fue elegida al azar. Aquel 5 de septiembre se cumplía el tercer aniversario de la muerte del cabecilla de los GRAPO, Enrique Cerdán Calixto, abatido por la Policía Nacional en Barcelona.
Uno de los asesinos Sebastián Rodríguez “Chano'” fue condenado en 1985 a 85 años de prisión por el asesinato de Padura
En 1990, realizaría en la cárcel una huelga de hambre de más de un año, que le acarrearía graves problemas de salud, que le dejarían en una silla de ruedas. Debido a su paraplejia abandonaría la cárcel de Monterroso (Lugo) al acceder al tercer grado penitenciario en 1994.
Tras cumplir solamente 9 años de los 85 a que fue condenado, Chano Rodríguez Veloso encaminaría su vida al deporte paralímpico al comenzar a jugar a baloncesto en silla de ruedas y a practicar natación, que le llevarían a conseguir en los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000, cinco medallas de oro. En los Juegos de Atenas 2004, lograría cuatro medallas, tres de oro y una de bronce; En Pekín 2008, dos medallas de platas y dos de bronce, y en Londres 2012 dos platas y un bronce. El blanqueo a que fue sometida su figura sería impresentable, fruto de una sociedad que comenzaba a iniciar su degeneración progresiva.
En 2001 el Ayuntamiento de Vigo le otorgó el galardón de Vigués Distinguido. En 2007 el gobierno del socialista malvado José Luis Rodríguez Zapatero le concedió el indulto por el pago de las indemnizaciones a sus víctimas y el arrepentimiento. Ante tal injusticia y arbitrariedad el hijo de Rafael Padura manifestaría a los medios de información: en nombre de la familia, la "indignación" de la viuda y de su hermano por ese indulto que consideraron "arbitrario, absolutamente injustificado y muy injusto". "El Gobierno ha dejado libre de toda pena y culpa a este asesino, que nunca ha mostrado arrepentimiento, ni en público ni en privado, por este atentado que le costó la vida a mi padre y que sólo ha cumplido cinco de los ochenta y cuatro años de condena. Rodríguez Veloso ha quedado en libertad por haber secundado una huelga de hambre de 432 días para pedir el reagrupamiento de los presos de los GRAPO y sigue liderando la asociación de apoyo a los presos de esta banda terrorista, elementos que demostrarían su falta de arrepentimiento”. Rafael Padura calificaría de “indignante que el BNG haya querido incluir en sus listas electorales a Rodríguez Veloso” mostrando su reconocimiento a la Junta Electoral gallega que rechazó la candidatura.
En el año 2009 el ministerio de Educación, Cultura y Deporte del gobierno de Rodríguez Zapatero, le otorgó la Real Orden de Mérito deportivo, en la categoría de Medalla de oro.
Rafael Padura, de 36 años, casado y con dos hijos, de 11 y 9 años, era presidente de la CES desde hacía aproximadamente un año y poseía una pequeña cadena de establecimientos de papelería y artes gráficas que solía recorrer diariamente.
En el año 1977 había sido co-fundador de la Agrupación Provincial de Comerciantes de Servilla, de la que fue presidente.
Por el asesinato de Rafael Padura los empresarios sevillanos acordaron el cierre de todo el comercio de la ciudad coincidiendo con la hora del entierro de Rafael Padura en señal de duelo y de repulsa contra la brutal acción, que se celebraría al día siguiente en el cementerio de San Fernando.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
5 DE SEPTIEMBRE DE 1984. MADRID.MANUEL ÁNGEL DE LA QUINTANA GARCÍA, DIRECTOR GENERAL DE URBIS S.A.

Manuel Ángel De la Quintana García.
A las 10,30 horas del día 5 de septiembre de 1984, dos hombres y una mujer, miembros de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo), asesinaron a tiros, a pocos metros de su domicilio en el barrio madrileño de La Estrella, al empresario MANUEL ÁNGEL DE LA QUINTANA GARCÍA, director general de Urbis S.A.
Manuel Ángel de la Quintana, acaba de salir de su casa, en la calle Samaría, 10, y se dirigió a un Ford Escort, disponiéndose a dirigirse a las oficinas de Urbis, cercanas a su casa. En el trayecto final de la calle, cerca de la confluencia con la Avenida de Nazaret, una furgoneta «Mercedes Benz», de color marrón, le cerró el paso, obligando al conductor del vehículo a parar en el acto. De la citada furgoneta bajaron dos individuos, un hombre y una mujer, de aspecto joven, que deberían tener entre los 25 y 30 años, según uno de los testigos presenciales. Acto seguido efectuaron varios disparos desde la luna delantera contra Manuel Ángel de la Quintana con sendas pistolas, y volvieron de nuevo a la furgoneta. Momentos antes de llegar, la joven se percató de algunos movimientos de la víctima y volvió al lugar para rematar fríamente al director general de «Urbis»
Nada más producirse el atentado, los vecinos avisaron a la Policía, mientras que un chófer Manuel de las Heras, que trabajaba en un edificio cercano, reconoció al herido y lo trasladó a la víctima en el vehículo objeto del atentado al Hospital Provincial, donde Manuel Ángel de la Quintana ingresó cadáver. Según un portavoz del citado centro, la víctima presentaba cuatro heridas de bala; una en el cuello, dos en el costado izquierdo, y una cuarta en el brazo izquierdo. En el momento de producirse el atentado se encontraba únicamente es casa su mujer, que se dirigió al hospital minutos después de conocer el atentado.
La furgoneta arrancó en dirección a la avenida de Nazaret. Varios vecinos vieron que en ella iban dos hombres y una mujer rubia, jóvenes. Uno de ellos precisó que la furgoneta "estaba aquí desde las nueve de la mañana, y al volante había un joven que leía un periódico".
La Policía pudo identificar por la tarde a los tres miembros del GRAPO que habían participado en el atentado. Eran Mercedes Padros Corominas, Francisco Javier Ros Díaz y Simón Quíntela Jaime, quienes figuraban en las listas de activistas del GRAPO buscados por la Policía.
Al día siguiente se ofició un funeral por el eterno descanso de su alma en la parroquia Reina del Cielo del madrileño barrio de la Estrella, al que acudieron autoridades y números empresarios y relevantes personalidades de la vida pública española.
Manuel Ángel de la Quintana había nacido en Madrid el 13 de julio de 1942. Estaba casado y tenía dos hijos. Estudió el Bachillerato en el colegio del Pilar de Madrid y derecho en el CEU. Después trabajó en Banesto, y posteriormente en Bruselas en dos empresas constructoras. Regresó a España y se incorporó definitivamente a Urbis compañía presidida por Manuel de la Quintana Ferguson, padre de la víctima.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo.
5 DE SEPTIEMBRE DE 1997. BASAURI. VIZCAYA. POLICÍA NACIONAL DANIEL VILLAR ENCISO.

Policía Nacional Daniel Villar Enciso.
A las 21:20 horas del viernes 5 de septiembre de 1997, la banda terrorista ETA asesinaba en Basauri (Vizcaya) al Policía Nacional DANIEL VILLAR ENCISO mediante una bomba-lapa colocada bajo el asiento del conductor de su vehículo, un Citroën de color oscuro con matrícula de Bilbao. La explosión de la bomba se produjo en el momento en que el policía puso en marcha el coche. Inmediatamente después se originó un incendio dentro del vehículo.
Daniel Villar Enciso, falleció en el hospital de Cruces, adonde fue trasladado tras resultar herido. Según testigos presenciales, el policía, pidió ayuda con las manos, pese a la gravedad de su estado, y fue extraído del vehículo por unos jóvenes que le apagaron el fuego del cuerpo.
Un amigo de la víctima comentó a los medios informativos que el policía era una persona cautelosa, que exploraba siempre los bajos de su automóvil antes de ir a trabajar, una precaución que no adoptó ese día y que le costó la vida. Con el asesinato de Daniel Villar la banda terrorista ETA había asesinado a un total de once personas en lo que iba trascurrido de ese año de 1997, tres de ellas miembros del Cuerpo Nacional de Policía en Vizcaya. De hecho, el titular de Interior, Jaime Mayor Oreja, ya había vaticinado unos días antes del atentado en Valencia un recrudecimiento de la violencia etarra.
El estallido se produjo cuando el agente se disponía a arrancar el coche, un Citroën BX con matrícula BI-0772-AV, en la calle Kareaga Behkoa, de Basauri. El Policía Nacional, según testigos presenciales, pidió ayuda con las manos, a pesar de la gravedad de su estado, y fue sacado del vehículo con las piernas seccionadas, por unos jóvenes que le apagaron el fuego del cuerpo. Otro testigo relató “intentábamos sacarlo, pero las llamas venían a nosotros. Con extintores, tiramos del él hasta que lo sacamos a la carretera”. Una de esas personas que auxilió al Policía Nacional sufrió quemaduras de diversa consideración. La entrada de Daniel Villar en el hospital de Cruces se produjo a las 21.40 horas y su fallecimiento 35 minutos después.
La zona del atentado fue acordonada inmediatamente por unidades de la Ertzaintza, mientras artificieros de la policía autónoma y la Guardia Civil inspeccionaban los restos del automóvil para buscar indicios del explosivo utilizado. Fuentes de Interior informaron que el agente, que pertenecía a la escala básica, desarrollaba sus funciones en el acuartelamiento policial de Basauri.
La capilla ardiente se instaló al día siguiente, 6 de septiembre, en la sede de la Subdelegación del Gobierno. Ese mismo día viajaron a la capital vizcaína Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior, y Ricardo Martí Fluxá, secretario de Estado para la Seguridad. Todos los partidos políticos vascos, con excepción de Herri Batasuna, condenaron el atentado e insistieron en la imposibilidad de negociar con aquellos que tan sólo actuaban mediante el asesinato.
Los Reyes de España enviaron un telegrama de pésame a la viuda del Policía Nacional asesinado.
Al funeral, celebrado a las dos de la tarde del día siguiente en la Iglesia de los Agustinos, y presidido por el ministro del Interior Jaime Mayor Oreja, no asistieron dirigentes de los partidos nacionalistas vascos, a excepción de Juan María Atucha, consejero vasco de Interior, ausencia que fue muy criticada por los sindicatos policiales.
La triste imagen de la viuda del Policía Nacional, saliendo de la subdelegación del Gobierno de Vizcaya, sin paraguas bajo una intensa lluvia, acariciando el féretro de su marido, transmitió una sensación de desamparo con una calle prácticamente vacía en contraste con las multitudinarias manifestaciones que tuvieron lugar en el mes de julio con motivo del asesinato del concejal del partido Popular de Ermua, Miguel Ángel Blanco.
La Misa fue oficiada por el obispo de Bilbao Monseñor Ricardo Blázquez que en su homilía condenó a los autores del asesinato, a sus cómplices y los que lo justificaban.
Al finalizar el funeral, el féretro con los restos del Policía Nacional Daniel Villar, envuelto en la Bandera Nacional, salió a hombros de sus compañeros a la puerta del templo donde la unidad de música de la Policía Nacional interpretó la marcha La Muerte No es el Final y el toque de Oración. El ministro Mayor Oreja le impuso la medalla de oro del mérito Policial. Unas mil personas, que se habían dado cita ante las puertas del templo, profirieron gritos contra los asesinos y corearon vivas a España y a la Policía Nacional. El ataúd de Daniel Villar fue introducido en un furgón funerario que lo trasladaría a la localidad toledana de Orgaz donde sería cristianamente sepultado.
Allí, más de 2.000 personas acompañaron a su familia en el funeral que se celebró en la iglesia de Santo Tomás. Hubo crespones negros en los balcones y un silencio sólo roto por los llantos, aplausos y vivas a España y a la policía al paso del féretro. Los vecinos, que permanecieron a la puerta de la iglesia, abarrotada de público, recordaron a varios medios de comunicación, que el pasado día 1 de septiembre Villar se despidió de ellos. Terminaban sus vacaciones y regresaba a Basauri con su mujer y sus dos hijos, Alberto y Daniel. Cuatro días después, una bomba-lapa colocada en su automóvil acabó con su vida. El sentido de unidad y solidaridad llevó al policía Daniel Villar a participar con su familia el día 26 de agosto en la inauguración de una fuente en Orgaz, erigida en recuerdo de las víctimas del terrorismo tras el asesinato del concejal del Partido Popular de Ermua, Miguel Ángel Blanco.
El arzobispo de Toledo y primado de España, Francisco Álvarez, ofició el funeral por "un agente de policía más, víctima de un artefacto terrorista, que deja una familia rota". En la homilía pidió a las fuerzas policiales que "acierten a reconducir el admirable mensaje que la inmensa mayoría de la sociedad está dando como respuesta del pueblo español que pide decisiones en el camino de la democracia". El arzobispo condenó enérgicamente la "violencia sin corazón", que envilece a sus autores cuando atentan contra los derechos más fundamentales, y confió "en que los ecos del no matarás alcancen la conciencia de los que, de una u otra forma, colaboran conscientemente con la violencia".
Al funeral asistió el director general de la Policía, Juan Cotino, acompañado por el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y el delegado del Gobierno en la región, Carlos Moro.
A la tarde de ese día más de 25000 personas se manifestaban en Basauri condenando el asesinato del Policía Nacional Daniel Villar. La marcha estuvo encabezada por el alcalde de la localidad y el ministro del Interior Jaime Mayor.
En 1998 el etarra Kepa del Hoyo era detenido por la Guardia Civil en Bilbao, junto con otros diez etarras por integrar o facilitar información al comando Vizcaya de ETA, responsable del asesinato de los Policías Nacionales Modesto Rico y Daniel Villar. Según Interior, el detenido Kepa del Hoyo Hernández había participado en la colocación en Bilbao de una bomba-lapa en el coche particular de un policía, que fue desactivada, y en otra que acabó con la vida del también Policía Nacional Modesto Rico Pasarín.
Intervino en el robo de los vehículos Renault-11 y Renault-19, que fueron utilizados en los asesinatos del inspector Luis Andrés Samperio Sañudo, en Bilbao, y del guardia civil, José Manuel García Fernández, en la localidad vizcaína de Ciérvana, en abril y mayo de 1997, respectivamente. Estos vehículos fueron escondidos en una lonja que, previamente, había alquilado Del Hoyo.
En 1999 la Audiencia Nacional condenó al etarra Pedro del Hoyo Hernández a 25 años de prisión como autor del atentado que acabó con la vida de Daniel Villar. Del Hoyo Hernández formaba parte del grupo Vizcaya de ETA, desarticulado tras la muerte de dos de sus dirigentes en un enfrentamiento con la Guardia Civil el 23 de septiembre de 1997, pocos días después del asesinato de Daniel Villar. Los dos etarras muertos, José Miguel Bustinza Yurrebaso, alias "Iván" y "El Viejo", y Salvador Gaztelumendi Gil, alias "Gaizka", captaron a un gran número de etarras como colaboradores con la misión de facilitar alojamiento, robar vehículos, elaborar información de objetivos de la banda terrorista y guardar las armas y explosivos del grupo en lonjas alquiladas para ello.
La desarticulación del grupo Vizcaya llevó al banquillo a veintitrés etarras en febrero de 2000. Antes de sus detenciones, los integrantes del comando Vizcaya cometieron numerosos atentados, entre los que figuraban el asesinato de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía Modesto Rico Pasarín, el 17 de febrero de 1997, Luis Andrés Samperio Sañudo, el 24 de abril de 1997 y Daniel Villar Enciso, así como el del guardia civil José Manuel García Fernández, el 3 de mayo de 1997.
Kepa del Hoyo fallecería el 31 de julio de 2017 de infarto agudo de miocardio cuando realizaba deporte con otros internos de su módulo de la prisión de Badajoz.
Daniel Villar Enciso, de 39 años, era natural de Madrid, aunque llevaba varios años residiendo en Basauri. Estaba casado con Socorro López Zarra y tenía dos hijos de 11 y 10 años. En varias ocasiones sus superiores le habían propuesto trasladarse a otras zonas de España, pero el agente declinó estos ofrecimientos pues estaba muy integrado en el País Vasco. Pertenecía a la Escala Básica del Cuerpo Nacional de Policía y estaba destinado en el Servicio de Seguridad del cuartel de la Policía de Basauri.
Una calle de la localidad lleva el nombre del agente asesinado. Más triste es que en 2003, al cumplirse el quinto aniversario del asesinato de Daniel Villar, el Ayuntamiento de Basauri, gobernado por el PNV, rechazó dedicar una plaza del pueblo al policía asesinado por la banda ETA.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a Daniel Villar Enciso la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedió también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
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